Su segundo legado resulta paradójico. El cómo, a priori, no debe ser destacado en sus hazañas, pero nada más lejos de la realidad. La imagen que conservaremos para siempre en Pippo es el cómo. No importa a qué altura tiraba la zaga rival la línea defensiva; su labor en el desmarque era tan variada como imparable. Marcará siempre engañando a su par y al banderín. Un ocioso del límite. Y un granuja del descuido, su tercer legado al fútbol europeo. Del desconcierto rival, Pippo emergía para convertir todo en una especie de disparate caótico y hacer del Milán un superviviente encomiable. No me digan que no, Inzaghi era la leche.
Son más de 20 años. Más de 600 partidos y 300 goles. Filippo Inzaghi es toda una vida, compartida en gran medida con un grupo de jugadores que bajo el manto rossonero forman parte inalterable de nuestro imaginario colectivo. El mismo que recuerda de igual modo como Pippo ya sumaba cifras sobresalientes en la Juventus y sobre todas las cosas, como vestía capa y espada en la última batalla. Ese ha sido uno de los tres legados del delantero italiano. Tocaba pasar lista en fecha trascendente y Filippo gritaba presente con voz clara y entusiasmo irredento, representando al extremo el talento competitivo. En otras palabras, en finales o eliminatorias, su gol era un hecho.
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@martincasti · hace 666 semanas
@migquintana · hace 666 semanas
Arroyo · hace 666 semanas
Trouro · hace 666 semanas
@MissRakelU91 · hace 666 semanas
@AlexSM10000ft · hace 666 semanas