Puede que el partido no se proyecte como el más goleador del campeonato. Es cierto que las casas de apuestas pagan poco por la cuota de menos de tres tantos. La cosa es que da completamente igual. El España-Portugal que viviremos esta noche a partir de las 20:45 tiene argumentos sólidos para ser considerado el partido de la Eurocopa. Por disfrutar de muchas de las estrellas más rutilantes del Continente. Por estar, obviamente, ante toda una semifinal de un gran torneo y, sobre todo, por ser uno de los choques más ricos tácticamente que pueden verse en estos momentos. Portugal, esa mezcolanza inconexa de muy buenos futbolistas ha ido encontrando su camino a lo largo del Europeo. Cada partido es una oportunidad para crecer, cada actuación ha sido mejor que la anterior. Llegan en inmejorables condiciones. En España todo suena rutinario. Tener la pelota, pasársela mucho, chutar poco y ganar casi siempre. Una virtud de reyes y a la vez peligrosa. Los de Del Bosque necesitan ya el partido diferencial, como hace dos años en la semifinal del Mundial frente a Alemania. Si este no llega, Portugal complicará la existencia como ninguna otra selección hasta la fecha. Hay rival.
Que los portugueses tienen la línea correctora más potente de la Eurocopa en su defensa es incuestionable. Por ello, resultaba incluso denunciable que Paulo Bento no hiciera valer la calidad de la misma. Tardó, pero ante la República Checa por fin vimos a Pepe y Bruno Alves a más de treinta metros de Rui Patricio. Contra España siempre queda la duda de si el rival tendrá la gallardía de exponerse tanto ante una colectividad que ya es leyenda.La gran línea defensiva portuguesa obligará a España a un ejercicio de perfección técnica si quiere encontrar la profundidad El problema es que Prandelli se atrevió y nos terminó por hacer una faena grande. Italia evidenció la gran carencia española; el juego sin balón al espacio. Pese a los (efímeros) momentos de calidad de Fernando Torres, Del Bosque parece haberse decidido por Fábregas como delantero centro. El de Arenys tuvo una actuación excepcional ante Francia. Con su manejo único del eje horizontal, jugar con Cesc es como hacerlo con dos futbolistas; hace el campo ancho constantemente, se dobla con los extremos, habilita pared cuando se acerca y pica cuando se la da al compañero. Además, en el movimiento más ganador de todos, aparece con facilidad a espaldas del mediocentro rival, algo de especial valor ante un Veloso que suele ser fácilmente superado cuando la cadena de pases excede las cuatro o cinco unidades. Es ahí cuando aparece Pepe y la altura de la defensa como argumento principal. El central del Madrid es capaz de tener influencia sobre recepciones alejadísimas. Ramí, que comparte tipología de juego con Pepe, prácticamente no pagó peaje por cada achique sobre Cesc. No hay nada detrás que amenace esa conflictiva decisión del defensa. Coentrao y Alves no son tan, tan buenos como el descomunal Pepe, pero más que suficientes para achatar a una España que se vería sometida a una tremenda exigencia técnica inicial para crear la ventaja y una posterior demanda física dónde solo Jordi Alba (el lateral izquierdo, no sea que se nos olvide) puede tener cierta superioridad con su par. En resumen, Pepe como individualidad y una última línea de Portugal a altura media-alta nos exige el sobresaliente técnico. Mal negocio… si son valientes.
Tirar la línea arriba tiene infinitos beneficios para Portugal. España no penaliza.
Buscando alivio intelectual y profundidad, Del Bosque tomó ante Francia una decisión de gran calado que terminó siendo muy beneficiosa para la circulación y fluidez del circuito de pases español: Silva fijaría en derecha su posición de partida y no la abandonaría hasta recibir abierto o tras la ocupación de otro compañero (Cesc).Silva se somete a las necesidades colectivas todo lo que puede, pero no consigue otorgar profundidad El gran beneficio de esa «chincheta» (si David Silva puede recibir ese calificativo sin sonrojarnos un poquillo) se localiza principalmente en Xabi Alonso, al que potenciamos sin reparos y como nunca. Su cambio de orientación (afinado como en los mejores días) impide al lateral rival cerrarse e influir sobre Xavi (interior derecho). El objetivo, más que habilitar al extremo para el uno contra uno es conseguir que la pelota, tras pase atrás, regrese a uno de los interiores (Xavi-Xabi) que en este proceso se han visto liberados de sus marcas. Justo en este punto del juego se instala la duda. De entrada, es complicado para el mejor jugador de la Premier adoptar un rol tan externo y paciente, pese a que el canario cumpliese con honorabilidad absoluta. El problema es que tras la descarga, es el único delantero que no está complementando con movimientos profundos hacia portería. Silva toca y su siguiente paso es casi siempre horizontal. No resulta amenaza. Esto es algo que, por ejemplo, no está ocurriendo con Iniesta, de mejor lectura en esas situaciones. Andrés sí está tratando de romper al espacio con la máxima frecuencia posible. Es por todo esto que el nombre de Pedro gana fuerza en las últimas horas. El tinerfeño maneja los conceptos de fijar, pase atrás y romper a la perfección, amén de ser una amenaza al hueco como ningún otro extremo español. No sobra destacar su mayor capacidad de sufrimiento en transición defensiva ante un Coentrao magistral en su selección de las subidas al ataque.
