Miguel Hernández, el poeta, y Lass Bangoura, el futbolista, tienen un par de cosas en común. La primera de ellas es el sector del campo que reconoce el fútbol de ambos, pues cuenta el biógrafo que Miguel Hernández fue un buen extremo derecho. Y a falta de mejores pruebas habrá que creerérselo. Aunque seguramente su juego no se pareció demasiado al de Lass. Se dice que Miguel Hernández era un futbolista entregado y con calidad en las botas, pero también tenía fama de lento en una época en la que al fútbol se jugaba mucho más lento que ahora. Sus compañeros incluso le apodaron “Barbacha”, como el típico caracol de la costa valenciana.
Poco que ver con Lass en este punto. Porque Lass es muy rápido y ayer no se cansó de demostrarlo. En una nueva exhibición que se cuenta entre loLa espalda de Filipe fue una debilidad que atacó el Rayo mejor que hemos visto esta temporada, el Rayo de Jémez se impuso al Atlético de Simeone sirviéndose del guineano como punta de lanza de un plan que apuntaba descaradamente hacia la espalda de Filipe Luís. Pero el mérito del Rayo va mucho más allá del brillante dinamismo con el que Leo Baptistao y el Chori Domínguez condicionaron la defensa de su camarada africano. El Rayo no es solo un equipo que empuja al unísono en una misma dirección, sino que lo hace a sabiendas que la suya es la más arriesgada de todas las direcciones posibles. Que pisa un terreno ignoto.
Algo así como la desaparecida escuela de Vallecas que en su momento se propuso arrastrar a España haciaEn el Rayo sí creen que todo es posible si son valientes la modernidad a golpe pinceladas surrealistas y todo tipo de propuestas alocadas. El movimiento cautivó entre muchos otros al propio Miguel Hernández, al que la estancia madrileña privó de asistir regularmente, como era su costumbre, a los partidos de su querido Orihuela. La afición al deporte, la vanguardia artística y un sinfín de explosiones de creatividad y alegría marcaron la juventud de una época tan convulsa como llena de posibilidades que nadie supo aprovechar tan bien como aquellos que dieron alas a sus mayores ocurrencias. En la España de los años treinta algunos supieron ver que todo era posible si se abrazaba el futuro con valentía, aunque no todos se lo creyeron.
Tampoco se creyó demasiado en la idea de Paco Jémez para este Rayo. Fue tal el escepticismo que ni la posición del equipo en la clasificación, nunca alarmante, logró disuadirlo. Hoy las cosas han cambiado, incluso cuesta ponerle plazo al increíble momento de forma que atraviesa el equipo, pues semana tras semana refrenda su compromiso con la locura de su entrenador. Cuanto más se expone menos expuesto parece, Lass cada día escoge mejor, Trashorras sigue trabajando y, si falta Tito, debuta Arbilla y aquí no ha pasado nada. Miguel Hernández, el poeta, y Lass Bangoura, el futbolista, tienen un par de cosas en común. La segunda es la obra a la que ambos han entregado lo mejor de si mismos: el rayo que no cesa.
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@DavidLeonRon 11 febrero, 2013
"La espalda de Filipe fue una debildad que atacó el Rayo"
Eso me pasa por decir el otro día que cerraba muy bien el segundo palo ^^
Bromas aparte, me parece que al brasileño (que viajó con su Selección), como al resto de su equipo le ha pesado la jornada intersemanal. Y el Atlético con la mente al 100% es mucho, pero al 60%, como dice Simeone, "es nada".