Hace 9 marzos que el Real Madrid no elimina a un campeón de Europa. De todas sus estadísticas, ésa es la más grave, porque es la única anti-natural. Lo otro duele, pero es lógico. Desde que ésto se llama Champions League, la competición ha centralizado el fútbol de manera total. Solo existes si la juegas, ganar justifica lo peor y no hacerlo minimiza cualquier hazaña. Es algo general, si bien el Real se lleva la palma. De hecho, desde la Novena de Zizou apenas una de sus temporadas concluyó con sabor a victoria, la 2006/07, por la baja expectativa y el clímax capelliano final. El resto, con títulos o sin títulos, con buen o mal juego, dejó un regusto medio amargo. Y no tendría porqué. Nadie se ha librado de estar 11 años sin la Copa, y nadie escapará de rachas peores en el futuro. Ni ser el mejor te garantiza lo más mínimo; es cosa de estar preparado y que te toque. La Champions League, por norma, se pierde. El problema sí digno de crítica es cumplir casi una década sin liquidar a un candidato, pues revela que no sabes hacerlo. Que no ganas porque no optas. Que eres insuficiente. En este tiempo, los Red Devils despacharon a 6, sin vacilar.
Y no nos engañemos: hasta que no se pruebe lo contrario, el Madrid no está en el saco europeo del Barça, el Bayern Münich o el propio United. Menos aún tras ida contra Ferguson, en la que se vio tan claro que su potencial es superior como que no sabe desatarlo. Para suerte blanca, si es que puede decirse así, Inglaterra no es Italia, España o Alemania. Old Trafford no es ningún infierno. Es verdad que grita y canta, pero lo hace de tal modo que el Real, a veces, podría sentirlo hasta como un «¡ánimo!». El Teatro que sueña es fiel a los suyos, que jugarán mejor que en la ida y lucharán hasta el 90, pase lo que pase, pero también es generoso con la destreza. No acosa al forastero, si lo fulmina es por grandeza, y de eso el Madrid está curado. Agradecerá estar de visita. Las constantes europeas del Bernabéu son tan débiles que lo mismo ve espejismos tropicales que fantasmas invencibles. En una vuelta, transmitiría ansiedad. Mourinho transmite lucidez. Con certeza, ha explicado a Ronaldo qué será él hoy. Qué significa para Manchester, y qué puede hacer con su amor. El «7» nunca tendrá al Diego en el pie, pero siempre lo tuvo en el pecho. Ser el dueño de la escena le apasiona; Messi deslegitimó su causa y ahora ha regresado. Cada uno de sus gestos, cada una de sus palabras, tendrán una intención. No puede desperdiciar este don. El pequeño Madrid lo necesita.
El ataque organizado del Real Madrid tiene recursos de sobra para tumbar al Manchester United.
Vayamos al fútbol. La base táctica del encuentro está descrita en «The Place to Be», así que este artículo será construido desde lo visto en la ida y lo conocido en las últimas dos semanas. Lo más importante, la psicosis que se ha generado en torno al ataque estático del Real Madrid; como si el conjunto de Mourinho no tuviese calidad para superar un cerrojazo y esperarle atrás fuese el éxito garantizando. En este punto hay una realidad que merece aclaración: el Madrid no es malo atacando en estático, tan solo está mal, que es bastante diferente. En la 2011/12, comparar la facilidad y fluidez de su salida de balón o su creación de ocasiones con la de cualquiera de sus rivales europeos era el paso previo a confirmar que los blancos eran los mejores. Y es normal, porque tienen método y éste está adaptado a tipos como Ramos, Alonso, Özil, Di María, Ronaldo o Benzema, entre otros. El potencial está ahí. Además, el United no es la perfección cuando se arremolina alrededor de su portero. Es cierto que concede poco espacio a espalda de sus centrales, pero también que permite recepciones fáciles por delante de ellos. Luego, es correcto que en el Bernabéu, en contra de lo que sucede en su día a día inglés, cerró bien el carril central. Es decir, Özil recibía, pero por delante lo veía todo negro. A cambio, el líder de la Premier League descuidó deliberadamente las bandas, permitiendo al Real ganar línea de fondo cada vez que se lo proponía. Si los de Mourinho ajustan un par de tuercas y, sobre todo, muestran un empaque de campeón, el muro debería caer. Tiene grietas evidentes.
