El primer pensamiento será el peor. Cuando el despertador de cualquier lujoso hotel muniqués llame a filas, John Terry se sentirá solo, inconsolable, preso de la impotencia. Recibirá la palabra de ánimo de todos (al fin y al cabo, su dolor resulta fácilmente descifrable), pero solo dos colegas hallarán la total empatía con el capitán inglés. Didier Yves Drogba y Frank James Lampard. Ellos, al igual que John, también dejaron heridas en el Luzhniki moscovita; el drama personal de Frank, privado de la felicidad del partido de su vida tras la pérdida del ser más querido. La expulsión de Didier, aquel disparo al palo… ¡Son tantas cosas! Casi una década de lucha. Una etapa gloriosa, por supuesto que sí, pero con una espina que año a año ha ido clavándose de forma más profunda. Hasta hoy. Ante el gigante alemán, en casa ajena, delante de un puñado de futbolistas excepcionales, el Chelsea no sentirá miedo. Tienen a Frank y a Didier. Ya fueron enterrados. Y lo que está muerto no puede volver a morir.
El escenario general parece anticipable, si bien las numerosas ausencias (no costará recordar este partido como la final de las bajas) han envuelto a las horas previas en un halo de misterio y duda. En ellas pierde más el Chelsea… pero con matices. Roberto Di Matteo recibió un conjunto muerto, descreído, y de las cenizas construyó algo. No mucho, la verdad, pero sí algo. Esa indefinición facilita la adaptación constante al rival, la propia reinvención. El Chelsea pierde discurso en las bajas y tendrá que improvisar uno nuevo. Para el Bayern, por contra, las ausencias suponen un mero descenso cualitativo, localizado principalmente en su retaguardia. Su proceder queda casi intacto, lo que termina por acrecentar su favoritismo.
Con matices, las bajas perjudican más al Chelsea de Di Matteo
El Bayern, que ejerce de favorito (y de local), va a acumular un porcentaje más amplio de posesión, porque así lo dice su estructura, la del Chelsea y seguramente El Chelsea no se reconoce en ningún dibujoel deseo de la gran mayoría de futbolistas sobre el campo. La fase ofensiva alemana será la predominante en el partido. La última vez que los Blues enfrentaron un escenario de sumisión por detrás del balón, el Camp Nou, Di Matteo movió piezas. Aunque su Chelsea no es reconocible en ningún dibujo, si podemos hablar del 4-4-1-1 como “sistema base”. En Barcelona, sin embargo, el Chelsea dispuso un 4-5-1, alcanzado un nivel de adecuación total y absoluto al rival (como ejemplo, Ramires, fijo en la derecha, trabajó sobre el sector izquierdo). La contraindicación fue evidente; Mata quedó aislado de la gestión de la (eterna) segunda jugada de Drogba y el Chelsea prácticamente renunció a transitar, lo borró de sus planes. La pregunta es si el Bayern exige tal nivel de sumisión.
Heynckes también deberá elegir. En base al triángulo Luiz Gustavo-Kroos-Schweinsteiger, el Bayern ha sumado una complejidad inesperada a su clásico fútbol de ventajasBastian y Kroos son una puerta abierta a Mata exteriores y simplificación del juego. Por el camino cayó Müller, desesperado ante el movimiento monocorde de Robben. Kroos ha sabido influir a dos alturas, tanto en el mecanismo de salida con Bastian y Luiz Gustavo (implicándose incluso en primeros pases) como compensando los pocos movimientos interiores de Robben y los algo más frecuentes de Ribery. Sin el mediocentro brasileño, la rigidez de Tymoshchuk nos devuelve a un Bayern mucho más estático, con posiciones fijas en el nacimiento y muerte de las jugadas. No obstante, es posible que el ucranio sea reclamado por las bajas en defensa, lo que abriría la opción Kroos-Schweinsteiger en el doble pivote. Y es aquí cuando Mata entra en la ecuación.
