Sport Lisboa e Benfica, o simplemente Benfica. Mito de Portugal. El club de Eusebio. El de los 200.000 socios y el águila Vitória. La década de los 60 fue sin duda su etapa de mayor luz. Ganadores de 7 ligas de 10, añadieron la friolera de cinco finales de Copa de Europa en ese periodo. Semejante tiranía resultaba imposible de mantener, pero la entidad no se vino abajo. Todo lo contrario; otros siete entorchados portugueses en la década de los 70 marcaban una distancia grande con el Oporto, vencedor de solo 7 Ligas hasta entonces, amén de ningún trofeo internacional. La llegada de Pinto da Costa iba a suponer un cambio de poderes progresivo en el fútbol portugués. El Benfica logró mantener el reinado local en los 80 (5 ligas por 4 del Oporto) pero la tendencia era ya imparable. Los 90 fueron duros para un Benfica que veía como su rival se alzaba con siete campeonatos, por solo dos de los lisboetas. Entre 1994 y 2004, las águilas no levantaron una sola liga, algo durísimo para una sociedad tan legendaria. Cortarían la racha de la mano del eterno Trapattoni y el mejor Simao de su carrera. Un equipo humilde y limitado pero que dejó una buena Champions 2006, eliminando al vigente campeón (Liverpool) y complicando al futuro vencedor, el Barcelona de Ronaldinho y Etoo. Por desgracia, los éxitos fueron breves y el Benfica volvería a caer en un lustro de malos resultado hasta la llegada de Jorge Jesús en 2009. El carismático técnico reuniría un grupo de enorme talento, con figuras como Di María, Coentrao, Ramires, David Luiz o Javi García. El Benfica recuperaba la gloria nacional con un proyecto joven pero sin futuro, pues tanta calidad les iba a durar bien poco. David Luiz y Ramires partieron hacia Londres, Di María y Coentrao a Madrid y Javi García, a Manchester. La marcha del centrocampista español, fundamental en el equilibrio del colectivo, es el punto de arranque de nuestro protagonista, Nemanja Matic (1 de agosto 1988).
La salida de Javi García, rumbo a Manchester, dio el necesari peso específico a Nemanja Matic
Como Javi García, Matic también es mediocentro. O lo más cercano a lo que hoy se conoce como tal. Podría pensarse que para ser un Guardiola, un Xabi Alonso o un Pirlo –es decir, mediocentros purísimos– hay que tener el pase largo como distinguida cualidad natural. Después de todo, con el envío kilométrico accedes a donde quieres sin perder tu posición inicial. No hay que moverse. Entonces caes en la cuenta de que existió Fernando Redondo. El argentino se llevó consigo una manera de jugar, un estilo muy particular, basado en constantes regates en zonas de riesgo que cuando le salían (o sea, siempre) ponían la jugada a mil por hora. Sin querer comparar ni por un segundo, Matic recuerda mucho a Redondo. Zurdo como él, lo suyo es estar quieto, arrancar y montar la fiesta. Veámoslo.
Como su juego por delante del balón es inexistente, Matic esperará siempre cerca de los centrales. Si la pelota termina en sus pies (algo que no ocurre de forma permanente, como luego veremos), Nemanja goza de diferentes recursos. Antes de recibir sabe dónde mandarla y ejecuta muy bien ese “parar y pasar” a dos toques, propio de los buenos centrocampistas. Su pase raso es de gran calidad y es capaz de filtrar balones alejados con enorme precisión y rapidez (Foto), algo fundamental para ganar profundidad. Virtuosismo sorprendente en toques cortitos, de esos que sirven para superar la presión de varios adversarios (Foto). En el desplazamiento en largo es algo más limitado; no tiene mal golpeo (Foto) pero lo utiliza poco. Se siente mucho más cómodo en el otro registro, el que realmente tiene como propio: el regate. Jugar en una posición retrasada le permite estar de cara para iniciar la carrera, y ahí es casi imparable. Cuando inicia la arrancada es muy difícil atraparlo (foto de arriba a la derecha), con el añadido de que no necesita ir en velocidad para poner el turbo; pasa de 0 a 100 en décimas de segundo. Esta habilidad es fantástica porque colabora a que sus equipos sean verticales de manera inesperada. El hecho de que pueda correr con asiduidad se debe a dos aptitudes claves: por un lado, no le quema retener la bola varios segundos. Le encanta correr lateralmente (foto de abajo a la izquierda), a imagen y semejanza de su maestro Redondo. De hecho es común verle acabar en la banda intentando algún dribbling (Foto). Por otro lado, tenemos su prodigiosa capacidad de giro, algo irreal para alguien de más de 1,90. Gracias a un primer control notable, no se altera al estar rodeado de numerosos rivales (foto de abajo a la derecha) y tarde o temprano encuentra una solución, no importa el perfil donde se encuentre (Foto). Por cierto, el chico es zurdo de los de verdad. Jamás usa la pierna derecha.
