Fue una noche extraordinaria. Una más para esta Eurocopa. Grecia venía de cortocircuitar a la talentosa Rusia y expuso una de sus versiones más defensivas, con Katsouranis por delante del doble pivote, formando a efectos prácticos lo más parecido a un trivote real que se recuerda en mucho. El ajuste resultó inocuo. Löw, que lo intuía, hizo a Özil invulnerable al cambio creándole una vía de escape hacia la derecha. Recibiendo libre, con su zurda orientada hacia dentro y siempre de cara al juego regaló un vídeo de autor de lo más bonito. El primero del torneo para él.
Entró Schürrle en la izquierda, por Podolski, pero las decisiones másÖzil prefiere a Klose sobre Gómez trascendentes fueron Klose y Reus. Özil ama a Miroslav, como ama a Benzema. El mediapunta fundamenta su juego en las diagonales, nunca se le ve tirar un desmarque puramente vertical u horizontal, siente que cuando se mueve debe acabar a un lado y a una altura distinta de la original con respecto a su marcador. Por eso agradece tanto que su delantero sea capaz de abrirse. Mínimo, así sujeta al lateral; y las más de las veces hasta arrastra a un central. Crea un pasillo que Özil lee como pocos o como ninguno. Al gusto.
Dicho esto, su relación más íntima fue con Reus. Müller, amor juvenil del turco-alemán, debió morirse por dentro. ElSentar a Reus sería difícil e injusto recientemente nombrado mejor jugador de la Bundesliga encierra menos matices que Müller, es menos sensible posicional y asociativamente, pero tiene un punto de determinación y autosuficiencia del que Thomas carece. Sobre todo en lo referente a su control de balón. Reus atesora un primer toque orientativo de primer nivel, bastante parecido al de Alexis Sánchez. Sale muy rápido para cualquiera de los dos sitios aun recibiendo de espaldas, lo que le permite desenvolverse en el carril central con facilidad y atraer rivales. O sea, más espacios para Özil. Papastathopoulos y Papadopoulos cuajaron una actuación notable, pero Maniatis, Makos y Katsouranis fueron arrasados.
La mala noticia para Löw fue otra vez Schweinsteiger. No despega, noSchweinsteiger, gran problema arranca. Espeso en la distribución, impuntual en el apoyo y casi insostenible en transición defensiva. Encima, su exigencia es mayor que en el Mundial, porque Joachim no ha partido la cancha en derecha e izquierda. Khedira está en un punto de forma ganador, corre más y más rápido que el resto de medios de la Eurocopa y tácticamente ha sido desatado. Aparece en cualquier lugar y lo activa con una finura, la verdad, impropia de sus pies. Pero el cóctel, la globalidad de la pareja y el formato, es dudoso.
La entrada de Gekas destapó los problemas de Alemania en su transición ataque-defensa.
Bastian quedó muy mal parado en el segundo tiempo, tras la salida de Gekas. Incluso más que Hummels y Badstuber, que no lo bordaron precisamente. Los griegos creían, como siempre, y las larguísimas carreras de apoyo de Gekas les permitían enlazar en campo contrario con Samaras o Salpingidis. Hubo un gol y bastante peligro. Es el punto débil de Alemania. Ha atacado como ninguno, pero la ligereza de Hummels y Badstuber y, muy especialmente, la falta de piernas de Schweinsteiger dejan la puerta abierta cuando más frío hace. Cassano o Rooney, Pirlo o Gerrard, querrán sacar tajada.
@migquintana 23 junio, 2012
He pensado lo mismo que tú respecto a la relación entre Ozil y Thomas/Reus.
Con Muller fue un amor de verano, fugaz y apasionado. Nos maravillaron en 2010 como pocos lo han hecho. El mejor, en teoría, era Thomas, fijaba en banda e iniciaba el movimiento hacia dentro de forma tan precisa como dulce. El que más destacó visualmente fue Ozil, maravilló pero siempre parecía subordinado a su joven compañero del Bayern. Desde entonces, sus carreras han tomado direcciones contrapuestas que han desembocado en un ''no es él, eres tú'' de Joachim Low.
Con Reus la movilidad es mayor, la actividad también. Es más vertical, más incisivo y con más gol. Alemania pierde cierto talento posicional y asociativo, pero respecto a la mejor versión de Muller, que hace tiempo que dejamos de verla. Si esto lo unimos a la presencia de Klose que no hace sino incentivar positivamente todos estos movimientos, tenemos a una Alemania poderosa, vibrante y cautivadora. Sólo un pero: me gustaría ver a Podolski junto a los diez compañeros de ayer, sin Gómez es aún más peligroso y Schürrle ayer decepcionó un poco.
En el lado negativo está lo de Bastian. Ayer llegó a restar -y bastante- al equipo. Es un jugador importantísimo, vital, de una ascendencia suprema… pero a este nivel se va a convertir en un punto a explotar, pese a que Khedira esté a un nivel mayúsculo.