La inauguración. Ese partido que presenta ante el mundo un torneo. En este caso, uno de los mejores torneos de selecciones del mundo, como es la EURO. Se habló en su día de un cartel pobre para abrir la competición. Se dudó de que Polonia y Grecia pudiesen ser los mejores combatientes en un día tradicionalmente tan trascendente, pero no decepcionaron. Nos dejaron un duelo táctico con claves para desentrañar y, además, ganas de ver mucho más a lo largo de este mes.
El guión no estaba nada claro al comienzo. Tras un tanteo inicial clásico en todo partido, no se vislumbraba lo que acabaría ocurriendo.Grecia tuvo problemas en el primer pase Grecia comenzó exhibiendo una ausencia preocupante de salida de balón y un sistema defensivo increíblemente pobre. Ni Avraam Papadopoulos ni Papastathopoulos eran capaces de realizar de forma óptima su trabajo atrás ni de salir con la pelota controlada. Polonia aprovechó bien la circunstancia. Avanzaron sus líneas, y Polanski y Murawski se convirtieron en los dominadores de la medular.
Polonia movió ficha, avanzó líneas y Murawski y Polanski se convirtieron en la referencia a partir de la cual atacar
A partir de ahí Polonia se sintió cómoda y empezó a elaborar a placer. Asociaciones por la banda de Piszczek, que se incorporaba y se entendía a la perfección con Błaszczykowski, llegadas de Rybus, Obraniak moviéndose desde el enganche hacia los costados, y Lewandowski dispuesto a marcar el primer gol del torneo. Así acabó siendo, Polonia estaba cómoda, Grecia no paraba de tener trabastras un maravilloso centro de Piszczek desde la banda y con un gran remate de cabeza.
Grecia no paraba de acumular problemas. Lesión de Avraam, expulsión de Sokratis, decrecimiento progresivo de Holebas, volatilidad de la demarcación de Katsouranis, escasa aportación de Maniatis… acaba el primer tiempo deseando el descanso y con Torosidis como principal argumento ofensivo. Karagounis era la otra excepción de un equipo griego perdido.
El capitán se multiplicaba por el campo para intentar compensar los múltiples déficits de su equipo. Y lo lograba.
Si algo tiene el fútbol griego es ese espíritu de saber crecerse ante la adversidad, el no dar nada por perdido. Esto fue lo que nos exhibieron en el segundo tiempo.La entrada de Salpingidis dinamitó todo Ninis, desentonado, le dejaba su puesto a Salpingidis, y a partir de ahí comenzó la acción. Cuando nadie se lo esperaba, marcó. Revolucionó todo con ello. Logró desestabilizar a una Polonia que se sabía superior y que se acabó apagando puesto que los griegos reconquistaron el centro del campo con el coraje y el trabajo sin balón.
Karagounis se desplazó y se ubicó donde más cómodo se sentía. Sin mucho más argumento que el capitán por el centro, Fortounis por una banda y Salpingidis por la otra, estuvieron a punto de ganar. Le encontraron el punto débil a un portero consagrado como Szczęsny con un penalti en el que involuntariamente convirtieron a Tytoń en un héroe, y enloquecieron el partido. Hicieron que en el 10 contra 10, en la anarquía sistemática final, estuviese cerca una victoria imprevisible en los primeros compases. Polonia se resistió y peleó lo suficiente como para mantener el empate final. ¿Quién dijo que éste no sería un buen inaugural?
@ecosdelbalon 9 junio, 2012
La verdad es que Fortounis dejó una sensación inesperada el rato que estuvo. Y Salpingidis demostró un perfil muy "Nerea Zusberro". Quizá acabó conmovida y todo.
Yo, como ya comenté a David en Capítulo Tres, resaltaría a Polanski sobre Murawski, y no poco.