Mourinho no disimuló. Daba al partido una importancia relativa y salió con muchos no habituales, y sin Cristiano Ronaldo. Ni intentó apuntillar al FC Barcelona, ni nada del estilo, aunque supiese que estaba en su mano. En cuanto al líder, demostró que esa tregua merengue le era más un alivio que una chance. No es un grupo que ahora tenga en mente revanchas o reivindicaciones, porque sus problemas son cosa suya. De ellos. No juegan bien (fútbol) y se vienen abajo por la impotencia derivada (ánimo). De esta guisa, no quisieron, supieron, ni pudieron tomar la mano tendida por José al inicio, y, para cuando saltó el «7», no tenían la ventaja que requerían para sobrevivir.
La primera parte aburrió a mucha gente. Fue lenta, defensiva y opaca; un ataque estático muy estático del Barça que el Real controlaba bien pero sin pretensión de robo. En cualquier caso, la falta de brillantez no nos dejó sin cosas que comentar. Por ejemplo, que Thiago distinguió el partido. Dio un punto de alegría a sus jugadas que permitió al Barça ganar altura. El precio a pagar, sus pérdidas. Y no fue por inmadurez, sino por estilo. Su fútbol conlleva perder el balón más de lo habitual en la era Pep (aunque no más que en las de Cruyff o Rijkaard). Una de estas terminó en el 1-0, tras anticipación de Ramos a Messi. Cuando recuperaba retrasado, la falta de lanzadores -solo Modric- impedía al Real montar contras buenas; de ahí su escaso volumen ofensivo en el primer tiempo. Como no presionó, robó poco arriba, y dependió de las anticipaciones de los adelantados Ramos o Varane. Cuando un central anticipa, sale en carrera con espacio, atrae a un rival «que no le toca» y genera una ventaja. Así nacieron las contadas llegadas blancas.
El FC Barcelona chutó 2 veces a puerta en 90 minutos de juego.
Villa en banda no creó ni una sola ventajaEl Barça tampoco atacó más, y eso que tuvo un hueco que debió transformarse en un puñado de ocasiones. Al jugar Villa y Pedro, Iniesta hizo de interior, toda una prueba para Modric y Pepe. La idea de Mourinho fue que Essien -lateral derecho- influyese por dentro, casi como interior, pidiendo a Callejón que él cubriese a Villa -y no a Alba-. A ver, tácticamente es viable, sobre el futbolín se equilibran los muñecos, pero hablamos de Callejón defendiendo en el pico del área a un delantero de un FC Barcelona. De ahí debe salir algo más que un pase de gol a Messi. Villa en banda desequilibra demasiado poco. Para colmo, bloqueó a Alba. Sólo un 2 x 1 interesante en ese primer tiempo.
Un periodo que tuvo como protagonista a Pepe, que merece un párrafo para él solo. El fantástico central portugués es un talento, de verdad, incomparable defendiendo grandes distancias; tomando una posición que le permita influir en muchos sitios, intuyendo hacia dónde va a ir la bola, calculando si le da tiempo a cazarla y, sí, llegando a ella, aunque lo de llegar es más cosa de sus piernas que de su cerebro. También sumaba mucho tras los saques de Diego López. Se ponía como «10» y dominaba el salto. Simplificó con éxito una salida que no iba sobrada. Su calidad emborró la diferencia de potencial que había en los onces.
Ronaldo y Modric de mediapunta fueron demasiado para el Barça.
Ronaldo chutó a portería más que el BarçaLa tregua mourinhana finalizó en el minuto 57. Demasiado pronto para un Barça sin juego ni fe. Con Ronaldo entró Khedira, lo que adelantó a Luka Modric del mediocentro a la mediapunta, desde donde reprodujo el efecto Blancanieves que inventó Özil. El Modric del día a día es base, pero con un 30% de posesión debe ir más arriba. En cualquier caso, la distancia es Ronaldo, que ahora mismo es el Rey. Le sale todo bien porque tiene todo lo que quiere. El punto de inflexión, a menos que sea una casualidad rara, fue la primera gran ovación del Bernabéu. Sus dos primeros meses de este 2013 son cúspide en este deporte. Está a un nivel que han tocado menos de 10 hombres en los 60 años filmados. Como fue profundo, el Real ganó metros, y Morata pudo lucir. Se mueve peor que Callejón, pero hace más cosas con el balón. Con Ronaldo en el campo, el Barça se acercó una vez a López.
