El Real Madrid-Barcelona del pasado miércoles era un foco de atención demasiado grande como para que los muy buenos entrenadores de nuestra Liga no sacaran cosas de él. Fórmula para dominar 90 minutos al Barça quizás no haya, pero la vía para agobiarles un ratito parece haberse redescubierto. Es cierto que la lectura general del choque lleva un pequeño asterisco; madridistas y culés demostraron esta jornada que no hay humano que salga de un Clásico sin resaca. A pesar de ello, el duelo de Mestalla vino cargado de detalles con pinta de fundamentales en el futuro.
Valverde dudó poco. Su equipo debía aprovechar la posible fatiga azulgrana desde el pitido inicial. Para ello, el técnico che ordenó una presión altísima, a imagen y semejanza de las que vemos al cuadro de Mourinho frente al Barcelona. La figura clave fue Tino Costa. El argentino ofreció un recital ante un Xavi que grita socorro en estas situaciones. El cerebro de Terrassa, es casi una certeza, ya no sobrevive en estas fases de partido. Tino vigiló tan de cerca al catalán que por momentos creímos ver marca individual. No fue así. Víctor Ruíz (también destacado y valiente en el achique) y Costa formaban en doble pivote con Banega por delante. El Valencia lograba incomodar la salida barcelonista y tras recuperarla, sabía cómo jugarla.
Banega volvió a liarla frente al Barça. Cuando los de Vilanova no consiguen saltar el pressing del contrario y establecerse arriba, Busquets queda desnudo. Si el mediapunta rival tiene talentoEver y Soldado disfrutan ante el Barcelona para ubicarse rápidamente en el instante del robo, hay opción de correr. Ozil es el ejemplo perfecto de “esconderse” por todos lados para pillarla. Banega es diferente. Ever disfruta con el contacto, metiendo el cuerpo y usando la referencia del adversario para hacerse espacio. Ideal ante el Barcelona. No fue la exhibición de hace un año pero bastó para que los suyos respiraran. A él se unió un buen Soldado. El internacional español saca escaso beneficio de su movilidad en el día a día, pero ante Mascherano goza siempre. Roberto fue incisivo y muy productivo; el Jefecito tuvo que ser sustituido (continúa en un visible estado de nerviosismo) por un Carles Puyol que tampoco se libró del acierto del nueve valenciano.
Si está inspirado, a Banega no le importa que le presionen; se va.
El remedio blaugrana a la presión no tiene secretos: Iniesta y Messi. En vista de que Andrés tenía la tarde oscura, Leo decidió ser protagonista. Con Ricardo Costa en la chepa, el “diez”Pedrito no está siendo amenaza suficiente completó la primera mitad sin entrar en el área, un hecho tan insólito como preocupante. El Barça ve como su profundidad mengua, y hay que buscar causas. Por ejemplo, Pedro. El canario es un artista picando hacia el gol, cuando la portería está próxima. Sin embargo, sus rupturas raramente aportan una solución a los problemas. No entiende el desmarque más allá de su batalla con el lateral. La calidad de sus movimientos es muy inferior a la de su compañero Alexis Sánchez, pero su titularidad difícilmente peligrará con el chileno en cuarentena.
El escenario no cambió en la reaundación. Como decíamos, la desconexión es innegociable cuando pasaste tres cuartos de hora con la mente a tope. Sin embargo, los condicionantes del encuentro ocultaron las consecuencias del bajón físico local. El Valencia siguió robando y saliendo, sobre todo mediante unos portentosos Cissokho y Guardado, que explotaban con regates la espalda de Xavi. Dani Alves está en línea ascendente, pero con el uno contra uno todavía tiene cositas que ajustar. Se le van con suma facilidad.
Guardado y Cissokho profundizaron muy fácil por la izquierda
Ante el empuje valencianista, Roura advirtió la necesidad de involucrar al otro “antipresiones”, Andrés Iniesta; fuera Cesc y el de Fuentealbilla en permanente roce con la bola. Así creció el Barça, pero el afán por la victoria era inexistente en los visitantes. Algo que pudo haberles costado la derrota si no llega a ser por el tremendo paradón de Valdés, una imagen poco frecuente esta temporada. Su celebración de rabia fue significativa. El hipotético punto de inflexión de su portero sería la noticia más positiva en una noche que confirmó lo mal que lo pasaría el Fútbol Club Barcelona si los partidos duraran 45 minutos.
@Arashi_EG 4 febrero, 2013
Ya que hoy en día Xavi ya no es tan determinante no se hasta que punto rentaría más empezar a poner a Thiago en esa posición ya que aunque pierda balones también tiene más talento defensivo para recuperar. Otra opción más conservadora sería un Busquets-Song que creo que ni se ha visto y no creo que lo pruebe a estas alturas, quizás se sacrificaría demasiado en salida de balón pero permitiría a Busquets acudir al robo arriba teniendo a Song controlando al mediapunta, Ozil el otro día y Banega ayer