Ganar es siempre lo más difícil. Por ello, el prestigio que otorga el éxito, en cualquier ámbito de la vida, es enorme. A veces incluso excesivo. “El que gana siempre lleva la razón”. La victoria se ha convertido en una necesidad total. No saldrán más Brasil-82. Ya no queda honor en la derrota. Quienes defienden la victoria por encima de todo no van carentes de argumentos. Al fin y al cabo, el triunfo, en enorme porcentaje, es la consecuencia de la diferencia de talento de un colectivo o un técnico con respecto al otro. Ganar explica cosas. El Barcelona de Guardiola ha ganado. Ha ganado mucho. Pero si algo nos ha sido confirmado durante su esplendor es que el cómo tiene una importancia tan grande como el cuánto. Proclamado ya como una de las (muy) excepcionales demostraciones futbolísticas de todos los tiempos, solo queda recordar.
BARCELONA 4-0 BAYERN MUNICH. Iniesta es el número tres (08-04-2009)
Víctor Valdés, Dani Alves, Piqué, Márquez, Puyol, Xavi, Touré, Iniesta, Messi, Eto’o y Henry.
Resulta quizás el perfecto resumen anímico y futbolístico del terremoto provocado por Pep Guardiola en su temporada de debut. “Solo debo convencerlos para correr”. A toda máquina, la diagonal hacia portería de Henry volvía a la vida a la vez que Etoo masacraba a Breno y ganaba cada apoyo a Demichelis. Messi y Alves se juntaban en su histórico sector y Touré mostraba su dominio de la Champions. Pudieron caer siete u ocho goles en la primera mitad. Pero por encima de todo, un hombre: Andrés Iniesta. Ante Van Bommel y Ze Roberto y sin centrales correctores, la exhibición del manchego nos confirmaba la premisa: Era el tercer mejor jugador del mundo.
BARCELONA 4-0 SANTOS. Nuestra fuerza es el centro del campo (18-12-2011)
Valdés; Puyol, Piqué, Abidal; Alves, Busquets, Xavi, Thiago; Iniesta, Cesc; y Messi.
Un partido une al mundo a nivel de clubes; la Copa Intercontinental alumbró la última gran exhibición del equipo de Guardiola. No eran ajenos los jugadores a la relevancia que podía alcanzar históricamente el choque y como tal lo afrontaron. Pep, consciente de la diferencia rítmica entre ambos conjuntos, optó por potenciar hasta el límite la circulación, introduciendo hasta cinco centrocampistas y a un Messi más involucrado que nunca en la asociación. Con Busquets como amigo de todos y Alves clavado por fuera, el centro del campo del Barcelona fue una barra libre en la que servirse. Solo había que tener buen pie para participar. Homenaje al estilo.
BARCELONA 5-0 REAL SOCIEDAD 0. Robándole azar al juego (12-12-2010)
Valdés; Alves, Puyol, Abidal, Maxwell; Mascherano, Xavi, Iniesta; Pedro, Messi y Villa.
Se suele acudir a las grandes citas, aquellas que dejan fotos imborrables, con grandes resultados ante rivales rutilantes. Sin embargo, el Barcelona de Guardiola rozó seriamente la perfección en un partido que, para la gran mayoría, permanece anónimo. Visitaba la Real el Camp Nou en lo que perfectamente podría haberse denominado como el mes de oro del Barcelona de Guardiola. Eran necesarios muchos recursos para poder salir de esa pesadilla. En un espectáculo coral, el Barcelona llevó al máximo su concepto de posesión-recuperación, sostenido por la inspiración más global de Leo Messi, autor de una asistencia maravillosa y dos golazos exclusivos de su factoría. La cima.
ARSENAL 2-2 BARCELONA. El sueño frustrado (31-03-2010)
Víctor Valdés, Daniel Alves, Piqué, Puyol, Maxwell, Keita, Busquets, Xavi, Messi, Ibrahimovic, Pedro
Por un momento, se cumplieron todo los sueños. La visión de Pep Guardiola alcanzó quizás su punto artístico más alto. Zlatan Ibrahimovic fue comprado con un objetivo: Dotar de complejidad a una posición de delantero centro que con Etoo había quedado “limitada” a la determinación más salvaje. El reparto de espacios con Messi nunca llegó a consumarse. Salvo esa noche. Todas las piezas encajaban e iban moviéndose al compás de un Xavi legendario. El Arsenal, delante de su fantasía, sufrió quizás el baño más grande que ha visto el Emirates. No fue 100% constante, solo duró 45 minutos, pero puede ser, perfectamente, la noche más especial del ciclo Guardiola.
REAL MADRID 2-6 BARCELONA. El juguete de Pep (02-05-2009)
Valdés; Alves, Puyol, Piqué, Abidal; Toure, Xavi, Iniesta; Messi, Eto’o y Henry.
Mayo de 2009 iba a definir de qué pasta estaba hecho un colectivo que, tras vivir el año más excitante de su historia, alcanzaba el momento clave de la temporada con todo por ganar… y por perder. La confianza animal ante la máxima exigencia quedaba todavía lejos, era terreno por conquistar. Tras un inicio dubitativo, Xavi e Iniesta pasaron a abusar sin piedad de Gago y Lass. Pero por encima de todo, queda en la memoria el rol de Leo Messi. Alejado de la habitual banda, el genio argentino administró como nunca hasta entonces un carril central en el que Cannavaro y Metzelder jamás pudieron influir. En este escenario, Henry firmaba su gran partido como culé.
