El partido tenía un peso especial porque, por primera vez, el proyecto Arsene Wenger se tambalea de manera palpable. El Arsenal venía de ser eliminado de la FA Cup por el Blackburn Rovers, -equipo de segunda división-, y este hecho dejaba a los gunners ante la obligación de ganar la UEFA Champions League si querían terminar con una sequía que, salvo milagro, va a prolongarse ya durante ocho años. La percepción de que esta vez es diferente se basa en detalles evidentes. La rueda de prensa de Wenger antes del partido, con el técnico francés bastante nervioso, o alguna movilización en la red por parte de aficionados, no habituales en épocas recientes, a pesar de que el equipo no levantase trofeo alguno. La movilización, por cierto, aunque de momento minoritaria por el impacto que he podido percibir, consistiría en una protesta en el minuto 8 del próximo partido ante el Aston Villa, momento elegido, de manera simbólica, para recordar la sequía. Veremos si finalmente se produce una protesta generalizada, pero la realidad es que en el ambiente flota un clima de pesimismo indiscutible.
El último título del Arsenal fue la FA Cup de la 2004/2005.
La figura de Wenger en el Arsenal que conocemos hoy en día es importantísima. Una simple visita al Emirates Stadium sirve como ejemplo. Estatuas del propio entrenador, y una influenciaEn el Emirates se comprueba la importancia de Wenger importante en la construcción del estadio deben servir como muestra. Por ejemplo, el propio vestuario gunner está hecho siguiendo cuidadosamente las instrucciones del técnico francés. Una amplia sala de baño y jacuzzi con la intención de que los futbolistas pudieran dialogar después de los partidos, la zona donde se cambian los jugadores, más rectangular y reducida que la del equipo visitante con el fin de que todos los futbolistas convocados puedan hablar entre sí, e incluso una mesa central más baja para que todos puedan verse la cara en los momentos previos y posteriores al partido. Es decir, un peso decisivo en factores tan determinantes como lo es algo que va a perdurar años y años en las entrañas de un club. Me parecía importante matizarlo, aunque sea con curiosidades como esta, para entender lo que significa Wenger en el Arsenal, al margen de lo más importante: los títulos conseguidos en su primera etapa.
Sin embargo, este es el momento en el que el crédito parece acabarse. El partido que el aficionado vivió ayer frente al Bayern es un motivo para añadir. Cierto es que sería injustoMandzukic y Kroos fueron determinantes en el partido enfocar el choque a la mala actuación de los londinenses, porque el tramo inicial de los bávaros fue de primer nivel, de algo que solo puede hacer un candidato a ganar la Copa de Europa. El Bayern salió con su 4-2-3-1 habitual, con Mandzukic como delantero centro y Toni Kroos -estuvo sencillamente brutal- en su espalda. Merece la pena empezar el análisis mencionando a ambos, porque fruto de su trabajo nacieron las primeras ventajas del partido. Ambos incordiaron de manera apabullante la salida de pelota gunner y, sumados a la excelente lectura de la dupla Schweinsteiger – Javi Martínez, no permitieron que el Arsenal iniciase jugada con comodidad en ningún momento de la primera media hora del partido. Fruto de un posicionamiento y técnica para robar bestiales, el Bayern se aseguraba robos a buena altura y ejecutaba con maestría, sobre todo desde el perfil derecho, donde Müller y Lahm estuvieron soberbios.
Wenger optó por Arteta, Ramsey y Wilshere en medio campo, con Cazorla y Podolski en las bandas y Walcott como delantero centro. Arteta era el primer receptor, con Ramsey demasiado alejado del español y WilshereLa posición de Walcott no casaba con lo propuesto en un papel de mediapunta. A la ya comentada efectividad inicial del Bayern en su primera línea de presión, hay que añadir el hecho de que ni Ramsey ni Wilshere ofrecieron soluciones cercanas a Arteta para abrir líneas de pase y poder progresar. Con este panorama, la elección de Walcott como delantero centro carecía de sentido, porque los centrocampistas gunners nunca pudieron girar con ventaja entre líneas y activar al espacio a Walcott, para que, de este modo, pudiera aprovechar su tremenda superioridad en carrera respecto a la dupla de centrales alemana. Con este panorama, el Arsenal solo podía optar por balones directos desde la defensa, con Walcott pugnando frente a Van Buyten y Dante, algo imposible para el inglés en los duelos, o una progresión lateral que llegaba a cuentagotas. Si el Arsenal conseguía salir con alguna habilitación de Wilhsere hacia el perfil izquierdo, o de Cazorla hacia el derecho, se encontraba con un centro lateral que tenía en Walcott el principal activo para cargar el área. Probablemente Giroud, en un escenario como este, hubiera podido ofrecer más soluciones.
