Pepe Mel fue pura hospitalidad. El Madrid, que había oído hablar sobre lo mala que es Sevilla para aparcar el coche, daba por hecho que sí que habría sitio para estacionar un pequeño balón, pero allí abajo en el verde, a simple vista, no quedaban huecos. Pepe, que conoce el foso del Villamarín mejor que nadie porque lo ha hecho él, le avisó con señales: «quedan dos plazas, una a la izquierda y una a la derecha. Las del medio están ocupadas». Mourinho debe ser gran admirador de todo lo bético, pues es un equipo que juega como le gusta, así que, con predisposición positiva, aceptó las instrucciones de su técnico, durante 45 minutos. Efectivamente, allí donde Mel le señaló había sitio, pero la salida noble quedaba lejos, y en vez de resignarse decidió dar vueltas, por si pillaba a alguien saliendo. Pepe y José, dos buenos tipos jugando a vivir normal, sin trampas; partidazo, y victoria grande del Betis contra un Madrid en alza en una gran noche de fútbol.
El entrenador local no lo tenía fácil. Sabía que el Real venía haciéndose fuerte por Alonso, Ronaldo y Benzema, y que en el centro, allá sobre la mediapunta, generan lo más peligroso. La plantilla bética ahí es débil este año, y sin Paulao, Mario o R. Pérez el margen incluso se reduce. Un jugador profesional al uso durante 90 minutos puede sacar cosas que no tiene. Son gente, se creen las mentiras mejor contadas, y la mente manda. Aprovechando que estaban sensibles por lo del Pizjuán, Mel dijo a los suyos que eran la Juve de Capello. A cerrar espacios.
Técnica y tácticamente el partido del Real Betis fue perfecto.
En lo táctico el Betis dibujó un 4-2-3-1 simétrico. Protagonistas, Salva Sevilla, mediapunta, y Beñat y Cañas, doble pivote. SecundariosÁlex Martínez y Ángel, el «2» y el «3», fueron cruciales de honor, Álex Martínez y Ángel, sin quienes lo de ayer no se entiende. Los laterales béticos iniciaban la jugada cerrados y presionantes, pues conocían que Di María, Özil y Ronaldo reciben en tres cuartos y entre la banda y el centro, para iniciar el fuera-dentro, y Mel no quería que Beñat y Cañas fueran a por ellos. Mel quería que Beñat y Cañas recibieran las conducciones merengues tras un trabajo ya hecho que les quitasen calidad (por perder precisión en la conducción o simplemente por llegar más cansados). Si Coentrao o Arbeloa subían, Agra y Juan Carlos sufrían corriendo hacia atrás, sin problemas. Sin balón, ésa era la colocación.
En lo técnico vimos lo mejor. Es bonito ver reflejado en un partido de fútbol el trabajo de vídeo de un entrenador, y ayer fue uno de esos días. Los béticos defendían a cada jugador blanco ligeramente inclinados hacia fuera. Por poner un ejemplo, si recibía Özil en su perfil derecho, Cañas le acercaba más el hombro derecho que el izquierdo, y la pierna que clavaba fuerte era la izquierda, teniendo la derecha flotando para actuar rápido cuando procediese. Beñat, ante las recepciones de Ronaldo en el otro lado, se disponía de manera inversa. El objetivo era expulsar al Real siempre hacia los costados. Si un madridista quería pasársela a su lateral o regatear hacia la banda, el éxito estaba garantizado. El Betis estaba vendido ante esos movimientos. Le daban igual. Prefería que el Madrid ganase línea de fondo por banda a que batiera una línea por dentro. Conducta obsesiva en este sentido.
Salva Sevilla nunca pudo con un Xabi Alonso desatado.
Aunque el Betis lo estaba bordando, el Madrid era superior. El equipo de Mourinho ya es el equipo de Mourinho. Se vio ante el Levante, ante el Athletic Club y ante el Manchester City. Con su súper ritmo, su verticalidad precisa, su llegada masiva al área y su control defensivo a 70 metros de Casillas. Más o menos finos, ellos. Y como ese equipo es un equipazo, el Betis sufría. El artífice principal fue Alonso, que, con ayuda del mejor Ramos del año, conseguía filtrar balones a Özil, pese al entramado táctico verdiblanco. Mesut, que no está a tope pero ayer ganó en presencia, tiene un pro y una contra: el pro es que juega de cine; la contra, que su sed de sangre es irregular. O sea, las mejores posiciones del Madrid fueron gracias a Özil, pero no convirtió el juego de Xabi en lo que podía haberlo convertido. El turco acabó desviando el tráfico hacia donde quería Pepe Mel, y en especial Cristiano creó mucho peligro externo, pero el Madrid echó en falta un rematador. El Betis, que había marcado 1 de sus 2, se iba con 0-1 al descanso.
