En los últimos cuatro años hemos ganado una Eurocopa y un Mundial. Y dos Champions, y la primera Europa League disputada. Hemos consolidado a Xavi, Iniesta y Silva entre los grandes, garantizado a Casillas la inmortalidad y presentado a Thiago, Muniain e Isco a sus futuros súbditos. Es tal nuestro dominio que hemos cambiado, pasajeramente, algunas costumbres centenarias, e Italia ya no quiere defender, y Alemania juega a pasarse la pelota. Pero hay que remontarse mucho para recordar un curso global como este 2011/12. Anoche en Gelsenkirchen, otro episodio magnífico, uno de los mejores. La reminiscencia al Raúl de verdad, y la honesta respuesta de Llorente. Nuestro 9, el de hoy. El que representa un ahora que ya no pierde ni ante la más grande de nuestras leyendas. Nuestro gran genio. El último espejo que podía mostrarnos pequeñitos.
Old Trafford dio a los nuestros 10 minutos de margen. Desde ahí, incontestable superioridad del Schalke 04. 4-2-4 con un doble pivote más bien de contención, dos bandas sin demasiado retorno pero con mucho desborde y los dosKJ Huntelaar y Raúl ganaron al sistema de Bielsa delanteros. Estos últimos, Huntelaar y Raúl, definieron el choque. Bielsa es un firme defensor de los sistemas defensivos de marca individual, y uno de los rasgos distintivos del Athletic es ver a sus centrales en hombre contra hombre. Sobre todo si, como ayer, el rival juega con dos puntas. La decisión de Bielsa no pinta a errónea cuando Javitxu es uno de los centrales del año, Amorebieta ha renacido de sus cenizas y el Athletic casi está en semifinales de la Europa League, pero lo cierto es que tiene alguna contraindicación, y el Schalke aprovechó. Raúl y Huntelaar se cruzaban a lo largo y ancho en cada jugada, ocupando además mucho terreno sobre los dos ejes, demandando ayudas y permitiendo en los costados situaciones, mínimo, de igualdad numérica para sus regateadores. La verdad es que durante 75 minutos el Athletic mereció perder.
Y el dueño del partido fue el 7. Pero en el sentido más amplio posible. Acuérdate de que llegó un momento en el que tú solo lo mirabas a él, tuviese o no la pelota, y lo que te ocurrió a ti nos ocurrió a todos losRaúl volvió a lugares que no visitaba desde hacía 8 años demás. También a los jugadores del Athletic, y a los del Schalke, y a Bielsa. Es que no fue normal. Volvimos a ver a aquel Raúl que, siendo coetáneo de Zidane, Ronaldo, Rivaldo y Henry, se despertó y acostó más de un día y de dos siendo el número uno. El sobrenatural segunda punta que permitía competir en Munich con Helguera de mediocentro, porque él era la base de la jugada. El que permitía ganar una Copa de Europa sin ocupar las bandas, porque él caía y aun sin regatear volcaba al rival hacia las mismas, y luego la devolvía al centro. El que hacía que los músculos más ejercitados por sus rivales fuesen los del cuello, en vez de los del tren inferior. Lo volvimos a ver. Más lento, más inconstante, más débil, más pesado. Pero era él. Él, en viejo. Como Seedorf y Giggs. Decía David León Rondán sobre el partido que, simplemente, había uno que era mucho mejor que los otros veintiuno, y esa era la diferencia. Imposible de resumir mejor.
Los últimos 15 minutos fueron de Susaeta y un Muniain que… solo marca en las citas importantes…
Lo que pasa es que hemos cambiado. Ya tenemos respuesta para casi todo. Ayer fue Llorente quien contestó con un soberbio golazo, el segundo en su cuenta particular, rompiendo el conjuro y avisando a todos de que ya estamos en 2012, a pique de entrar en el mes abril. El técnico del Schalke, emocionado, había roto poco antes su equilibrio (Jurado y Holtby por Höger y Draxler) para intentar cerrar una faena que vio hecha; y Muniain, que había pasado al carril central en la segunda parte, comenzó a descoser a los alemanes. Slalom tras slalom, con ayuda de Susaeta, hasta que marcaron el 2-4. Fue una noche impresionante con el único peaje, aunque a Bielsa no le importa, de quedarnos sin partido de vuelta. Porque pese a que Javi Martínez haya sufrido ante Raúl más que ante Rooney, Benzema o Cesc, abrir esto ya sería una cosa excesiva, ¿no?
CHJ 30 marzo, 2012
Es hermoso recuperar la imagen del Raúl grande, del futbolista dominador de Champions League, de los tiempos y de las emociones en cualquier escenario del mundo y ante cualquier rival. Del futbolista del talento, de la lectura genial, de la picardía, de la inteligencia en el campo. Del futbolista, que siendo inferior a algunos de sus coetáneos, nunca creyo que lo fuera. Y eso lo llevó a construir su leyenda y su maldición.
Raúl fue un GRANDE del fútbol y sería conveniente recordarlo más a menudo.
Vivimos en una vorágine mediática en la que parece que el fútbol nació en 2008, y a partir de la cual despreciamos y olvidamos lo anterior.