Hace ya algunas temporadas, el Athletic Club de Bilbao se comenzó a encontrar en un momento del tiempo en el que sus jugadores más determinantes, Raúl García y Aritz Aduriz, reclamaban un estilo de juego y un rango jerárquico, concedidos de manera acertada y merecida, cuya consecuencia más directa obligaba a Iker Muniain e Iñaki Williams a esperar su momento. Aunque llegaron a compartir los cuatro muchos momentos, con un espacio del campo concreto para cada uno dentro de un 4-2-3-1, lo que pedían unos y otros para ser los mejores jugadores posibles era bien diferente. Williams e Iker no estaban aún preparados para asumir el tipo de ataque y la responsabilidad absoluta en juego y amenaza como para que se las dieran ya, así que les tocó esperar, porque todo era cuestión de tiempo. Uno con barba frondosa y el otro cada vez más punzante, Iker e Iñaki lideraron ayer todo el apartado ofensivo del Athletic en uno de los días más importantes del club bilbaino en este siglo.
El partido del Athletic fue enormemente competitivo con la pelota
La ida de la primera semifinal de Copa del Rey que enfrentó a Athletic Club y Granada llamó la atención por la diferencia de calma y competitividad que mostraron ambos a nivel colectivo. El conjunto de Diego Martínez no encontró, en la práctica totalidad de la noche, la vuelta al partido, quedando a merced de un Athletic que, para colmo, nunca se precipitó con la pelota, cuidándola y sacando un provecho sobresaliente del pase horizontal y el pase atrás para incidir en los nervios nazaríes. Visto en resumen, esa idea fue calando minuto a minuto: la circulación de balón del conjunto vizcaino fue más que notable, viendo como su rival apenas forzaba errores desde su presión. Le sentó más mal que bien a Diego Martínez que sus jugadores defendieran moviéndose sin parar.
Aunque no se tradujo en ocasiones muy claras ni en una gran cantidad de tiros a puerta, el 23 a 5 en disparos totales ejemplificó con fidelidad la altura ofensiva de uno u otro equipo. A la asumida posesión rojiblanca, que de nuevo salió con tres centrales y un poderío exterior que luego profundizaremos, el Granada respondió con cierta ansiedad por controlar el pase extra con el que el Athletic comprendió su lugar en el partido y la eliminatoria. En lugar de ser directo y forzar centros al área para ganar la segunda jugada, Garitano dotó a su equipo de una continua mesura para darle continuos apoyos a la pelota. Así, creando constantes superioridades en todas las zonas del campo, el Granada no lograba emparejarse con claridad, lo que llevaba a sus mediocampistas a cubrir muchas distancias sin éxito de robo y apenas transiciones de calidad.
El Granada no logró calmarse y siempre estuvo en inferioridad
En todo esto tuvieron mucho que ver los movimientos tan lúcidos de Iker e Iñaki. El primero tuvo toda la libertad del mundo para darle un apoyo extra a las bandas y los pivotes. Muniain siempre fue el tercero junto a Dani Garcia y Mikel Vesga, el tercero junto a un grandísimo Yuri e Iñaki y el tercero junto a Capa y Raúl García. Verdadero constructor del ataque y culpable de la precipitación visitante, las cadenas de pase gozaban de un sentido total, muy cerebral, abriendo espacios, guardándose la pelota con pases de seguridad para buscar por el otro lado y finalizando las jugadas gracias al consecuente movimiento de Williams, con o sin espacio. Solo Rui Silva y una mayor paciencia en el segundo acto calmaron a un Granada que tiene 90 minutos por delante para dar su versión.
Medio 13 febrero, 2020
Partidazo el vivido ayer… el Granada comenzó muy bien, con contras eléctricas y el Athletic también intentaba aprovechar la velocidad, por lo que los primeros 15 minutos me dieron un atracón del fútbol de ida y venida que tanto me gusta. Pero el Granada comenzó a tener imprecisiones en el pase y perdían el balón rapidísimo (creo que el Athletic andaba al 80% de posesión en aquel momento) y el Athletic bajó un poco el ritmo, pero siempre con el mismo esquema: machacar las bandas del Granada, una y otra vez, Con mucho peligro, por cierto.
El resultado es injusto ya que la ventaja tuvo que ser mayor, pero el fútbol es así. Una buena actuación del portero visitante lo impidió, y que además al Athletic en definición le falta algo de calidad.
Cómo está mejorando WIlliams en su posición de 9, es rápido incluso por el centro, una gacela… si continúa mejorando su definición, está en modo selección sí o sí.