El Barcelona necesita algo ajeno al juego que recupere su ilusión.
Cerramos con franqueza. Estos dos Clásicos a nivel juego, de cara al futuro cercano, nos generan más pesimismo azulgrana que optimismo merengue. Ambos han estado marcados por los problemas culés. El Barça está seco de imaginación, sin confianza en sus posibilidades y más que vulnerable en lo anímico. Necesita un punto de inflexión: un posible regreso de Tito, una goleada salvaje ante el Dépor o incluso la irrupción de un nuevo chaval -¿Deulofeu contra Fernando Vázquez?-. Tampoco le iría nada mal que el United eliminase al Madrid, porque pese a que el Barça tenga bastante con lo suyo, esas cosas siempre ayudan, siquiera sea por el alivio. Y, desde luego, el Real puede perder en Old Trafford. Mourinho ha generado ventajas surrealistas contra el Barça en la pizarra, los merengues han jugado a pedir de boca estos dos Clásicos, y aunque hayan respondido, partir en igualdad táctica no es lo mismo. Y sigue habiendo blancos que no están. Futbolistas a los que Mourinho no ha podido imprimir su sello. Los últimos minutos ayer son un ejemplo. Una contra peligrosa es bloqueda con una falta táctica de Arbeloa que liquida el embrión de ocasión. Las faltas están para hacerlas, y las amarillas para gastarlas. Álvaro compitió. En la jugada siguiente, Ramos mete un pie sobrante, corriendo un riesgo indebido. El Real tiene varios hombres con serias opciones de fallar, y su juego, hoy, no le da para compensar grandes pifias individuales. Llega con la moral justamente alta, pero aún no recuperó al 100% el sello de Mou.
cassavetes 3 marzo, 2013
Estos dos clásicos han significado mucho más para el Barça que para el Madrid, creo yo. El Real Madrid lleva meses sabiéndose superior al Barça, estos dos clásicos solo pueden aportar un punto anímico (que es importante, por supuesto). En cuanto a juego, poco se puede sacar en claro más allá de la confirmación de Varane, estas victorias aplastantes pueden ser una arma de doble filo, las ventajas que ha dado el Barça esta semana han sido surrealistas, eran un pelele en manos de Mou y Cristiano. El punto de inflexión merengue ha de ser y será Old Trafford. Su gran noche de Champions que aún no han consumado. Tienen las de ganar, sin duda.
En cuanto al Barça, si la más que probable derrota en la eliminatoria de CL ocurre, la temporada estará "perdida y finiquitada", exagerando. La remontada contra el Milan me parece a día de hoy inasumible (bueno, ya me lo parecía cuando iban 0-0 en San Siro), y la ventaja en liga borra toda motivación para competir. Menudos meses se le avecinan al Barça.
Creo que se han hecho muchos esfuerzos para que la transición del Barça de Xavi al Barça post-Xavi fuera lo menos traumática posible. Lo que pasa es que se ha hecho mal, y ha desembocado irremediablemente en este mes horribilus (han salvado los muebles haciendo una primera vuelta de espanto, menos mal). Xavi asegura cero pérdida, y sin él al 100% hay que convivir con la pérdida. El dilema no estaba en quien sustituía a Xavi, el gran dilema era reformular toda la transición defensiva, crear un equipo que no necesite un 75% de posesión, que pueda correr hacia atrás. Narices, que no es inviable, es de lo más normal. La casa se empieza por el tejado (y los equipos por la defensa), no hay ningún central que de absoluta garantía, y todos ellos cuando el conjunto falla son los primeros en caer.
Habrá que ver que hace Tito cuando vuelva, me gustaría que se animará y provara cosas. Un compañero a Busquets, dar más facilidades a Thiago… El patacazo ha sido enorme pero la ilusión ha de estar allí, el Barça tiene grandes jugadores y tiene hasta final de temporada para reinventarse, lo que consigan por el medio, ya veremos.