El Bayern Munich se fue al descanso ganando 0-2.
El primer tiempo acabó con la sensación de que la competitividad, determinación y suficiencia del Bayern está al alcance de muy pocos equipos en el mundo. Sin embargo, cosas del destino, una acción puntual provocó que el Arsenal se metiera en el partido. Un fallo muy grave de Neuer a la salida de un córner acabó habilitando a un Podolski que no desaprovechó el regalo. Fue entonces cuando el Arsenal disfrutó de algunos minutos en campo rival, más por el factor emocional de haberse visto superados en el primer tiempo, tener un marcador cercano, y, por supuesto, una actitud en los alemanes ligeramente más contemplativa. Sin embargo, en ese tramo de partido apareció un Dante inconmensurable. Dejó varias lecturas de bastante buen nivel, y logró ganar disputas aéreas clave. La realidad es que sus momentos de despiste en el Gladbach hacían dudar, creo que con razón, de su competitividad en la máxima exigencia, pero lo cierto es que ayer cumplió con creces. El partido se cerró con una de esas acciones al alcance de los grandes equipos. Y es que, a pesar de que el remate acabe en la portería gracias a la diosa fortuna, la conducción de Robben, la llegada de Lahm a un carril previamente aclarado, y el pie para centrar del lateral significa que la acción tenía muchas papeletas de acabar en la red. Un solvente Bayern frente a un superado Arsenal, para el que visitar Munich será una papeleta importante. Nos parece imposible por todo lo que le ha dado al club, pero la sensación, es que el trabajo de Wenger, empieza a cuestionarse.
@SharkGutierrez 20 febrero, 2013
Debo de reconocer que no me gusta el Bayern; no lo digo por el magnifico equipo que tiene, sino por la "tirria" que le tengo. No me gusta como rival, porque tiene una suficiencia y paciencia al nivel de los grandes, de los excelsos equipos de Europa.
Varios paralelismos: tiene la efectividad del Madrid 2011-2012, la capacidad de verticalizar del mejor Arsenal y el saber defender con el Balón de su futuro entrenador con el Barça. A esto, hay que sumarle una apreciación que encuentro interesante: el Bayern tiene sus propios periodos marcados: 20' de arranque espectácular, hasta que se ponen con ventaja y de ahí, al descanso. Segunda mitad, permiten respirar al equipo ríval, parecen que les cuesta meterse en el partido tras la reanudación y cuando más languidece su dóminio: gol. Sentencia del partido.
¿La diferencia? Ninguna, salvo la exigencia del ríval; de ahí que piense que este equipo no se ha visto exigido en demasía (salvo algunas fases de juego del Valencia, el Borussia Dortmund y la desesperante falta de puntería ante el Leverkusen que le hizo perder el encuentro, por tener los "aspirinos" más efectividad). El resto es "lavar y guardar la ropa". Es exásperante y no me gusta verles por más que intenten hacermelo ver como "el cénit" del juego. Ahora llega la hora de la verdad; con el campeonato decidido practicamente, la Copa Alemana más o menos a tiro y la Champions League, veremos hasta donde llega la suficiencia de este Bayern.
Referente a Kroos, solo tengo que rendirme ante él. Sin balón es elemento de presión, con él, permite a Bastian descolgarse y ejercer de apoyo cayendo a derecha, permitiendo así liberar a su vez a Müller y ceder carril a Lahm. Si mira a la izquierda, Ribéry viene se apoya a nivel interior y concede carril a Alaba con Mandzukic fijando para aprovechar cualquier oportunidad generada y/o entrar por la puerta aparentemente cerrada.
Respecto al Arsenal, solo me cabe decir que es una caricatura del equipo que un día fue. Jugar sin un jugador físico en el pivote ante al Bayern, me pareció una lectura deficiente de Wenger en el inicio; luego está lo de Walcott (Giroud de inicio, podría haber ido mejor). Como algunos deciáis en la previa, en Múnich huele a azufre; ya hoy echaron el pestillo a la puerta para dejar sin posibilidad a los ingleses.