Si España se debate en cómo ganar profundidad sin perder nada a cambio, en Portugal las dudas son mayores. No lo son ni en los nombres (el once parece incluso confirmado) ni en lo anímico, pero sí en la optimización táctica. La transición defensiva española es el coco de la Eurocopa, el enemigo a batir. Ribery y Benzema no pudieron acercarse ni al simple disparo. Existe una particularidad en esta fase del juego de España que tanta pinta de imbatible tiene: un porcentaje enorme de las salidas exitosas del rival ocurre cuando este, de forma lateral (a la espalda de Silva-Xavi), consigue aguantar el balón por un tiempo de 4-5 segundos y obliga al doble pivote a bascular. Ni Xabi Alonso, porque no lo tiene como cualidad diferencial, ni Busquets, porque no alcanza su 100%, están garantizando cobertura en ese momento justo. Con estos requisitos, resulta imposible no pensar en Nani. Jugador externo, capaz de aglutinar balón el tiempo que le apetezca… Con Jordi Alba mantendrá un duelo que definirá un porcentaje importante de partido. El valencianista debe empujarlo hacia atrás y no dejarlo girar en la medida de lo posible.
Nani reune las características perfectas ante España. Aguanta, retiene, junta y suelta.
Claro que transitar y Portugal siempre terminarán siendo sinónimos de Cristiano Ronaldo. Poco queda de aquella posición de partida externa del crack luso que le forzaba a retornos en fase defensiva y lo limitaba a la hora de volar tras recuperación. Bento corrigió abriendo a Meireles cuando PortugalMeireles ha liberado a Cristiano de la banda. A priori, el movimiento continuará tiene el balón, reclamando la atención de los pivotes rivales y permitiendo a Ronaldo el movimiento interior siempre que lo desee, pudiendo elegir carril. La falta de amenaza que, hasta la fecha, está resultando Xavi como mediapunta hace pensar en la continuidad de este movimiento. Es un riesgo asumible para Portugal, pese a que Veloso, como comentábamos, se ve superado a nada que la circulación se acelera un poco. Cuidado, el mediocentro portugués tiene sus cosas. Su zurda encuentra a compañeros alejadísimos a la vez que filtra pases con sencillez. Xavi ya viene sufriendo a la hora de encimar al «cinco» rival. Ahí Portugal tiene una oportunidad para lanzar. Problema más grave encuentra en Moutinho. La lógica focalización en el sector izquierdo, el de Ronaldo, está llevando a una participación menor de la que debería al interior del Oporto. Su capacidad de aguantar la pelota y mejorar la jugada será necesaria para Portugal. España exige a Moutinho.
Con Ronaldo liberado de correr hacia atrás, resulta más difícil para Arbeloa ganar alguna ventaja desde su posición, «atacando». España tiene que seguir buscando la amplitud con todos sus hombres, pero es obvio que Cristiano condiciona. Álvaro será más central que nunca, enfocado principalmente a compensaciones y movimientos defensivos contra el apoyo por dentro de Ronaldo. Otro motivo para pensar en la titularidad de un Pedro clavado en la derecha. Por delante, Hugo Almeida intentará jugar a un toque el mayor número de veces. Es un delantero menor pero molesto. Si Piqué y Ramos están finos, deben atarlo sin problemas. Si bajan la guardia, algún golpe se llevarán. España es superior, de eso no cabe duda. El potencial oculto del grupo que dirige Del Bosque sigue ahí, esperando a romper en esta Eurocopa. Eso sí, más nos vale que Paulo Bento se haya levantado cobardete esta mañana. Si reúnen coraje suficiente, será el partido más duro para España desde aquel histórico con Italia. La verdad, creo que esta vez sí vienen a por nosotros.
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@DavidLeonRon 27 junio, 2012
Cómo vamos a sufrir hoy…
Creo sinceramente que se trata del partido más difícil para España en el ciclo Euro 2008-Mundial 2010-Euro 2012.
Va a ser un partidazo, eso seguro.