El debate sobre qué formato de Copa es mejor siempre estará ahí, y razones no faltan. A menudo miramos con envidia esas primeras rondas británicas, en las que impronunciables clubes meten en mil problemas a los grandes en sus abarrotadas ratoneras. Sin duda tiene un componente romántico que no tiene nuestra Copa, a la que solemos recibir con desencanto a finales de octubre. Por suerte, la paciencia de entonces nos está siendo recompensada con creces en un mes de enero alucinante. El duelo entre Málaga y Barcelona, el Clásico y ayer un Atlético-Sevilla precioso, intenso, al que no le sobró nada.
Lo que pueda aportar Unai Emery al Sevilla el tiempo lo dirá. Lo que está claro es que su llegada ha sido muy positiva a corto plazo. Los de Nervión van con otros aires, juegan con más pasión; algo fundamental para un equipo –y un club– que edificó todos sus éxitos recientes desde la energía. El vasco sorprendió con un 4-3-3 con Gary Medel y Kondogbia como interiores y Maduro como único mediocentro. En el Atlético de Madrid, la novedad fue la titularidad de Adrián y la ubicación de Arda. El turco se colocó esta vez en la derecha, huyendo seguramente del excesivo trabajo físico que requiere tapar la banda de Jesús Navas y Cicinho. La verdad es que ambos técnicos tuvieron una buena noche. Les salió todo lo que buscaron.
Con el dibujo y los nombres elegidos por Emery, la gran incógnita era saber cómo rellenaría el Sevilla los huecos entre líneas, qué futbolista se descolgaría de la estructura defensiva, Kondogbia supo interpretar el encuentrotanto por delante como por fuera. Inesperadamente, el trabajo fue bastante coral y fluido. Medel tuvo una actuación meritoria y valiente, pidiendo la pelota en zonas apretadas como requiere el sistema. Pero lo llamativo estuvo en la izquierda: Kondogbia y Rakitic permutaban posiciones con acierto, haciendo rica la posesión del Sevilla, creando superioridades en ese sector junto a la incursión de Fernando Navarro. Los sevillistas encontraban la manera de tener la bola unos segunditos en campo contrario, recuperando con Rakitic ese cambio de orientación a Navas que tantas esperanzas da cuando aterriza en los pies del extremo. Como los visitantes atacaban muy arriba, quedaban bien preparados para la presión posterior, que con Medel y Kondogbia era cosa seria. El Atlético sufría para saltar ese achique y buscaba en largo a Diego Costa, que perdía de entrada frente a Spahic. Agradaban los de Unai… pero el Atleti es mucho Atleti.
Kondogbia mostró detalles para creer en él de cara al futuro
Conscientes de que los andaluces no tenían fijado un jugador en la izquierda, Juanfran empezó a pasar al ataque, liberando a Arda de la marca de Kondogbia o Navarro. Tampoco necesita muchoAdrián está en el buen camino para «volver» el ex del Galatasaray para liarla, dicho sea de paso. El internacional por Turquía es impresionante. Con gestos técnicos dignos de un Iniesta inspirado, comenzó a hacerse espacio y a encontrar a la otra gran noticia del día para los colchoneros: Adrián. El asturiano leyó perfectamente cada situación de partido. Detectó dónde estaba la ventaja para su equipo y no paró de activar con rupturas el carril derecho, sin olvidar echar una mano a los del otro lado cuando tocaba. Está en proceso de vuelta, y los suyos lo agradecen. Por su fútbol y el despertar de Diego Costa, el Atleti impuso 20 minutos de rodillo que acabaron sin gol por esos caprichos que tiene la pelotita.
Al descanso nos fuimos con 0-0, pero el choque era pata negra en lo táctico. Spahic, perfecto en la primera mitad, mandaba al garete su desempeño con un penalti y expulsión. Siendo justos con el bosnio, hay que decir que pocos puntas son más pesados que Diego Costa. Soportarle 90 minutos ahora mismo es una tortura. Con 1-0 y un hombre más, Simeone olió la sangre. Pero surgió Navas. Jesús es un crack pero no un genio. Sin embargo, lo que hizo en el 1-1 tiene categoría de tal. Su pase a un destino vacío es impropio de su juego. Dejó a todos helados, incluido a Godín que se fue a la calle.
Diego Costa es una pesadilla para un central que dude un poco
En 10 contra 10, el asunto iba a volverse todavía más físico. Medel y Kondogbia abarcaban terrenos amplísimos, mientras que Gabi y Mario no paraban de correr ni un solo momento. El Cholo entendió que era contexto para el Cebolla; el uruguayo ayudaría contra Navas y podría intentar sus carreras individuales. Voilà; en una de ellas, otro penalti, otra mano, otra expulsión. La tercera de la velada. Con 9, Unai se la jugó a la motivación especial de Reyes en su antigua casa, retrasando un poco a Rakitic. Una decisión de riesgo que no tuvo peso alguno porque ya no ocurriría nada más. Entre tanta tensión, el partido se nos fue en un suspiro. Qué rabia da tener que esperar casi un mes para las dos revanchas de semifinales. Queremos más Copa.
Abel Rojas 1 febrero, 2013
Me he equivocado con muchísimos jugadores a lo largo de mi vida, soy bastante malo con las primeras impresiones, pero sin duda la peor que he hecho nunca ha sido sobre Kondogbia. Sus dos primeros partidos me parecieron la muerte. Recuerdo su partido en Balaídos y, de verdad, de lo peor que he visto en un futbolista profesional. Patoso, sin sentido táctico alguno, lentísimo de ejecución. Lo que hace la confianza y la falta de ella… pero bueno, un futbolista es un futbolista y hay que ser más preciso a la hora de darse cuenta de quién es. Kondogbia tiene cosas.
Por cierto, hacía bastante que no coincidía de manera tan exacta con un análisis de David León.