El formato del torneo era muy diferente al actual. Un duro proceso de clasificación colocaba a cuatro afortunados en las semifinales, que pasaban a disputarse en una sede ya fija. El anfitrión sería Bélgica, y el año, 1972. Alemania llegaba a la cita con el gran Franz Beckenbauer, consolidado años después como uno de los grandes futbolistas de la década. Sin embargo, no iba a ser El Kaiser el gran artífice de la conquista germana. Gerd “Torpedo” Müller sería el autor de cuatro de los cinco goles de su equipo en el campeonato. Tras vencer a los locales 2-1, con dos goles del delantero de Nordlingen, se proclamarían campeones tras golear 3-0 a la URSS en el partido final, con otros dos tantos de Müller.
Ha sido, seguramente, el último gran conjunto que ha podido reunir el histórico River Plate argentino. Sorín, Salas, Ortega y, por encima de todos, Enzo Francescoli. Delante, la Juventus de Del Piero y Zinedine Zidane, recién fichado por la entidad turinesa tras su explosión en el Girondins de Burdeos. El cuadro italiano, entrenado por Marcello Lippi, se caracterizaba por la fuerza y la solidez de su línea del centro del campo. Los Deschamps, Jugovic o Di Livio lograron neutralizar la calidad y fantasía sudamericana. Sería Alessandro Del Piero, por entonces la gran estrella de la Vecchia Signora, quien resolviera a poco de final un encuentro trabado. El gol de Pinturicchio daba la segunda Copa Intercontinental a la Juventus.
letissier 26 noviembre, 2012
Que hombrecillo Muller, quizás de los grandes delanteros que pasarán a la historia del fútbol, el mas limitado, pero limitadisíimo.
Y pensar que cuando el Barça ficha a Cruyff la primera opción era Gerd.. que suerte la nuestra aquél día.