Sin Phil Jones, Ferguson podría rescatar el 4-3-3Encima, Phil Jones será baja esta noche. El versátil defensor fue una pieza clave en la ida, completando el doble pivote red junto a Michael Carrick. Su corpachón esconde una velocidad, una agilidad y una técnica a la hora de meter el pie que marcan diferencias, y todo eso queda bendecido por su calidad táctica. O sea, no sólo tiene condiciones para hacer determinadas cosas, sino que sabe cuál debe hacer en cada momento. Justo eso es lo que le distancia de los dos defensores que a estas horas suenan para heredar sus funciones: Evans y Smalling. El primero tendería a acularse, a regalar metros. Al segundo le faltaría dominio de la posición; podría regalarlo todo. Está claro que Ferguson necesita una solución no convencional, pues el estándar Carrick & Cleverley parece demasiado ligero, pero siendo honestos, su plantel no ofrece ninguna alternativa cercana al nivel de Jones. No hay que descartar que rompa el 4-4-2 y opte por un triángulo en el centro del campo, solventando la falta de calidad defensiva con un tercer hombre. Sea como fuere, Ronaldo y Özil deben intentar aparecer lo máximo posible. Les será incluso más fácil que en el Bernabéu, y sus conducciones son las que van a atraer rivales para dividir o abrir la defensa. Ambos deben tener claro que, si tienen espacio, deben chutar a gol. Ronaldo no va a dudar al respecto, pero es importante que el alemán también lo interiorice. Si el United puede flotarle (defenderle a distancia) sin temor, ganará enteros y entereza. Mesut tiene que intimidar.
Rafael fue el eslabón más débil del equipo de Ferguson en el precedente del Santiago Bernabéu.
En el caso de que el plan A no surta efecto, siempre le quedará una variante que pareció infrautilizada en la ida: pasar a un 4-4-2 con Di María en la izquierda, Özil en la derecha y Cristiano Ronaldo formando doble punta. Es decir, no cerrar a Ronaldo para dejar su banda entera a Coentrao -ese movimiento es perdedor-, sino desplazar a Di María a esa zona. El argentino volvió loco a Rafael en cada batalla, y volvería a hacerlo. En un partido como el de hoy, obtener una ventaja individual muy clara da fe a los propios y resta ánimo a los ajenos, y aquí el Real tiene un filón que no debería desaprovechar. Para más inri, Di María llega on fire.
Ramos de delantero es un recurso factibleComo cierre del capítulo de variables blancas comentaremos el factor «tercer central». Pepe y Ramos fueron los dos zagueros referencia de la temporada pasada, y juntos incluso incrementaban su nivel. Conservan el crédito, desde luego. Aunque por arte de magia, sin que ni el propio Mourinho pudiera esperarlo, ha aparecido Varane, un niño increíble que suma tangibles como la salida de balón o el potencial a balón parado e intangibles como su surrealista serenidad. El técnico portugués hoy sentará a un futbolista al que querría tener sobre el campo, tome la decisión que tome: Varane es ilusión y limpieza, Ramos el más torero -si le sale su noche, te mete en cuartos-, y Pepe, simplemente, el mejor de los tres. Obviamente, Mourinho querría tener este problema en cada una de sus líneas. Sobre todo porque, además de no tener opción mala para su once titular, quien se quede sentado podrá revolucionar el partido de tres formas distintas (seguramente lo haga): 1. Entrando por Xabi para cerrar con un doble pivote Pepe-Khedira, de excepcional potencial defensivo; 2. Entrando por Arbeloa, pasando Ramos al lateral derecho y dando mayor profundidad a esa banda; o 3. Entrando por el delantero centro… para que el propio Sergio pase a ser el «9». Ya hemos apuntado que, para cerrar a Özil, al United no le queda otra que regalar los costados, y el Real no tiene un rematador de centros laterales de la talla de su capitán. Entusiasmo, ilusión e insistencia no le faltarían. Grandeza para empujar el balón a gol, tampoco. Eso sí, su equipo no debería confundirse: Ramos sería útil como complemento a un desborde en banda, no como hombre objetivo de un juego directo. Contra éste, el United es una muralla súper perfecta.
Si Ferguson plantea un cerrojazo, renunciará a parte de su potencial ofensivo, a su esencia como local.
