Mayestáticas historias de amor han movido el mundo desde el principio y la más emblemática es la de Romeo y Julieta, que quizá nunca existió (1). Y es que nada es eterno si no se inmortaliza, de un modo u otro. Por eso, aunque decirlo hoy nos sitúe entre el dolor y la vergüenza, Bielsa arrancará su segundo año en San Mamés con un fracaso a sus espaldas. Haber retorcido la Catedral de puro placer durante 5 meses quedará en nada tras la segunda derrota otoñal, si llega. No es fácil debatir sobre la justicia o la injusticia del caso. El poder del azar es demasiado alto en fútbol como para hablar en términos absolutistas, pero cuando Bielsa pierde siempre hay un trasfondo. Un algo, al parecer, irresoluble que le termina distanciando de técnicos como Josep Guardiola. De la élite.
En su última regencia del banquillo que nunca escapará de su sombra, Guardiola hizo lo que en cada una de las finales que dirigió: todo lo queLas 7 grandes Finales de Pep fueron sobresalientes estaba en su mano; no sólo en voluntad, sino también en tino. La activación del equipo fue tan salvaje que retrajo el espíritu del 2009, cuando se parecía más a Iniesta que a Xavi, y correr un kilómetro extra le hacía descansar a su manera. Seguro, Pep usó su adiós como estímulo para conseguirlo. También dominó los pequeños detalles. Pedro, al campo, que se jugaba la Eurocopa, y había que convocarlo entre todos. Y si el Athletic salía jugando, a presionar como leones, que con 15 días de descanso por detrás y 15 por delante, no había excusas. Las Finales han sido su terreno fetiche. Se valió de la constante de la posesión para que todo pareciera rutina, y desde ahí tocó las teclas justas en cada ocasión.
La agilidad también le caracterizó desde el comienzo, razón por la que sorprenderle nunca fue decisivo. En ciertoLa peor noche de Bielsa como rojiblanco sentido, ayer lo hizo Bielsa. Con un nuevo y aceptable 11 y una radical e inaceptable propuesta: La presión hombre a hombre, con pretensión de robo, a toda cancha. Si ya de por sí cuesta atribuir a un gran técnico este planteamiento contra el Barça, tras el último y acertado precedente en el Camp Nou resultó aún más extraño. De Marcos para Xavi, Javi Martínez contra ¿todos?… en la práctica fue un despropósito del que Piqué, Iniesta y Messi gozaron y tomaron buena cuenta. Es imposible defenderlos cuando sólo les marca uno, éste entra y detrás no hay nada. En una línea similar estuvo el intento de salir raseando el balón. Pareció una invitación para que el Barcelona homenajease la transición defensiva que marcó su nacimiento como equipo histórico.
El cómo, en fútbol, sólo adquiere valor real y duradero tras una victoria que lo sostenga.
Es de suponer que el fútbol buscó su propio criterio valorativo para encontrar la ecuanimidad total en sus juicios. Por el camino entendió que ésa es inalcanzable, y que, con sus fallos, los triunfos, los títulos y las fotos de la gente que sonríe terminan siendo la prueba de medición más fidedigna. Detrás de una victoria siempre hay, al menos, algo extraordinario. Que nadie nos engañe, nunca se gana por nada, y a Bielsa casi siempre le derrotan. En este punto, tenemos dos opciones: 1. Asumir que le falta calidad. 2. Seguir creyendo en él y buscar explicaciones. Si nos ceñimos únicamente a lo de ayer, es sencillo y no es grave: Enfrente estaba Guardiola con su equipo, el Barça de Messi. El de los 14 títulos que por toda la eternidad reclamarán que se hable de estos días, los suyos, como una edad dorada del balompié.
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Referencias
(1) Existe el mito no demostrado de que Shakespeare se basó en una historia real para escribir su «Romeo y Julieta».
@sepioes 26 mayo, 2012
En mi opinión, Bielsa juega tan en el alambre que cuando más presión hay (y las piernas más empiezan a temblar), siempre acaba cayendo. Admitámoslo, es un entrenador que sí, juega muy bonito, y protagonizó una eliminatoria contra el Manchester United de auténtico escándalo, pero que por unas o por otras, no sabe competir cuando de verdad importa, y por tanto, considero que el status de grande del fútbol puede quedarle grande. Aquí, al fin y al cabo, la historia recuerda a los que ganan, salvo contadísimas excepciones como la Naranja Mecánica, que no pudo vencer por pura y dura casualidad. En el caso del Bilbao no ha sido así.
Atlético de Madrid y Barcelona les han pasado por encima en los dos partidos más importantes. Y da la sensación de que Bielsa algo ha tenido que ver en ambos. Ayer, el cambio de alineación que mueve a Javi Martínez a la media ha de significar también un cambio de planteamiento de cara a practicar algo similar a lo que hacía Caparrós.
Sin Martínez atrás, no puede pretender Bielsa seguir jugando igual que toda la temporada y sacar la pelota jugada con Amorebieta y Ekiza. Es una salvajada, y de ahí viene el segundo gol del Barcelona, de una pérdida de balón ante el exceso y el miedo a pegar un patadón al mejor 9 boya del mundo (Llorente).
Se puede perdonar un 3-0 al mejor Barça de la historia y contra un equipo que quería despedir por todo lo alto a su entrenador. A lo que todavía no encuentro (ni encontraré) excusas, es al varapalo que se llevaron en Bucarest. Eso fue de otra dimensión contra un equipo de categoría muchísimo más similar.