Descanse, comandante Fàbregas. ¿Quiere una copa? ¿Seguro? Bien, bien. Me parece correcto. Buen soldado. En fin, no soy de andarme con rodeos: como imaginará, esta no es una reunión de cortesía.

Como si hubiera programado los acontecimientos, reduciendo cualquier mínimo impacto que pudiera suponer un rival que lo había desnudado hace apenas dos meses, el Chelsea ganó la Capital One Cup demostrando que a su entrenador

Cuando a un equipo estándar de José Mourinho se le cedía la posesión, cuando se le proponía el reto de abrir un cerrojo cerca del arco rival, su prioridad parecía muy clara: cometer los errores cuanto más arriba mejor

Cuando Nemanja Matic y José Mourinho unieron sus caminos, la mayoría vislumbró un futuro dominante en la figura del serbio. Un muro para la Copa de Europa. El potencial físico y técnico del hasta entonces benfiquista

La llegada de Juan Guillermo Cuadrado a Stamford Bridge añade, sin lugar a dudas, un nuevo recurso de mucho valor al ya de por sí temido Chelsea de José Mourinho. El extremo es desborde, velocidad

El proceso se inició cuando los atacantes de banda dejaron de jugar abiertos, buscar línea de fondo y sacar el centro al área. Canjearon esas funciones por iniciar un slalom diagonal hacia la frontal y terminar la acción bien con un disparo

Era todo tan fácil que la goleada sólo se podía completar con aire fresco. El Chelsea se sabía tan superior y le sobraron tantas alforjas que tuvo que esperar a que Drogba y Ramires salieran afilados

Steven Gerrard tiene 34 años; su juego ya no es el mismo que cuando cumplió los 25. Ni gira ni ejecuta a la misma velocidad, sus sprints se han recortado y sus descansos entre esfuerzo y esfuerzo necesitan de más tiempo. Probablemente a ello se debió

La Premier League giró una mirada furtiva dirección Londres desde que Didier Drogba marcó el 0-1 hasta que Ángel Di María se dispuso a patear la falta que supuso la igualada. De haber ganado el Chelsea ayer en Old Trafford

Uno repasa la hemeroteca que rodeó el fichaje de Cesc Fàbregas por el Chelsea de José Mourinho y podría explicar el rendimiento del catalán sólo atendiendo a las palabras del portugués y a extractos de diversos

Como excepción a una norma de sobra conocida, esta vez fue el Arsenal quien aceptó las reglas del juego y compartió ritmo de partido con el Chelsea, en un choque caracterizado por las bajas revoluciones