Considerando el riquísimo potencial ofensivo de Mourinho, que la lógica dicta que el Manchester United debe marcar mínimo un gol y que lo más potente del equipo inglés es su ataque… ¿hacemos lo correcto dando por sentado que va a cerrarse en casa como si fuera un crustáceo? Probablemente, no. Que el contragolpe de Cristiano Ronaldo condiciona a los rivales de manera brutal es indiscutible, pero hablamos de un grupo de mucha calidad, de un TOP 5 mundial sin el menor atisbo de duda. De un conjunto que, siendo inferior en posibilidades al Real, este año ha mantenido un nivel medio superior al del irregular tercer clasificado de la Liga española. Del colectivo de Wayne Rooney, aspirante al Balón de Bronce, quien de nuevo se vería minimizado si Ferguson decide no mezclar fases de repliegue con momentos de dominio. El de Liverpool muestra su mejor cara como segundo delantero, pero la pareja que conforma con Van Persie no es rápida, y, pese a su virtuosismo, podría alejar demasiado al United de Diego López, valorando que los centrales merengues son balas futuristas. Los de Old Trafford tienen su remedio contra ésto (ver vídeo comentado), pero Ferguson no confío en el mismo hace 21 días, y optó por la velocidad de Welbeck, que completó un partidazo. Ver lo que Ramos y Varane han hecho con Messi e Iniesta en los últimos 5 días ha debido incluso potenciar su sensación de acierto. Es un tema complicado. Un Madrid grandioso estaría en disposición de atacar constantemente si el United no tiene con quién jugar en largo, pero a su vez tener esa alternativa sacrifica la opción de ver lo mejor del mejor futbolista de Manchester. Teniendo en cuenta que el Real lleva casi una década sin mostrarse como algo grandioso fuera de territorio nacional, procede apostar a que Ferguson no renunciará al balón como si enfrente estuviese el FC Barcelona. No sería lógico que de nuevo pagase a Rooney. El Madrid no es tan bueno como para que Sir Alex tome esa decisión en Old Trafford.
El Real Madrid afronta el gran encuentro del año con dudas en su juego y su competitividad.
Y es que el asunto es justo ése. El presente no puede desvincularse del pasado más reciente: el Madrid no vence a un gigante desde hace muchísimo tiempo. Tampoco el potencial puede imponerse a los hechos: por cada partido extraordinario, este año suma cinco indiferentes. El mejor Real Madrid posible no vence en Old Trafford, vence en cualquier parte, pero hoy por hoy, es una mera ilusión. Cristiano Ronaldo será el responsable de convertirla en realidad antes de que acabe el día. Que no se dude de que su equipo, por momentos, será arrasado o, como mínimo, superado, y él tendrá que acudir a su rescate. Las sorpresas de Ferguson (¿Kagawa en la derecha?, ¿Nani?, ¿Chicharito?), que Mourinho sepa interpretarlas, la posible consagración de un Van Persie que llega con un gol en 8 partidos, el inesperado milagro de Benzema, las históricas remontadas en los últimos minutos de Old Trafford, el factor Kaká, los despistes de Ramos, la inconsistencia de De Gea y, sobre todo, Diego López… hay tantas variables, y son todas tan inciertas, que sólo la pelota despejará la x. Como recomendamos siempre, haced el esfuerzo de disfrutar. El deporte es el espejo de la vida, pero dio la espalda a su cara más desagradable: no existe la muerte, ni siquiera el dolor físico. Tan solo se puede perder. Y nunca niega una segunda oportunidad. Tampoco una novena. Aquí está este Manchester United-Real Madrid.
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Anexos
#realunited
Defensa de Ferguson sobre el contragolpe del Real Madrid
Éxito de Van Persie sobre la zaga blanca
Audio sobre el 4-4-2 del Madrid
Audio sobre la baja de Phil Jones
Audio sobre la delantera del Manchester United
Audio sobre Sergio Ramos como delantero centro
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Sir United
MattBusby United
@PabloLazaroCa 5 marzo, 2013
No va a ocurrir, pero la opción Di María a banda natural sería la más dañina. En la 2ª parte del Bernabéu no se atacó ni una sola vez a Rafael, la pieza más vulnerable (para colmo tenía tarjeta). La posición del fideo implicaría un 4-3-3 (o llámalo 4-4-2 en transición ofensiva) con Ronaldo libre y Khedira haciendo de falso ´9´. Detrás me la jugaría con Modric.
Claro que lo más trágico, terrible y dañino sería ver a Higuaín de titular: me huele al bhaber sido Benzema titular en Camp Nou. Ya sabemos lo que aporta Higuaín en ataques posicionales (los que veremos con inesperado gol en contra y, tal vez, con 0-0). En esas, el mal menor es que juegue un Benzema sin chispa en la arrancada, alicaído; pero un Benzema a un 40% puede destrozar la espalda de Carrick.
A ver. Yo estoy muy optimista con el partido de esta noche.