El Atlético de Madrid es distinto cuando juega por Europa. O quizás es distinto cuando juega en nuestra liga, no es algo que esté aclarado del todo. El caso es que si los partidos no arrancan en horas en punto y el árbitro no tiene acento español, la camiseta rojiblanca deja de restar y pasa a ser un activo. Encima en estos momentos hay un equipo detrás. Por desgracia no sabemos cuánto va a durar, pero hoy juegan muy bien, y tan solo la mala suerte en las primeras jornadas de Simeone hizo que el grupo aborreciese los fines de semana y se descolgara en el campeonato. Al menos tiene la virtud de cambiar de chip con facilidad. Ayer el primer gol definió parte del argumento: El Atlético estaba mucho más preparado que el Valencia para jugar una semifinal de UEFA Europa League.
A esto se sumó la incontestable victoria táctica de Simeone sobre Unai Emery, a su vez abandonado a su suerte por el lamentable partido que completó su sector izquierdo (Víctor Ruíz, Jordi Alba, Tino Costa yLa valorada banda izquierda ché fue el gran objetivo local Mathieu). El Cholo machacó desde ahí. La primera decisión fue cambiar las posiciones habituales de Diego y Turan. El turco, que es el obediente y el versátil, pasó a la derecha, donde tendría un papel prácticamente de extremo. Jamás jugó tan abierto. Juanfran, por supuesto, desatado hacia arriba; y Adrián, de cuyo momento físico hablábamos hace poco, destinando todos sus dentro-fueras a ese mismo perfil. Simeone sobrecargó con todo el descaro el sector izquierdo de la zaga valencianista, aquél en el que la ayuda llega más tarde -Víctor y Tino son de paso pesado-. Para colmo, la superioridad técnica del Atleti allí estaba siendo bestial, así que el resto de piezas chés quedaban condicionadas, lo que hizo que Diego y Filipe Luis tuvieran un partido comodísimo en la zona más limpia. Fue un baño terrible.
El inteligentísimo partido de Arda Turan fue más de media transición defensiva del Atlético.
La actuación de Turan merece más tacto, fue tan sensible que hasta su entrenador rompió en halagos en la sala de prensa. Midió tan bien… No era cuestión de abrirse y quedarse ahí pinchado para generar espacio, como pueda ser el caso de los extremos del Barça o los laterales del Real, sino que debía ser el dueño del balón, porque el Atleti quería vivir ahí. Y recibió, y templó, y esperó, y usó a Juanfran y Adrián para desbordar en el momento justo. Toda esta maravilla redujo la transición ofensiva del Valencia al pelotazo a Soldado. Tras el robo, ahí sometidos y rodeados de rojiblancos intensos, salir era imposible.
A partir de esto, y de la siempre fantástica defensa posicional del Atlético de Madrid, el Calderón creció y subió en la nube a sus jugadores. El corto 4-2, una anécdota decisiva. El Valencia tiene una vida que no mereció. Y Unai tiene muchas, muchas ganas de conseguir este título. Va a intentar algo especial.
Jordi Amat 20 abril, 2012
Futuro campeón de la Europa League. Estaba muy de acuerdo con Abel cuando decía que era el favorito y el tercer equipo de España compitiendo.