Como ocurre con los tirantes y los cucuruchos, la temporada de la horchata de chufa arranca conforme se va agotando la del fútbol de clubes. Mientras la liga agoniza y las copas llegan a sus emocionantes conclusiones, esta bebida dulce preparada a partir de chufas molidas va ganando terreno en las terrazas y las neveras, aunque no en todas. De sabor fuerte y traicionero, pues no sabe igual mientras fluye por la boca que tras haber sido engullida, es un refresco que no admite el término medio. O gusta o no gusta, y no sienta bien a todos pese a sus reputadas cualidades nutritivas y diuréticas. Apreciadas ya en la antigüedad, se han encontrado chufas en los ajuares de los faraones, los romanos las recomendaban para mejorar el sabor del pan y en la Edad Media se usaron para curar las hemorroides a los reyes de la Corona de Aragón.
Pero quizá la propiedad más interesante de la horchata es el papel clave que desempeña en el sistema circulatorio de algunos futbolistasLo de hoy, para Adrián y Karim es normal. El flujo acompasado de esta bebida inunda las venas y arterias de jugadores poco impresionables, inmunes a la presión y las grandes dinámicas emocionales de la alta competición, estoicos ante una estampida de búfalos, desesperantes en su impermeabilidad hacia unas pasiones que hermanan a la mayoría de los seres humanos. Insignes representantes de la sangre de horchata en nuestro fútbol, Adrián López y Karim Benzema están hoy citados en una final que no removerá nada en sus entrañas.
También son futbolistas de gran calidad, de otro modo al pasar ante sus puertas el fútbol de élite no sólo no habría llamado al timbre sino que hubiera puestoCon ellos en el campo, Atleti y Real mejoran tierra de por medio con acuciantes zancadas. También en esto se parecen, y no sólo en su glácido pectoral: delanteros de movimientos constructivos, todo lo sensibles a la dinámica del juego que no lo son al latido de sus corazones, ubicuos en el frente de ataque, finos en el gesto y celosos guardianes de todo tipo de soluciones con el balón en los pies. Entre camisetas blancas Benzema habilita al mejor Cristiano y detona una coreografía de movimientos que sin su primer paso no existe. Entre rojiblancas Adrián ensancha y estira un ataque al que le cuestan ambas cosas mientras gestiona balones que sus compañeros no pueden asumir. José Mourinho y Diego Pablo Simeone saben que con ellos se juega mejor.
Mourinho y Diego Pablo Simeone saben de su gran talento
No hay prueba más contundente sobre la calidad de ambos jugadores que la paciencia mostrada por los dos técnicos hacia sus pupilos. Benzema y Adrián han fallado muchas veces a Mourinho y Simeone rindiendo muy por debajo de lo exigible, desaprovechando escenarios al alcance de su talento, idos en fechas y contextos de tan obvia trascendencia que ni siquiera los antecedentes de ambos delanteros suavizaron la consecuente decepción de sus entrenadores. ¿Confiar de nuevo? A Benzema las grandes ocasiones le sientan bien y Adrián se crece ante un rival al que sus compañeros afrontan peor. Ya es temporada de chufas.
javimgol 17 mayo, 2013
Pues Adrián es suplente hoy…Adrián el año pasado nos enamoró (recordad las quejas por no ir convocado a la Euro) pero esta temporada ha tocado el rock and roll de Diego Costa.