En el andén, la Vecchia Signora con ropa nueva. Agosto de sol rotundo, el calor apretaba y la espera, breve para algunos, había sido eterna. La paciencia la hizo envejecer y del pasado extrajo duras lecciones. Dos hombres aguardaban su llegada al cruzar la calle, Andrea Pirlo y Antonio Conte, la paz y el nervio, y ella no pudo disimular la fricción que dibujaban sus labios. Sonrisa pícara que se tornó en profunda sorpresa cuando, mientras charlaban sobre la final del 95 y el penalti de Jugović, el coche en el que viajaban se detuvo en la Strada Comunale di Altessano 131.
– ¿Os habéis mudado de casa? – preguntó ella sin dar crédito a la situación.
– Empezamos de cero – respondieron al unísono ambos evitando dar más detalles.
41.000 almas la recibieron a pecho descubierto. En pleno éxtasis honraron su pasado, soñaron su presente y vincularon su futuro al nuevo hogar. El corazón de los Boniperti, Scirea y Cabrini volvía a latir con fuerza.
Han pasado más de seis meses desde aquello. El tiempo juega al escondite y la primavera irrumpe con fuerza desplegando un profuso abanico de conclusiones sobre una Juve que no cesa en su pelea por el Scudetto.
El equipo tiene el genio de su entrenador y se rinde a otro genio perenne, Pirlo. Producir por dentro, con la varita de Andrea y el traje de Marchisio, agotado en las últimas fechas, para apoyarse en la versatilidad de Pepe, El equipo de Conte ejecuta una propuesta sólida y eficazGiaccherini y el resto de extremos que, siéndolo por naturaleza o sin serlo, maneja el técnico italiano en una plantilla tremendamente profunda. Peligro. Si la pareja italiana no bombea, la sangre no llega al cuerpo, a pesar de que Vidal une cuando el 4-4-2 cicatriza en 4-2-3-1. Esquemas, al fin y al cabo, que no están por encima del paradigma: posesión y extremos. Buffon guarda lo que en ocasiones su defensa pierde, quizá la línea más débil en la que el frenesí de Lichtsteiner, la versatilidad de Cáceres y la suficiencia de Chiellini disimulan carencias mayores. Vucinic apunta, Matri dispara y Borriello y Quagliarella tratan de no perder el paso.
Mientras esto sucede y la idea cuaja, Alessandro, acostumbrado a la principesca alfombra verde, siente con asiduidad el frío tacto del metal del banquillo. Es el precio del Renacimiento.
@sepioes 30 marzo, 2012
Si algo me ha sorprendido en esta Juventus es el ostracismo absoluto de Krasic y de Elia. De jugar ambos, la Juventus tendría dos bandas muy incisivas desde las que colgar centros a Matri, muy capacitado para este tipo de juego. Es cierto que Conte está dando prioridad al juego interior, pero me resulta llamativo ver como la alternativa que comento no es siquiera tenida en cuenta por el técnico.
Defender por dentro es más fácil que por fuera, hay menos espacios y las posibilidades de achicar son mayores. De ahí que la Juventus tenga tanto empate. Si en estos partidos hubiera abierto el campo con estos dos jugadores, estoy convencido de que hubiera creado más dificultades. Yo realmente no creo que Pepe y Giaccherini sean extremos a la antigua usanza de los que estoy hablando. Tienden a incidir en el juego interior, son menos de línea de cal.
No voy a decir que no me molesta lo de Krasic, jugador que tuvo meses de escándalo en su primera temporada con la Juventus. El serbio debería ser utilizado más, no creo que nadie pueda discutir eso. Con Elia tengo más dudas.