Puede que se necesite sentir que ya no habrá más veces para sacar esa fuerza que no existe, para rendir por encima de lo que hoy se es. El derbi de Juan Carlos Valerón, el primero con sabor a último, fue un recuerdo. Ése que hace una década era capaz de unir a un país camino de Manchester, Milan o Múnich dejó algo que nos llevó hasta entonces. No estuvo clavado en el centro. De hecho, apenas si lo pisó. Pero fue el cerebro. Y el resto, su sistema nervioso.
Celta y Deportivo salieron con dibujos similares, muy despechugados, como queriendo decir que querían atacar. Hasta cuatro piezas sin excesiva implicación defensiva alineó cada técnico (Abel y Fernando Vázquez; no Oltra y Herrera), así que quien consiguiese tener más el balón iba a tener una ventaja evidente. En principio, cabía esperar que ganase aquel que lograse ser profundo de un modo más directo, ya que ninguno de los dos gallegos suele dominar la posesión con una calidad suficiente. Así pues, el plan podía estar en que Aspas, Riki y Pizzi amenazaran el espacio y las segundas líneas cargasen la zona de rechazo para situarse arriba. Y a fe que Resino interpretó lo mismo que el ciudadano de calle, y a lo bestia, pues Aspas no tiró un apoyo mientras estuvo sobre el campo. Sólo trabajó la espalda de Marchena y Aythami, que suele ser rica en fallos. Abel es simple, para bien y mal.
Un participativo Valerón dio el dominio total a su Deportivo.
Valerón estuvo omnipresente y muy acertadoLa lógica saltó por los aires cuando Valerón agarró tres posesiones. Duraron un rato (largo); el Dépor se juntó arriba y atacó fácil. El Flaco trajo de cabeza al más fiable de los celestes, Oubiña, a quien llevó de izquierda a derecha como ya sólo puede hacer bajo el influjo de un derbi en Riazor. Aguilar y Juan Domínguez -en uno de sus días más sobrios- levantaban la cabeza y veían a Juan Carlos abierto; se la daban, la paraba, esperaba a Oubiña y la devolvía al medio una vez quedaba libre, bien a la subida de Domínguez o las diagonales de Pizzi o Gama. Tal dominio posicional, aprovechado para presionar fuerte tras la pérdida, hizo que el Celta sólo pudiera salir con melones de baja calidad, casi siempre hacia la cabeza de Aspas, que quizá por eso la perdió. Ojo a esta roja y su posible sanción. Crucial.
La hoja de servicio de Riki en esta 2012/13 es de salvación.
La lata la abrió Riki, incluso antes de la expulsión de Iago. El «11» está brutal. No sólo es un peligro a la contra, y tampoco se queda en crear espacio a Gama y Pizzi con sus caídas a banda; además de eso está sumando algunos gestos en el área de sutileza decisiva. Es decir, no se conforma con ser Arjen Riki en algún fin de semana, sino que ayer va y se convierte en RikiVP. Riki está, más o menos, donde están Gio Dos Santos, Postiga o Nolito. El Celta se ha quedado sin el suyo. La zona baja, como siempre, se resolverá en la jornada 38. De infarto.
@danidelacuesta 16 marzo, 2013
Ahora mismo, supongo que será la euforia, no suena utópico decir que hay suficiente tiempo para lograr la salvación. Porque hemos visto durante la temporada que, cuando se logra un buen rendimiento defensivo, hay mimbres para luchar y ganar cualquier partido. Y porque era ni más ni menos que Luis Aragonés quien decía que esto de la salvación se decide en los últimos 10 partidos y el Dépor llega a ellos después de haber jugado como para golear ampliamente a 1) su máximo rival y 2) rival directo por el descenso. Son 30 puntos, 30. Y 5 partidos en casa, en un ambiente que es sencillamente inigualable.
Lo primero es comprobar hasta dónde llega el efecto rebote que puede tener esta victoria. Lo segundo y más importante es adecentar lo que está funcionando en el equipo. A saber:
– es tan importante el retorno defensivo de las bandas que, en aquellos partidos en los que se ha logrado, los laterales han aportado más en ataque. Bien Silvio y MP.
– si la pareja de centrales es esta, muramos con ella. Rotarla cada fin de semana está siendo negativo. A ver las lesiones…
– incorporar a JuanDo a la rotación del mediocampo. Hay partidos para Abel, Álex y Assunção, pero el más talentoso, el que no la pierde nuuuuuunca, el que engancha con Valerón, es él. Necesario.
– trabajar la confianza de Abel. Juega bien, pero pierde dos balones por partido que son "de gol". Inadmisible.
– incorporar a Salomão, uno de los 15 o 20 futbolistas más rápidos de la Primera División. Le pierde su juguetonería, pero sabe de qué va esto, ojo.
– no tocar lo que funciona y ha funcionado casi siempre esta temporada: Bruno+Pizzi+Riki+jerarquía de Valerón, dentro o fuera.
Y, nada, a rezar o lo que toque.
De hoy, no sé, no quiero comentar nada, porque estaría horas describiendo lo que he sentido en uno de los días más bonitos que he pasado en Riazor.
PD: Hemos conocido Martín y yo a mgfon en persona. Es algo que quería contaros, la intrahistoria de Ecos es así.