El Girona necesitará algo más que un milagro en Mendizorroza para salvar la categoría. El cuadro de Eusebio Sacristán, que cayó en casa ante el Levante, en un 1-2 que certificó matemáticamente la permanencia de los de Paco López, del Villarreal -que ganó ante el Eibar- y del Valladolid -que hizo lo propio en Vallecas-, confirmó ayer en Montolivi que su diagnóstico es poco menos que irreversible. El equipo catalán ha sido muchas cosas y ninguna en realidad esta temporada. Y esa simplicidad táctica, muy condicionada por su propia dinámica, y en la que en ningún momento ha sido capaz de (re)activar para la causa a ciertos actores individuales como Portu o Borja García, es la que le ha dejado sin mayor margen de maniobra en una situación tan exigente como una disputa por la permanencia.
El Girona de Eusebio no ha tenido nunca un patrón claro de ataque
Eusebio optó por un 4-3-3 para la ocasión en el que Portu -derecha- y Lozano -izquierda- eran, en teoría, los encargados de abastecer lateralmente a Christian Stuani en el punto de penalti. Una estrategia que el Girona adoptó a rajatabla en el arranque, presionando muy arriba y cargando el área con muchos efectivos en zonas de remate, pero que, por el contrario, le llevó a desprotegerse en exceso por detrás de la línea del balón. De esta forma, con Portu encarando a Coke -que debió defender por izquierda, a pie cambiado, tras la lesión de Toño-, y con Morales imponiéndose a Valery en ese mismo costado, el primer tiempo se convirtió en un toma y daca entre ambos equipos ante la pasividad de los dos extremos -Portu y Morales- para realizar la cobertura a los laterales.
El primero que consiguiese activar el área pequeña, o, por lo menos, el segundo palo, se llevaría el gato al agua. Y eso es lo que ocurrió tras el descanso. Primero Stuani, que cazó un rechazo, y después Morales, que cabeceó un centro desde el lado opuesto, lograron poner patas arriba la lucha en el farolillo rojo. Sin embargo, cuando el encuentro parecía abocado a su fin, el Levante volvió a encontrar en Mayoral su punto y seguido en campo contrario. El de Parla, muy activo durante toda la tarde muy lejos de la portería de Bono, emergió entre líneas para repetir aquello que tanto y tan bien ha venido haciendo en el último mes y medio. Se alejó de los centrales para tirar el desmarque de apoyo, puso a Campaña de cara, que condujo hasta el pico del área, y este activó a Bardhi en posición franca de remate. Así, en apenas tres toques, el Levante consiguió certificar su estancia en Primera una temporada más. Tres toques, que pueden parecer muy poca cosa, pero que, entendiéndolos como un patrón de ataque, son los que no ha tenido el Girona en estas 37 jornadas. Y si los tuviera no ha hecho mucho por cuidarlos.
AlanAlberdi 60p · hace 310 semanas
PD: Y hablando de dinámicas... lo del Valladolid es otra historia muy atractiva y conmovedora.
AdrianBlanco_ 96p · hace 310 semanas
Y lo que todavía peor: sin recursos ni mecanismos para conseguir revertirla. Esa simplicidad táctica, que en realidad ha estado muy condicionada por los resultados, se ha acabado llevando por delante al Girona.
Concuerdo en lo del Real Valladolid: el trabajo de Sergio González ha sido enorme. Hablamos de uno de los equipos más limitaditos de Primera, pero uno de los que más claro lo ha tenido en la lucha por la salvación.