El último periodo de fútbol sin dueño, aquél que distanció el absoluto reinado de Zidane del boom español encarnado por la sociedad Iniesta & Xavi, tuvo como centrocampistas más representativos a Andrea Pirlo y Steven Gerrard. Así se lo reconoció el destino enfrentándolos en dos finales casi consecutivas del máximo torneo europeo de clubes, en 2005 y en 2007, saldadas con un título para cada uno. En la rueda de prensa previa al partido de ayer, Steven aseguraba que éste no sería un nuevo duelo entre él y Andrea a secas. Pero todos sabíamos que casi que sí.
Los onces tuvieron por noticias la continuidad delEl 4-3-1-2 con Montolivo fue un acicate 4-3-1-2 italiano y a Montolivo de «10». La decisión de Prandelli era trascendental, porque abría un choque que, por el perfil de cada equipo, apuntaba a otra cosa. Por un lado, la presencia de dos ejes latinos garantizaría bien espacio para Pirlo bien cierto juego de Montolivo a espaldas del doble pivote británico, pues a las dos alturas no iba a estar. Por el otro, el juego directo sobre Wellbeck hallaría menos resistencia que ante una línea de 5. Habría ocasiones.
Así, el arranque fue inglés. La verdad, en un juego tan dinámico como éste los diagramas de posición tienen importancia relativa; y a veces,Las posiciones de Marchisio y De Rossi, claves como cuando el míster de uno de los equipos es Pellegrini, no sirven para nada. Pero si el jueves nos mostraron por qué Portugal rompió a jugar bien mediada la primera parte, hoy nos definen el punto de inflexión entre el dominio de Gerrard y el de Pirlo: La evolución de la apertura de Marchisio y De Rossi. De inicio salieron preocupados de las ayudas al lateral, lo que dejó a Pirlo expuesto contra las continuaciones de Steven, que tuvo 20 minutos brutales. Cuando Marchisio y De Rossi cerraron su posición, adiós.
Entonces empezó el espectáculo de Pirlo. La tendenciaEl «panenka» de Pirlo ya es historia natural de los ingleses, inspirados en el Chelsea campeón, es irse cuanto más atrás mejor, y la presencia de Montolivo y Cassano era la excusa perfecta para justificar la libertad de «Il Metronomo». Los que vivieron a Schuster en plenitud aseguran que podía, y los más jóvenes nos debatimos entre si Guardiola era ésto o algo menos… lo que está claro es que el siglo XXI no ha conocido dos veces la habilidad de Pirlo para crear desde su pase. Su pase crea espacios. Es así de increíble y simple. El secreto está en la curva.
Balotelli tuvo mucho que ver en que el partido llegase a los penaltis.
Un poquito Montolivo y bastante Cassano aprovecharon en segunda línea todo lo que estaba produciendo el supremo genio, pero todo estuvo capado por el mal juego de Mario Balotelli. Señalando de antemano que Prandelli lo está usando de ariete puro y esa posición le perjudica sobremanera, hay que dejar escrito que su nulidad de encuentro en el área chica y sus enormes problemas para posicionarse sobre los centrales cerró pasillos y restó ocasiones. El gol imposible siempre es una opción con el skyblue; lo que ocurre es que si Pirlo y Cassano están bien, Italia crea serias ocasiones naturales que, con él arriba, terminan yéndose al limbo de su mente.
Tongo7 25 junio, 2012
Por cierto si Carrol tuviese en la parte inferior de su cuerpo la mitad de técnica que tiene en la parte superior que gran delantero centro sería, en cambio se queda en un especialista del futbol directo, que no vale ni la cuarta parte de lo pagado por él.
Por cierto el inter merece el premio del siglo xxi por dejar ir casi gratis al máximo rival a dos de los 10 mejores centrocampistas del siglo, Pirlo y Seedorf, eso es tener visión.