Dinamarca y Australia ofrecieron en Samara un encuentro que ahondó en las limitaciones de ambos colectivos a la hora de afrontar sus principales dificultades. Más conscientes los de Van Marwijk de que sus fortalezas nacen precisamente de sus carencias, lo de Dinamarca sí debe desarrollarse en algún sentido diferente, pues sí que podría estar descubriendo alguna que otra vía que no está constando en esta cita mundialista. Por eso, Australia respondió mejor tras el 1-1, mientras Dinamarca se quedó algo más parada. El reparto de puntos dejará, por tanto, todo abierto para el último encuentro. Los oceánicos tienen menos opciones pero competirán hasta el final.
Australia respondió muy bien al gol danés
Aunque puedan nacer de virtudes y características diferentes, Dinamarca y Australia son dos selecciones que tienen bastantes semejanzas. Son más directos que templados en ataque, y el tipo de ataque que mejor llevan a cabo guarda muchas similitudes. Además, en defensa se ordenan bien y mantienen la posición, tanto individual como colectivamente, con mucha firmeza, notándose que sus entrenadores han invertido tiempo y enfocado energías en competir desde cierto rigor, adaptación y resistencia. Por tanto, la creación de ventajas no nace casi nunca de la suma de efectivos y de sus correspondientes pases en campo contrario. Una vez cruzan la divisoria, la acción tiende a precipitarse más que elaborarse.
Arrancó la selección europea con un gol de ventaja, fruto de una acción individual, combinada más bien, con la formidable dejada de Jorgensen para el gran disparo de Eriksen, que sí hace justicia al talento de sus mejores hombres. Para crear acciones concretas, Dinamarca sí cuenta con individualidades más que interesantes. Y el bloque, entrando de lleno en materia, fomenta que eso se produzca más por generación momentánea que como consecuencia de un plan más sofisticado. Dinamarca no suma mucha gente por delante del balón y no es paciente a la hora de hacer progresar la pelota. Convive con el error, tiene muchos efectivos tras la pérdida y atrás tiene calidad defensiva, con Christensen y Kjaer.
Christian Eriksen tocó muy poco la pelota ante Australia
Y es que su estrella, Christian Eriksen, fue el cuarto juagdor que menos veces tocó la pelota del once titular, incluyendo al portero. El crack del Tottenham no es el mediapunta que hoy llamaríamos clásico, el que necesita espacio para bajar y subir escalones con gracilidad. Su escalón, en esta selección, no está abajo, y no hay intercambio ni automatismos que le permitan hacerlo -intercambio de posición con un pivote-. Ni en salida ni en fase de elaboración, Eriksen interviene de manera constante, más bien lo contrario. Y en gran parte, es porque su entrenador así lo prefiere.
Por su parte, Australia respondió con mucha entereza al gol recibido peor su mejor versión nació después. Hasta ese momento, su repliegue no era estándar. Van Marwijk trabajó para cerrar los 40 metros más centrados del ancho del campo, dejando dos franjas liberadas en ambos costados, cerrando cada espacio interior. Dinamarca se vio sin posibilidad de escalonar a sus jugadores y se obcecó en ser muy directo en cada ataque posicional. Eso favoreció a Australia, que se plantó desde ahí para igualar la contienda y salir a la contra, con continuidad, en la segunda mitad. Ahí pudo correr pero rara vez cogió el testigo. La calidad de sus hombre no le permite traducir eso en goles potenciales. El empate estuvo, por tanto, bien medido y razonado.
David de la Peña 22 junio, 2018
Qué buena segunda pate dejó Australia. Está jugando un mundial fantástico Mooy, Leckie está estirando al equipo, y me quedo con un nombre: Arzani. Qué agilidad y descaro mostró cuando salió. Es cierto que Australia tiene buen nivel en las bandas con Leckie y Kruse, pero al menos como revulsivo tiene ahí Postecooglou un jugador para agitar. A ver si les da para clasificarse, aunque no dependan de ellos.