Para adaptar la obra de Yasmina Reza, Polanski tan solo necesitó de un piso (que ni siquiera estaba en Nueva York) y de cuatro geniales actores para darnos donde más duele. En nuestro ego y nuestras propias contradicciones. Las mismas a las que se verán enfrentadas dos de las selecciones aspirantes al título, porque hoy una de ellas puede dejar de serlo.
Encerrados en un campo de fútbol en lugar de en un apartamento, serán 11 contra los 11 los que diriman su clasificación (o su adiós) a los cuartos de final. Holanda necesita ganar a Alemania para no parecer unos padres que desatienden a su hijo. Alemania no puede perder contra Holanda o su hijo seguirá siendo maltratado en el colegio. Gane quien gane, perderemos nosotros, al final de esta noche es probable que uno de los dos comience a despedirse de esta Eurocopa. Por ello, mientras ruede el balón y dure el espectáculo, disfrutemos y adoremos lo que este Dios salvaje del fútbol nos brinde en un encuentro tan apasionante y con tanto en juego que bien podría ser la final. Y en el fondo, lo es.
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Referencias:
‘Un dios salvaje’ en Revista Magnolia
Revista Magnolia
Antonio M. Arenas
@Blog_OctavoArte 13 junio, 2012
Decir que es mi cuarta película favorita de Polanski es decir que m egustó mucho.