No es sólido; le falta constancia, aún debe aprenderse un par de trucos. Sin embargo, Rubén Pardo ya se ha convertido en una de las grandes atracciones de la Liga y en un puntal para el juego de la Real Sociedad. Asistir a su crecimiento es una gozada placentera; aprovecharse de su calidad superior, un lujo competitivo. Es tan bueno que no importa que no esté entero. Ahora bien, hoy juega contra el FC Barcelona. A estas alturas de su carrera no hay un equipo que le venga peor a su fútbol. Le tocará correr detrás del balón en 70 de los 90 minutos, en el mejor de los casos para él.
El canterano es una debilidad defensiva relevante. No está condenado a serlo en el futuro, se le atisba un punto de agresividad norteña que con experiencia transformará en utilidad, pero de momento es un lastre cuando la Real no tiene la pelota. Si los de Anoeta defienden arriba se pone en la línea de Prieto, por delante de Illarramendi, sin seguir la presión en el centro ni ayudar a su volante a cerrar la salida lateral; si les toca defender en estático, acompaña a Illarramendi en el doble pivote, testimonialmente. Con estos credenciales, el juego culé es una tortura para él. Mostrará sus carencias de forma permanente.
La Real le necesita para superar la primera presión.
La ausencia de Zurutuza resta sostenibilidad a Rubén Pardo¿Qué le queda a Montanier? El fútbol es de los futbolistas, y ni siquiera Vela, el mejor de los suyos, tiene el talento de Pardo. Con él, todos los «y-sis» son más ilusionantes: «Y si el Barça se despista y cede el balón unos minutos», «y si el Barça juega regular y permite que alguien lance contras cómodo», «y si a Rubén Pardo le sale la primera exhibición de su carrera». Además, contra el líder, es tan importante la solidez sin balón como la calidad para superar su defensa adelantada. Al volver a ser profundo, el Barça ha vuelto a lanzar a Busquets muy arriba para sesgar contras antes de que nazcan, y justo ahí un Pardo entonado, por control y visión, sí es un gran activo. La baja de Zurutuza es una trastada para Montanier. El rubio es el medio que permite a Rubén sumar arriba o abajo, con o sin balón, según el partido. Era una pieza importante para el día de hoy.
Lo peor que le puede pasar a Pardo es aprender muchísimo.
En cualquier caso, lo mejor que puede hacer Montanier es tomarse el partido con alegría, y sentar a Rubén, pese a que sería comprensible, bajaría la moral de las tropas. Tanto a las de la grada como a las del campo. El concepto a manejar es esperar que el empate del Málaga en el Camp Nou del pasado miércoles despiste al Barça lo suficiente como para que los guipuzcoanos puedan hincar el diente a la pelota en algún momento de la tarde. Y si no es así, lo peor que le puede pasar al joven proyecto de estrella es que Busquets, Xavi, Fábregas o Iniesta le regalen una clase de las que no se olviden, como hicieron con Isco la semana pasada. Le dolería bastante la cabeza en el minuto 90, pero se levantaría mejor futbolista mañana por la mañana.
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Ni Xabi Alonso ni Xavi
Abel Rojas 19 enero, 2013
La opción de que juegue como 10, por delante de un doble pivote más fijo, también la entendería, por su capacidad para el último pase, pero creo que si juega la Real lo necesitaría ayudando en la salida.
Me gusta ver a los chavales contra los grandes. Pardo debe resarcirse de lo mal que jugó contra el Madrid hace 2 semanas.