Kaká y Modric le funcionaron perfectamente a MourinhoMourinho tenía que decidir. Lo fácil era aprovechar el regalo de Mel y producir por fuera, pero sólo tiene un driblador, Di María, y no dribla, porque va a lo suyo. ¿Benzema en la izquierda y Ronaldo a rematar? ¿Özil o Modric en un costado para buscar el pase atrás y ganar así el centro? ¿Cerrar con tres atrás, fijar a Ronaldo en banda y cargar el área con Ramos? Cualquier solución era anti-natural, y Mourinho es más de certezas hasta que lo ve muy chungo. Intentó derrumbar el muro por dentro, que para eso sí tiene calidad: Modric y Kaká por Khedira y Özil. Con Modric ganaba técnica, genialidad y cambio de lado rápido; con Kaká, que, si Xabi seguía filtrando, quien recibía sí iba a chutar duro. Ambos funcionaron; el Real ganó tantos metros que Castro, dolor a espaldas de Arbeloa en el primer tiempo, quedó inconexo, y Mel tuvo que apoyarlo con Molina, que baja las aéreas. Con todo, al Madrid volvió a no entrarle la pelota.
Di María fue el peor de la noche, pero su salida favoreció al Betis.
Puede que Mourinho hubiese metido a Özil por Di María en el 17, pero Mesut ya estaba en la ducha y tuvo que poner a Callejón. Parecía urgente quitar a Ángel; destruía cada jugada de ataque que pillaba con un centro desventajoso o un pase profundo que se iba de largo; sin embargo, su salida cerró al Madrid a lo bestia. Sólo Coentrao y Arbeloa ocupaban las bandas, y el Real no está preparado para eso, porque juega de otra manera. El ritmo de ocasiones blancas fue disminuyendo y Rubén Castro y Salva Sevilla, al contragolpe, empezaron a notar lo bueno que es Jorge Molina jugando de espaldas, lo cual fue minando la moral del Madrid al tiempo que los kilómetros hacían lo propio con sus piernas. Murió muy mal el Real para las muchas cosas buenas que había hecho: con pelotazos frontales pésimos que siempre ganaba el enorme Adrián San Miguel. Aquí hay un portero al que hay que vigilar.
El Betis ha recuperado el pulso. El Madrid lo está recuperando, si es que no lo ha recuperado ya, pero quedar a 11 puntos amenazaría con vencerle de puro paro cardíaco. Es imposible crecer sin competir, y es posible que el Real, de consumarse esa distancia, piense que es demasiada como para competirla. Gran problema, pero ésto es fútbol.
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La conquista de La Palmera
Abel Rojas 25 noviembre, 2012
@ WJ
Tú ya sabes que yo soy bastante poco trágico para todo lo que suceda sobre el verde. Tiendo a relativizar, porque todo da demasiadas vueltas. Además, creo que el juego del Madrid ha dejado de ser preocupante. Encontrar similitudes entre lo de ayer y sus pinchazos ante Getafe, Sevilla o Dortmund me parece más un ejercicio de imaginación que una realidad. De hecho, si el Madrid ayer cae y en vez de a, quizás, 11 se pone a quizás 3, no pasa nada, porque cayó como se tiene que caer, excepción hecha de los últimos 10 minutos, que sí fueron tirando un poquito a lamentables si se me permite.
Lo de los picos… pues a saber. Si te soy sincero, a mí me ha entrado la duda porque creo que el riesgo de desconectar por la desilusión debe ser alto en ese vestuario, pero en cuanto a fútbol, veo a ese equipo perfectamente listo para hacer un gran diciembre. Supongo que en gran medida dependerá del Barcelona y su fiabilidad. Si aguanta esta diferencia 3 o 4 jornadas, KO. Si no, no digo que el Madrid gane la Liga ni mucho menos, pero le permitirá reengancharse a lo que es la competición, que siempre es imprescindible para mejorar. Si no compites, no mejoras. Y lo que está claro es que este Madrid tal cual no es el favorito a la Champions que, por jugadores, técnico y bagaje, debe ser. Eso sí es cierto.
Por otro lado, a mí ayer el Madrid no me me gustó ni menos ni más con Modric que con Khedira. Supongo que a ti te gustó más con el croata porque aumentó el nº de pases y tal, pero también perdió así ocupación del área. Sí es cierto que la supuesta pérdida de calidad defensivo no se notó, y eso habla muy bien de lo que hizo Luka con balón.
Pero WJ, hoy por hoy, Luka no es mejor jugador que Sami. Como mucho, igual. Aunque tenga más potencial. Khedira está muy, muy bien.