Lo fácil sería decir Michael Ballack, por eso de perder siempre; pero en esencia, simbólicamente, Asafa Powell recordó a Titi Henry. ¿Que no? De apariencias agraciadas y obsesión por el detalle presumido, ambos resultan ideales para anunciar una línea de cosméticos. En lo deportivo, según muchos son las respectivas cimas estéticas de su época. Una técnica finísima adornada por un elegante toque personal desde una imagen visualmente tiránica, dominante. Con todo, a la historia pasarán como menos de lo que debieron ser. Por Zidane o por Messi, Thierry fue un secundario en sus tres grandes títulos colectivos; nunca ganó el Balón de Oro, pese a ser francés y como culmen, un dato-retrato: jugó 5 Finalísimas (UEFA 2000, Euro 2000, UCL 2006, Mundial 2006 y UCL 2009) para un total de 0 goles. Para Asafa todo comienza tras un disparo, como pasó con el Arsenal FC. Y siempre falla en el instante de verdad, como el club de Henry. De ser futbolista, sería el ídolo ad eternum del particular Axel Torres.
Desde su nacimiento, Yohan Blake está unido al mejor de una forma muy íntima, sin que pueda hacer nada para remediarlo. Nunca loPor siempre, el número 2 alcanzará de verdad, y seguramente lo asume, aunque sea por dentro, muy dentro. Por fuera y en su orgullo rendirse no se contempla, es un ganador; ya demostró poder derrotar a cualquiera. Es todo muy Cristiano Ronaldo. El mundillo especializado le venera, aunque la afición más peatonal sólo le desea el triunfo si es parte de su familia. Ni Blake ni Cristiano son bonitos. Sus caras denotan demasiado esfuerzo cuando practican su deporte, aparentando una cuota de dolor, sufrimiento o sacrificio que les humaniza más de lo romántico, rompiendo el equilibrio de lo llamado a ser deidad. Ambos son imprescindibles por forzar a su coetáneo a desarrollarse entero, si es que no quiere perder. Ambos serán leyenda sin estar nunca al sol.
Un planeta unido por verles tan solo vivir.
Hay que ser extraordinario, un hito, prácticamente un acontecimiento sociocultural para ser el mejor de todos y que el mundo al completo rece por tu victoria. No es lógico, lo normal es ir con el chico, como cuando vemos al Manchester United o al Chelsea FC en un partido de la Premier League. Al hecho: un deportista provoca una celebración planetaria unánime haciendo aquéllo que le resulta lo más simple, simplemente. Claro, hasta ahí no se llega sólo haciéndolo bien. Cuenta la irrupción. El decir hola y demostrar a la especie que los límites los ponemos nosotros; un mensaje sencillo que, de forma inconsciente, termina afectando a nuestro día a día. Es motivación. También cuenta el cómo. El tomarse un paréntesis por placer, para sí, para disfrutar de la vida, porque no hay ningún motivo para no hacerlo. Así te embrujan, por puro magnetismo, y te hacen pensar que son tus amigos. Si Powell no fue Ballack, Bolt no puede ser Messi. Usain Bolt es Ronaldo Nazario da Lima. Haz memoria. Acuérdate de aquel verano del 96.
@KojiroHyuga1 6 agosto, 2012
Jaja lo de que Usain es el Ronaldo del atletismo se lo dije hoy yo al propio Ronie en tuiter al acabar la carrera. No me contestó Pero yo lo amo igual.
Asafa necesita urgentemente un psicólogo deportivo o una sofronización de Luis Aragonés, por cierto.