En la final de la Copa del Mundo de Brasil se enfrentaron dos generaciones de futbolistas que ya habían brillado como grupo antes de llegar a sus respectivas selecciones

El Bayern Munich volvió a ganar en el Emirates. No fue lo de hace un año porque los de Guardiola aún no alcanzaron la perfección de la era Heynckes y el Arsenal no es tan blando como entonces. Compite mejor. Por eso

Uruguay es un grande porque se conoce. Llegada la Final ante el rival más duro se dejó de delicadezas y se vistió de celeste charrúa: al banquillo el lateral que sube y el «10» habilidoso; al césped un central más y un delantero grandote.