Guardiola rompió la pizarra | Ecos del Balón

Guardiola rompió la pizarra


Guardiola lo pasó fatal en San Siro. Se resaltó al día siguiente la superioridad culé y la tranquilidad que eso debía otorgarle de cara a la vuelta, pero Pep sentía que su equipo había acabado muy nervioso y el Milan había estado comodísimo, haciendo justo lo que quería hacer. Tenía que evitar la prolongación de aquéllo en el Camp Nou. Era difícil que Boateng y Robinho volvieran a estar tan mal, el gol italiano acabaría llegando y lo de la ida era oxígeno para los de Allegri. Debía romper el encuentro, propiciar un ritmo superior, dejar patente que Nesta, Ambrosini y Seedorf son muy viejos. Para ello Guardiola rompió la táctica. 3-4-3 y reduccionismo total a un choque técnico y físico de sus hombres contra los de Allegri. Apuesta valiente. Y honesta. El entrenador es quien más claro tiene que el Barça, formalmente, nunca más volverá a jugar como el año pasado, porque le falta un jugador, y continúa su sincera búsqueda de soluciones.

En realidad, menos contra el Real Madrid y quizás el Bayern de Munich, los azulgranas disputan 10 partidos como el de anoche y ganan 7 u 8. El regusto que queda es amargo porque nos habíamos acostumbrado aQue al Barça se le pueda ganar no implica que haya dejado de ser el mejor que el rival no tuviese vida atacante y ahora sí la tiene, pero la plantilla culé es mucho mejor que las demás y marca distancias, como decíamos, física y técnicamente. Presión bestial e intensa que suele superar el nivel de la salida del contrario, dominio habitual del uno contra uno defensivo de toda su zaga sobre los delanteros rivales… En el reduccionismo más absoluto, cuando el partido se rompe y la táctica no protege a nadie, los duelos individuales siempre resultan favorables a sus futbolistas. Y arriba, con Alves y Cuenca abiertos, se crea espacio a toda costa para que los laterales contrarios no puedan ayudar contra Messi, y para que el rombo golpee sistemas con huecos y pueda decidir desde el gesto rápidamente, sin necesidad de encadenar circulaciones de 30 o 35 pases. Así, la sensación de peligro siempre está presente.

Y pese a que el control absoluto es inviable, porque eso en el fútbol solo ha existido una vez, no siempre va a haber tanta inestabilidad. Ayer ésta se cimentó sobre dos circunstancias que no tienen por quéBinho fue más que «Masche», Piqué y Sergio Busquets ser una constante. La primera, un nuevo partido insuficiente de Piqué. Anda mejor en el área, pero el Barça, y más en el 3-4-3, le expone en demasía a la caída a banda, y ahí está mostrando una vulnerabilidad ante el regate que por momentos recuerda a la del Márquez más rígido. La segunda fue el notable partido de Robinho, habitualmente destinado a batallas personales contra Busquets, Mascherano o Piqué de las que solía salir vencedor. Solo el desafortunado partido de Ibrahimovic, malos toques y peores decisiones, hizo que el fútbol del brasileño no se transformara en 2 o 3 ocasiones más. En cuanto el resultado legitimó a Guardiola éste recuperó el 4-3-3, Alves pasó a influir sobre Robinho, sus apariciones se espaciaron y al Milan le costó algo más. Ciertamente con el 4-3-3 se ganó consistencia.

En una noche personal floja y equivocada, Messi volvió a producir tres o cuatro goles.

Es curioso que, por unas cosas u otras, al Barça este año le hayan salido mal o regular los tres delanteros de más empaque (Villa, Pedro y Alexis) y aun así se la pueda jugar a la pegada y la facilidad innata para crear ocasiones en encuentros abiertos. El único motivo es Messi. No jugó su mejor partido, anduvo precipitado, demasiado individualista -aunque se entiende, porque el 11 de Pep gritó a Leo que decidiese incluso más que de costumbre- y algo torpe en el área italiana; pero es que ya todo da igual con él. Hay veces, las de más, que el Barça gana por ser el equipo de Messi. Otras, como ayer, simplemente por tener a Leo y nada más, que no es lo mismo. Pero es suficiente. Creo que es suficiente hasta para ganar una Copa de Europa. Al fin y al cabo, Messi en Copa de Europa es más que la suma entre Xavi e Iniesta. Y, seguramente, que la de Ronaldo y Benzema.


Comentarios (9)

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"Para ello Guardiola rompió la táctica. 3-4-3 y reduccionismo total a un choque técnico y físico de sus hombres contra los de Allegri. Apuesta valiente. Y honesta"
Honesto? Valiente no te lo discuto pero honesto... no sé ;-)
Ha pesar de la lesión de Villa, el cáncer que sufre Abidal (un fenómeno) las continuas lesiones de Iniesta, Alexis y Puyol (aunque este último ha recuperado el ritmo), la menor aportación goleadora de Cesc, el bajo estado de forma de Piqué, las continuas rotaciones con gente de la cantera, el Barsa sigue sometiendo al Real Madrid a una persecución donde no hay lugar para el error. Los dos últimos meses del Barsa han sido perfectos, y siguen en esta dinámica para afrontar el tramo final en todas las competiciones. También hay que tener en cuenta que en las rotaciones, Mascherano y los canteranos Thiago, Tello y Cuenca han dado un buen nivel, lo cual ya es una costumbre, se verá si los Rafinha, Deulofeu o Sergi Roberto siguen en esta línea ascendente.

Yo prefiero a Xavi e a Iniesta que ha Messi, donde va a parar. Que hace Messi cuando juega con Argentina? Que hace Cristiano cuando juega contra el Barsa? y Ozïl? Acaso no es mejor Alexis en el Barsa, que con Chile o el Udinese? La raíz de la respuesta a estas preguntas es la misma, Xavi e Iniesta. Si las cifras goleadoras de Leo Messi son espectaculares (58 en todas las competiciones, creo) es gracias a Xavi e Iniesta, y a Cesc también por supuesto. Creo que en cualquier otro equipo, a escepción del Real Madrid, Messi no sería el que es, necesita al Barsa tanto como el Barsa le necesita a él.

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