En una de sus canciones aderezadas con poesía, Quique González pasea por su memoria para llegar a la infancia. Una noche en Madrid, alguna que otra copa de más y no pocas historias al volante de cualquier viejo coche. Con la pachorra y ternura que destilan sus composiciones se dibuja un chico que, como dice la letra, corría detrás de un balón. Un chico que se sintió el rey. Imagino que fue la lógica la que decidió que se dedicase a la música para dejar que la pelota pasara por otros. Esa asistencia la recibió un pequeño pelirrojo que levantó la cabeza y buscó a su amigo galés, recostado en la izquierda. Y así hasta hoy. La misma historia de siempre. El arte de vivir con un balón.
El resto del cuento ya lo tenemos muy leído. Dos amigos que vieron pasar hechos históricos sin darse cuenta de que la historia eran ellos. Desde los ‘Fergie boys’ hasta el equipo de Wayne Rooney, pasando por Eric Cantona, la final del Camp Nou o la hegemonía de Cristiano Ronaldo. Ryan Giggs ya no tiene melena y su posición de extremo encuentra acomodo como buenamente puede en el centro del campo, siempre que la velocidad no lo multe por lentitud. Paul Scholes volvió a atarse las botas en enero con la mirada puesta en su último título. Ya no son los reyes de la Premier League pero la justicia les ha regalado una oportunidad más. Todo consiste en no fallar el lunes.
@DavidLeonRon 30 abril, 2012
¿Os imagináis que Scholes vuelve del retiro para, de manera señalada y clara, darle una Premier más al United? Me refiero a una actuación decisiva, mediante gol o pase. Sería la releche. Y ojito, que venimos del finde de Guardiola y Raúl. Que el fútbol está sensible e igual nos regala una de estas.