Kroos ha hecho más complejo al Bayern de Robben
Mata y la gestión del escenario que abre Drogba tras cada pelotazo es la vida para este Chelsea. El español, con su dinámica sobre todo el ancho del campo, anda siempre preparado para sacar aguaLa final será un duelo táctico riquísimo del pozo africano. Sin la extraordinaria capacidad física y lateral de Luiz Gustavo, el Bayern carece de un elemento corrector en balones divididos. Bastian tiene técnica defensiva, pero su puesta a punto no está afinada. Kroos, de naturaleza mediapunta, tampoco parece el más adecuado. Tymoshchuk tendría todo el sentido del mundo en esta fase del juego. Como vemos, cada elección a tomar por los técnicos incluye una contraprestación negativa. La final es riquísima en lo táctico. En el caso de Mata, su presencia interior ha llenado de sentido a los verticales jugadores exteriores, reducidos a un trabajo tan simple como efectivo: Replegar en fase defensiva (constante en la que vivirán ante Robbery) y explotar sus condiciones tras recuperación. Un puesto diseñado para el Essien del pasado. Sturridge, golpeado por su ausencia en la Euro, es otra opción. Ninguna ofrece garantías totales.
Pero si en un perfil de futbolista queda una posible resolución de la final es, sin duda, en el delantero centro. Hasta tres pueden darse cita en el Allianz: Didier Drogba, Mario Gómez… y Fernando Torres. El madrileño gana fuerza en las últimas horas. Como comentábamos, el principal motivo es que Di Matteo no encuentra un nombre para suplir a Ramires. Escorar a Mata lo deja sin transición, pero Fernando es muy capaz de compensar con sus movimientos el vacío que deje Juanín por fuera. Muy pocos puntas son más amplios que Torres en ese aspecto. Ninguna duda ofrece Drogba. Pongan el vídeo a grabar porque su actuación promete ser historia del fútbol. Ni Boateng ni el inexperto Tymoshchuk tienen nada que hacer en la pugna individual.
La actuación de Drogba promete ser historia del fútbol
Claro que Mario Gómez también tiene algo que decir. Tras superar por KO a la pareja del año, el de Granada va a por más. La bajaLa ausencia de Terry, muy dura ante Gómez de Terry deja al Chelsea sin central capaz de afrontar con éxito la confrontación física en área chica. Pero hay más. David Luiz, el hombre sin pausa, presenta muchas dudas a la hora de leer los movimientos de Super Mario. Si Gómez repite una actuación como la del Bernabéu, el brasileño puede salir gravemente cuestionado. Para colmo, la baja del infravaloradísimo Ivanovic no ayuda. El serbio es un central de formación, y acudiendo al auxilio sobre el punta es magnífico. Bosingwa queda a medio camino. Su adaptación a Ribery parece superior, pero no ha sido su mejor temporada. Y difícilmente influirá sobre el tanque alemán.
Si Gómez repite lo del Bernabéu puede masacrar a David Luiz
Contrario al sentir general, el partido tiene todos los ingredientes para ser espectacular. Decisiones para debatir, un duelo táctico apasionante, futbolistas de culto, algunos de los mejores jugadores del año… y es la final de la Champions. Pocas cosas más estimulantes. Que se lo digan a John Terry. Cuando suene la música, su corazón estallará en mil pedazos. Disfrutémoslo nosotros, que podemos.
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@CAlvarezVillace 19 mayo, 2012
En todas las previas que he leído, en todos los comentarios acerca de la Final, el factor común es que las opciones del "XI" del B. München parecen claras. Evidentes.
Pero todo lo que salga de la lógica, todo lo que sea novedoso, supondrá un golpe de efecto ¿decisivo? para los intereses de JH o RDM.
Y la baja de Ramires es extremadamente sensible porque supone un rompecabezas encontrar su sustituto. Por las funciones que realiza. Y sí creo que esta decisión va a marcar el planteamiento del Chelsea, va a definir a qué va a querer jugar.