RCD ESPANYOL 1-5 BARCELONA. Pedro el Grande (18-12-2010)
Valdés, Alves, Piqué, Puyol, Abidal, Sergio, Xavi, Iniesta, Pedro, Messi y Villa.
El mes de oro seguía su curso para goce y disfrute de una afición que presenciaba, casi de forma objetiva, el fútbol más perfecto que su centenaria historia había conocido. No parecía haber rival difícil… salvo uno. El brillante Espanyol, tercero en ese momento, no sentía miedo alguno por la blaugrana. Fue el mejor partido de la carrera de Pedro. Una actuación descomunal, mezclando apoyos imposibles con rupturas decisivas. Fue el partido de la profundidad de los extremos, al calor de un Leo Messi que, como en las mayores exhibiciones del ciclo, estuvo más enfocado que nunca a la colectividad y la asistencia. Los mejores días de fútbol de la historia culé.
REAL MADRID 1-0 BARCELONA. La gloria de la derrota (20-04-2011)
Pinto; Alves, Piqué, Mascherano, Adriano; Busquets, Xavi, Iniesta; Pedro, Villa, y Messi.
Quizás, el mejor partido de los últimos años. Seguro, el mejor que han protagonizado las dos grandes potencias actuales del fútbol. Once finales, una sola derrota. Y no sin gloria. Tras una primera mitad donde su legendario oponente había ganado la batalla, el talento de Pep Guardiola emergía para cambiar radicalmente el escenario. Xabi, Pepe y Khedira por un lado, Xavi, Iniesta y Messi por otro, eran lujosísimas piezas de ajedrez en manos de las mejores mentes. Leo y Andrés completaron una segunda parte excelsa, pero decidieron los guantes de otro genio, Iker Casillas, apoyado en la inmensidad de Cristiano. Una duelo irrepetible. Una derrota para recordar.
BARCELONA 2-0 MANCHESTER UNITED. El nacimiento del concepto (27-05-2009)
Valdés; Puyol, Touré, Piqué, Sylvinho; Busquets, Xavi, Iniesta; Etoo, Messi, Henry.
Había caído La Liga. Había caído la Copa. Pero en Roma no eran favoritos. El vigente campeón acudía a la capital italiana a ganarse el privilegio de ser el primer equipo en la historia capaz de repetir Champions League. Liderados por quien todavía podía reclamar para sí el trono de mejor jugador del mundo, el United parecía más. Esa noche descubrimos cómo de grande era nuestro error. Allí nacieron Xavi, Iniesta y Messi como concepto. Allí nació el juego con balón más perfecto de la historia. En Roma sería la primera vez que una transición ofensiva rival quedaría reducida a nada. Mientras, Ferdinand, Vidic, Evra o Carrick siguen preguntándose a quién les tocaba marcar ese día.
BARCELONA 5-0 REAL MADRID. El Messi colectivo (29-11-2010)
Valdés; Alves, Piqué, Puyol, Abidal; Busquets, Xavi, Iniesta; Pedro, Messi y Villa.
Se presentaba como la gran batalla de nuestro tiempo. No faltaba ni un solo ingrediente. Sin urgencias clasificatorias ni bajas reseñables, todo estaba preparado para, esta vez sí, el partido del siglo. Y, seguramente por primera y única vez (y quizás no volvamos a verlo), uno de los equipos jugó, en efecto, su partido perfecto. El nivel medio fue tan alto que solo Lionel Messi podría destacarse, sin anotar goles. Fue la sublimación del Messi colectivo, del Messi que ya era parte innegable del auténtico Olimpo del fútbol. Su segunda asistencia a Villa es una de esas escenas que una mente normal no puede concebir, que solo el genio visualiza. Había nacido un dios.
BARCELONA 3-1 MANCHESTER UNITED. La última página del libro (28-05-2011)
Valdés; Alves, Piqué, Mascherano, Abidal; Busquets, Xavi, Iniesta; Pedro, Messi y Villa.
Una final de Champions es territorio para la ilusión, la esperanza y, muy especialmente, para el miedo. No corresponde al partido decisivo grandes actuaciones de los equipos, que suelen andar lejos de su potencial. El Barcelona de Pep entró en la leyenda tirando por la borda este mito. Wembley superó ampliamente a Roma. Quizás porque Xavi, Iniesta y muy especialmente Messi eran ya jerarcas del fútbol mundial. La actuación de Messi fue inverosímil. Ferguson arriesgó en demasía alineando a Giggs junto a Carrick en el carril central, con Vidic y Ferdinand a espaldas. Si Leo acudía a la cita, no habría partido. Lo hizo. El resto es leyenda, la última gran página de la Historia del Fútbol.
–
Artículos relacionados:
Inmortalizar la eternidad
https://twitter.com/#!/DavidLeonRon
@DavidLeonRon 27 mayo, 2012
¿Por qué en muchas de las mejores actuaciones colectivas se da el denominador común de un Messi mucho más enfocado al juego y al pase decisivo que a cifras anotadoras descomunales?
Supongo que cuando todo fluye no hacen falta 73 goles de un jugador. Todo es mucho más natural.