El slalom con la pelota en el pie, la gran cualidad ofensiva de Nemanja Matic como mediocentro
Hay otros aspectos que hacen de Matic un mediocentro atípico. A todas las facultades de pase y desborde ya comentadas se suma el gusto por acompañar las jugadas. Tras un robo o un envío al hueco, Nemanja tiende a soltarse hacia arriba. No es ni mucho menos un llegador pero sí que aparece por la frontal de tarde en tarde, sacando a pasear su correcto disparo (Secuencia Completa). Incluso, aunque esto sí que es poco frecuente, se le ha visto tirar alguna ruptura al espacio, en su afán por seguir las acciones verticales de sus compañeros (Foto). Pero lo más llamativo de su fútbol, lo que ha de resaltarse por encima de otras cuestiones, es la (poca) presencia de Matic en el inicio del juego del Benfica. En efecto, el serbio no es la referencia en la construcción del cuadro lisboeta. La salida desde atrás recae a menudo en unos centrales (Garay) muy abiertos que trasladan la pelota (foto de arriba a la izquierda) o en Enzo Pérez, algo parecido al “interior de posesión” del conjunto de Jorge Jesús. El argentino es extremo de formación; conducir el esférico es algo habitual para él y el Benfica lo aprovecha (foto de abajo a la izquierda). En general, el grupo no considera a Matic un elemento imprescindible en la elaboración. Si un central avanza y se mete en su zona, mira antes a Enzo Pérez o la posible aparición de Gaitán que a Nemanja (foto de abajo a la derecha). En los comienzos de las jugadas, Matic va sobrado de técnica y desborde, muy por encima de condiciones puramente organizativas. Quizás esto explique, en parte, este extraño comportamiento del Benfica (Foto).
Con balón queda claro que Matic, si bien no es infinito, termina siendo un jugador dotado, con muchas virtudes y un punto a favor para su equipo. La cara defensiva tampoco sale mal parada en el análisis. Su altura le convierte en un activo determinante cuando toca cabecear (Foto); salta a casi todas y gana más que pierde. Y a la hora de ser encarado por un adversario, su técnica para meter el pie no está nada mal. Rebaña pelotas con asiduidad (Foto) incluso a los contrarios más exigentes (Foto). Como vemos, no anda escaso de materia prima, algo inherente a ese corpachón que posee. Falta definir su actitud defensiva “estática”, la toma de decisiones cuando espera atrás; algo esencial al valorar a un mediocentro.
Matic es “5” y por norma un pivote tiende a esperar. Su función principal es tapar líneas de pase en campo propio. El exjugador del Chelsea es una de esas figuras que ayudan a mantener una estructura fija –el Benfica suele cerrar en 4-4-2– (Foto) necesaria para enfrentar a grandes rivales. Ganarle la espalda a Nemanja es complicado, pues el chico se entera de lo que ocurre a su alrededor (foto de abajo a la izquierda). La gran mayoría de sus robos se producen por colocación; es común verle retrasar una contra del oponente (foto de arriba a la derecha) o directamente cortarla de pleno, incluso en zonas muy adelantadas (foto de abajo a la derecha). El único lunar en este apartado se da cuando alguien consigue recibir tras él. Ahí carece de instinto para recuperar. Corriendo hacia atrás no es tan veloz. A veces llega por pura zancada pero no disfruta en este lance, no le gusta (Foto). Como tampoco da lo mejor de sí mismo en sus caídas a banda. Esprintando lateralmente no es un portento (Foto), aunque su físico en choques es un punto positivo (Foto). Jorge Jesús sabe que las coberturas por fuera no son lo suyo y le protege con el trabajo de los extremos e interiores, encargados de bajar cuando la pelota está en esos lugares (Foto). El entrenador portugués prefiere que Matic se incruste casi como central en esos instantes para ayudar en los centros al área (Foto). Sin embargo, si el contrario opta por pasar de nuevo al centro, Nemanja no es de los que se quedan “aculados”, sino que sale con gran velocidad para encimar al futbolista que recoge la pelota (Foto), llegando a interceptar pases de gran dificultad y peligro (Foto).
Matic no es un especialista defensivo al uso, pero tiene muchísimas condiciones para aportar sin balón
Su versión defensiva incorpora un par de detalles más. Aunque su tendencia clara es la de “quedar” y esperar, no rehúye algunas presiones intermedias (Foto). Al Benfica le agrada achicar con fuerza y Matic acompaña el movimiento de sus compañeros. No es lo normal porque, como hemos venido diciendo, Nemanja Matic es mediocentro. Con los matices propios de esta época, pero mediocentro. A su lado ha de jugar alguien con vuelo y dinámica; un Modric, un Gundogan o, como pasa actualmente, un Enzo Pérez. El futuro nadie lo conoce, pero este serbio de 24 años tiene potencial como para llamar a la puerta de un gigante europeo. Más pronto que tarde, sonará para algún club de las ligas mayores. Es buen jugador.
SergioMartin91 14 mayo, 2013
Desde que hicisteis el otro artículo aquí en ecos de este jugador, he comenzado a seguirle asiduamente y me parece un muy buen jugador, creo que, como se comenta en el artículo, debe de mejorar algo defensivamente para poder ser un Xabi Alonso o un Busquets (aunque sea una tarea muy complicada, ya que estos dos son los líderes de esa posición) sin embargo, creo que ofensivamente aporta más que estos dos, sobre todo en cuanto a conducción y demás aunque no posea el rango del pasee del tolosarra ni la frialdad en la decisión que tiene el pulpo de Badía. Apetece y mucho verle en un partido de la exigencia del de mañana, y más teniendo en cuenta quién es el mediapunta del Chelsea.