Habían pasado ocho años pero Brasil aún llevaba dentro el dolor de la tragedia. El Maracanazo de 1950 había conmocionado al país, que se preparaba para levantar su primera Copa del Mundo en casa. Finalmente, sería en 1958

La noche del 28 de mayo de 1997 iba a ser la más especial de la historia del Borussia Dortmund. El conjunto alemán, dirigido por Ottmar Hitzfield, se proclamaba campeón de la Champions League ante la Juventus de Marcelo Lippi

Era el segundo partido de liguilla y la historia todavía parecía algo lejano que estaba por escribir. Sin embargo, aquel Brasil-Inglaterra disputado en Guadalajara en estadio Jalisco iba a pasar a la posteridad.

La historia fue así. El general Emilio Garrastazu Medici, presidente del gobierno de Brasil, necesitaba un vehículo de legitimidad popular y se fijó en ellos, en esos mulatos de magia infinita y pies de seda que ya habían inoculado el fútbol

Después del éxito de USA94, la Copa del Mundo volvía a Europa. Concretamente a Francia, que se preparaba para organizar por primera vez el campeonato más prestigioso. Los locales recibieron el sobresalto de la expulsión

La vieja Recopa echaba el cierre definitivo. La UEFA decidía fusionar el torneo de los campeones de Copa con el campeonato de su mismo nombre, dejando así una única alternativa a la Champions. La final de 1999, disputada

Sólo sabe que le ahoga. Con 30 años volverá a casa sin aquello que vino a recoger, y lo más triste es que la decisión estuvo tomada desde que cumplió los 24, aunque no tuviese el valor ni de reconocerlo ni de reconocérselo. El ojo del tiempo hoy nos ayuda a

Inglaterra, la casa del fútbol, vestía sus mejores galas para albergar por primera vez una Copa del Mundo. Los británicos, con figuras más que contrastadas como Bobby Moore, Charlton o el portero Banks, se plantaban en la

Tras haber logrado superar las terribles secuelas del Maracanazo cuatro años antes, Brasil gozaba por fin de su status de emperador. A ello sumaban la consolidación absoluta del indiscutible mejor jugador del mundo, Pelé.

Italia ya había claudicado. El sol de México y los dos goles de distancia aseguraban el tricampeonato para Brasil. Corría el minuto 86 y la atención se centraba más en las orillas del césped, a la espera del pitido