No cuesta encariñarse con la Fiorentina. La década de los 90 nos regaló a una de las parejas más carismáticas e inolvidables del fútbol europeo: Rui Costa y Batistuta. Junto a ellos, secundarios de lujo, como el inmenso Francesco Toldo, en algún momento el mejor portero del mundo, o el incombustible Angelo Di Livio. El club conoció la gloria a mitad de siglo, con logros tan relevantes como la final de la Copa de Campeones de 1957, en la que caerían ante el gran Real Madrid de Di Stefano. Hoy la Fiore no aspira a tanto, pero Vincenzo Montella ha aterrizado en Florencia con intenciones nobles y muy atractivas. El buen pie define el proyecto viola. Un entorno que da lugar a futbolistas como Borja Valero, David Pizarro y la que es quizás, la gran joya oculta del Calcio: Stevan Jovetic.
El montenegrino es un jugador particular y muy especial, lo que de entrada incentiva el análisis. No es sencillo describir a Jovetic, ni encontrarle nombre. El aire vintage está muy presente en su figura. Es diferente, y a la vez, extraordinariamente similar a una leyenda reciente de la Serie A: Francesco Totti. Sin entrar en odiosas comparaciones (Jovetic nunca llegará al nivel del romanista), quien no conozca a la joven promesa dibujará de inmediato su perfil en el campo. El parecido es asombroso.
La Fiorentina sigue la moda imperante en la liga italiana; como Juventus, Udinese o Nápoles, los de Montella han elegido la defensa de tres, también llamada de cinco según la actitud puntual de los carrileros. Serán estos los encargados de dar amplitud de forma fija. Atención a Cuadrado, una pieza más de la exótica Colombia. Todavía no consiguió sacar partido de las ventajas que genera su dribbling en seco. Cuando lo haga, habrá que vigilarle. La tendencia de los interiores, Rómulo y Valero, es, del mismo modo, bastante lateral, sobre todo en el caso del brasileño, muy dinámico y ancho, como se lleva ahora en este tipo de centrocampistas. Así pues, para Jovetic queda la calle del medio. Puede sonar extraño, pero posiblemente esta sea la manera adecuada de definirle. Es un «atacante central». Delantero, pero no ariete. Segundo punta pero jamás un enganche. Su comportamiento encaja con lo que se viene denominando “falso 9”.
Jovetic es carril central; caer a banda no es su movimiento favorito. Montella cuenta con ello.
Como todo delantero mentiroso, la función principal es involucrarse con la gestión de juego para crear, a posteriori, una superioridad decisiva. El vacío que surge en el área abre la puerta a la aparición sorpresiva de los interiores.Los recursos de Jovetic con balón son enormes: lo domina casi todo Jovetic gusta de tocarla mucho, aunque difícilmente se deja ver por la línea divisoria. En un equipo con tanto foco por detrás del balón (Pizarro, Borja Valero y hasta Cuadrado), la Fiorentina no le necesita ahí. Muy inteligente habilitándose entre rivales, tras su recepción asoman los recursos. Y no son pocos. La sensibilidad en el espacio reducido es su razón de ser. Su primer control es dulce. Rapidísimo soltando y filtrando pase, inventa huecos para descargar. De espaldas y en apoyos es técnicamente sublime, la continuidad en la circulación con él está garantizada. A la hora de intentarlo en individual, su giro es ágil, con un paso inicial potente, pese a que, a campo abierto, no es capaz de sostener la explosión. Es por eso que regatea más por dentro que en sectores externos. Vive del talento. Con el cuero, el único lunar es su excesiva inclinación hacia el compañero cercano. Debe aprender a asociarse con quien está a 15 metros, no solo a 5. Si tiene tiempo, el cambio de orientación no es un problema. Lo maneja.
