Valorando sólo lo deportivo, Kaká sería un gran fichaje para casi cualquier plantilla de la élite europea. No hay un jugador presuntamente transferible más determinante que el «10» brasileño, de hecho. Es cierto que su fracaso en el Real Madrid parece algo ya consumado, y ha quedado más que demostrado que nunca recuperará la chispa física que le valió el Balón de Oro de 2007; pero su último e irrisorio final de temporada no se debió a un mal momento de forma. Kaká es un crack de código antiguo, «todo para mí y yo para todo», y en Madrid, mediado el año pasado, llegó un punto en el que lo único que recibía era oportunidades. Una afrenta contra su orgullo. Mourinho perdió la ilusión por ilusionarle, quizá forzado por el fracaso. ¿Se animará Allegri, Ancelotti, la Premier League o la Bundesliga?
Lo de Kaká en su actual club es un juego de doble interpretación. Si se juega con la variable de la expectativa, su nivel es indefendible; igual que si se coteja con su marco económico. Obviando ambas, la verdad es que ha sido un suplente de notable alto. Y es que sigue siendo un jugadorazo. Al Real le ha aportado personalidad en momentos difíciles, la pausa y el control que es capaz de sumar cuando parte de la izquierda, su calidad asociativa, su fantástica activación de espacios tanto en apoyos como en rupturas… y su terrible determinación. Con 28 titularidades en 2 años sumó 13 goles y 12 asistencias, que es una pasada. Por fijar referencias comparables, en el mismo periodo Iniesta ha sido de la partida 53 veces para 10 tantos y 12 pases de gol. Özil, con 60, tiene un 10+34. Kaká resolviendo sigue siendo referencia.
Sin embargo, la sensación es que el Real ya no puede sacarle nada. El último punto de inflexión negativo fue el Derby de la segunda vuelta. Aquel día Mourinho preparó el choque para él y Kaká ni lo intentó, fruto de su decepción general. El Real Madrid-Bayern Munich fue la puntilla. La que arrancaba como su temporada, con un 3-3-1-3 hecho a su medida que despegó su juego entre octubre y noviembre, había acabado como las dos anteriores. Donde está, a Kaká hoy se le asocia a la desilusión de manera irrevocable, y así no hay quien rinda. Pero desde el análisis frío, Milan, Bayern, Manchester, Arsenal o Juve, por ejemplo, no tienen dos atacantes como él. Si cambia de aires con tino, la Champions seguirá viendo goles de quien un día, no hace tanto tiempo, era el mejor futbolista del planeta.
@BorjaBarba 25 julio, 2012
Dices, Abel, que 'Kaká ha sido un suplente de notable alto'. Pero el problema es que Kaká, y cualquier futbolista por el que se paguen 65 millones y que venga con la vitola con la que venía Kaká (aunque ya en evidente declive respecto a 2007), no puede ser nunca un 'suplente de notable alto', sino que debe aspirar a ser un 'titularísimo de matrícula de honor'. Quizá las expectativas sobre él fueron demasiado elevadas.
'Mourinho perdió la ilusión por ilusionarle'. Ahí coincido, pero sería aún más ácido: Mourinho quiso pasar de ilusionarle a señalarle el día del Bayern en el Bernabéu.