La letra del himno de la Liga de Campeones no es la más brillante, y la dicción del coro de la Academy of St. Martin in the Fields tampoco es la más inteligible. Sumémosle su mezcla de tres idiomas distintos y resulta que lo que nos cuenta la canción no nos interesa demasiado. Poco importa, la verdad. Lo que nos gusta son esos arreglos que realizó Tony Britten sobre el Zadok, de priest de Händel, una música icónica como muy pocas que acude puntual a cada cita con la mejor competición que el fútbol puede ofrecernos. En cuanto al mensaje nos conformamos con ese “…the chaaampions!” que todos reconocemos y que, dicho sea de paso, resume bien toda la canción.
No sé si, como muchos de nosotros, Manuel Pellegrini tiene su propia versión de la letra, que canturrea para sus adentros mientras los suyos desfilan hacia el césped. Puede que antaño su versión usara “Riqueeelme” como estribillo, pero ahora seguro que trata sobre el Málaga. Es posible que meta con calzador a “Isco y Juaquín” en el penúltimo verso, o quizá se las apañe para maldecir la lumbalgia de Monreal aun llevando al límite el ritmo de la melodía. El ingeniero sabe que convivir con este himno semana tras semana ha sido difícil, que su equipo necesitaba un respiro lo antes posible. Cuando hoy arranque la musiquilla el chileno la disfrutará más que otros días: su Málaga ya está en octavos.
Abel Rojas 21 noviembre, 2012
^^
Habrá que ver el 11 de hoy. Lo normal es que Pellegrino dé descanso a todos los que le importan y oportunidades a todos los que le interesan. Me apetece ver a Buonanotte, por ejemplo. Creo que un sitio con menos competencia en su posición haría un muy buen papel.