Sin pelota no es nulo, si bien no le alcanza para marcar diferencias. Sus rupturas son cortas y no muy intensas. No obstante, sabe moverse, es intuitivo. Los escasos desmarques verticales que realiza buscan más libertad para recibir en banda que amenazar al portero en mano a mano. Es uno de sus defectos más pronunciados: no halla situaciones cómodas de gol. Carece de olfato, algo que resulta chocante al consultar sus cifras anotadoras (5 en 7 partidos ligueros esta temporada). Sin embargo, un vistazo al modo en que Jovetic convierte dichos goles sirve para entender este aspecto; por pura clase y calidad o gracias a un disparo dotadísimo con ambas piernas, Stevan pilla red con frecuencia. El único gesto de “killer” que asoma es su agudeza atinando con centros desde el costado. Obtiene posiciones para rematar de cabeza con asiduidad. Es más o menos normal que, tratándose de un futbolista que huye de centrales, el barullo del punto de penalty no lo gobierne con tanta soltura. No es descartable que lo incorpore en un futuro.
Jovetic hace goles sin ser un goleador ni gozar de gran olfato. Disparo y técnica, sus armas.
Cuando el adversario tiene el esférico, al contrario que otros jugadores ofensivos que hemos ido desgranando, el aporte del de Podgorica es relativamente bajo. La Fiorentina coloca dos referencias sobre la salida del oponente, más allá de si el acompañante de Jovetic es El Hamdaoui, Ljajic, Matías Fernández o, en menor medida, Luca Toni. Ambos se reparten los metros a abarcar y Montella no espera ningún plus de Stevan en esta fase del juego. Da igual. El Totti de los Balcanes impactará en la élite europea si no se tuerce. Sus condiciones han de verse potenciadas por la experiencia. Una vez esté maduro, Florencia será historia. Entonces, tendrá que elegir con acierto su destino. Deseemos para él ecosistema y entrenador oportunos. Ganaríamos un diamante en bruto, algo distinto con lo que disfrutar.
SharkGutierrez 26 octubre, 2012
"Debe aprender a asociarse con quien está a 15 metros, no solo a 5. Si tiene tiempo, el cambio de orientación no es un problema. Lo maneja."
Desde luego es uno de los defectos más visibles; pero esto viene también a colación de como se ha "críado" en la Fiorentina. El conjunto viola siempre junta muchísima gente en un corto espacio y nunca ha necesitado de buscar el latifundio mediante un juego directo. O si lo ha hecho, Jovetic siempre busca el compañero más cerca, conduciendo incluso para ello. No ejecuta espacios al hueco, porque tampoco lo ha "necesitado" por decirlo así. Hay jugadores que desarrollan unas características en función de otras y la de Jovetic es siempre aparecer por detrás, ser un apoyo en ¾ así como explotar el 1 vs 1 con su regate seco. No ha necesitado nunca el espacio.
"Es uno de sus defectos más pronunciados: no halla situaciones cómodas de gol. Carece de olfato, algo que resulta chocante"
Luego Jovetic ha ejercido de goleador sin serlo, precisamente porque la Fiorentina ha tenido distintos tipos de delanteros y el montenegrino no ha tenido tiempo suficiente para entender los automatismos. El mejor con el que ha convivido era Gilardino (de hecho era el que más tiempo ha estado como compañero suyo en la delantera del conjunto viola) y se ha marchado este año. Es absolutamente normal que haya cogido responsabilidad goleadora y una Fiorentina que gusta del fútbol en ofensiva como el de Montella, no tener un rematador en condiciones hace que busque generar casi siempre la misma jugada para que Jovetic intente buscar el remate sin ser un rematador. Otra cosa que nunca ha necesitado: ser el hombre referencia con escasas condiciones para ello.
"Cuando el adversario tiene el esférico, al contrario que otros jugadores ofensivos que hemos ido desgranando, el aporte del de Podgorica es relativamente bajo."
Si te fijas, todos los jugadores de marcado cáracter diferencial (quizás, salvo Messi…aunque en este último año ha flaqueado un poco más en eso) siempre tiene la libertad para dejar presionar tan arriba. En parte eso condiciona a otro futbolista de la delantera o del centro del campo a perder la posesión y sufrir más desgaste; aunque muchas veces tenga que ver con ello. Jovetic es esa figura de la Fiore de la que el entrenador le dice "eh, tú no me presiones pero luego convierte jugadas que parecen inútiles en ocasiones claras": la cosa del talento diferente.