Un gran poder conlleva una gran responsabilidad. Esta frase, que la creencia popular siempre ha atribuido como el último consejo en vida del tío Ben al joven Peter Parker, fue, en realidad, la moraleja final con la que Stan Lee cerraba la ‘grapa’ en la que se dio a conocer por primera vez el hombre araña. Una moraleja que, como después explicaría el editor Marvel de Panini Comics, Julián M. Clemente, al diario ABC, “resume el concepto básico de por qué Spiderman hace lo que hace. Cada vez que decida abandonar, tendrá que regresar a ese valor original. Y siempre se siente responsable de todo lo malo que ocurre a su alrededor”. Una vida, la de este héroe enmascarado, que con algún rascacielo más que en Donosti, pero con el mismo sentido del deber que nuestro personaje de carne y hueso, podría asemejarse con el atrevido número ‘10’ de la Real (tras la marcha de Xabi Prieto): el increíble Mikel Oyarzabal.
Con Garitano vimos a un Oyarzabal muy cerca del mediocampo
El de Éibar, nacido en las plantillas inferiores del club armero y criado en las instalaciones deportivas de Zubieta al cumplir los 14 años, recibió el verano pasado el encargo de portar el icónico dorsal del equipo donostiarra, como ocurre en esas películas en las que el maestre decide entregarle el testigo a su aprendiz para tranquilidad de su retiro. Y lo cierto es que el cometido no le ha pesado lo más mínimo al guipuzcoano, que hoy mismo celebra su 22º cumpleaños. El primer recuerdo profesional que se tiene de Oyarzabal data de la temporada 2015/16, en la que debutó -con David Moyes en el banquillo- en una goleada (0-4) ante el Levante. Pero la primera vez que Oyarzabal rindió cuenta de sus facultades, como Peter Parker en aquella escena con un cartel publicitario en lo alto de una azotea, ocurrió tres meses y medio después de su estreno, cuando tras controlar un balón en el pico del área y de combinar con Rubén Pardo en la frontal, dio prueba de lo elástico que puede ser su remate a puerta con el pie izquierdo. Una cualidad que ahora, ya con el ‘10’ a la espalda y el brazalete de capitán (de vez en cuando) en la manga, le define como uno de los mejores llegadores -por velocidad, asociación y disparo- de toda la Primera División.
Oyarzabal está a un gol de su mejor marca profesional (14: 17/18)
Mikel Oyarzabal es el de la volea ante el Celta en la Copa del Rey. Pero también el que se pasó los 90’ persiguiendo a Jordi Alba en el enfrentamiento ante el FC Barcelona de la primera vuelta. El vasco es un futbolista con verdadera influencia en los tres carriles. Desde la derecha, como ocurrió en dicho partido ante los de Ernesto Valverde, donde Asier Garitano decidió incluirlo en más de una ocasión para aprovechar su recorrido por fuera, en aquella Real Sociedad mucho más reactiva que la de Imanol Alguacil; tanto por el centro, donde Luis de la Fuente le permite bastante libertad para jugar por detrás del punta; como por izquierda, su posición natural, que es -por ahora- donde más y mejores cosas le está dando a la Real Sociedad. Porque si bien es cierto que Oyarzabal es mucho más atacante que centrocampista, aunque Garitano llegó a precisar sus servicios como teórico interior -más cerca de la divisoria que de la frontal rival-, su capacidad para estar en contacto con su propio entorno es algo que, con su edad, le aporta un valor añadido.
Ahora que la Real Sociedad ha encontrado en Merino y Zurutuza, sus dos interiores, la fórmula para salir con el balón jugado desde atrás sin necesidad de que alguno de sus tres atacantes deba retroceder su posición para avanzar, la estrategia de Alguacil está yendo encaminada a que, sea Januzaj, Willian José, Juanmi o Sandro el que acompañe a Oyarzabal, el extremo de Éibar disponga siempre de tiempo y espacio para operar en la otra mitad del campo. Con Januzaj -generalmente- pinchado en el lado derecho, abierto para encarar hacia dentro y generar la superioridad a través del regate y del golpeo, y con Willian José como referencia más adelantada, que domina bien los desplazamientos horizontales -desde dentro hacia el costado izquierdo- y verticales -de arriba abajo- para darle continuidad al juego y aclarar zonas de remate, pero también con Juanmi y Sandro, dos atacantes móviles, la ratio de acción de Mikel Oyarzabal se sitúa en la zona de aceleración.
Por delante de ambos interiores, donde recibe para después darse la vuelta y operar con su dotadísimo pie izquierdo; a la misma altura que el delantero -Willian José-, con el que intercambia muchas veces su posición para encontrar situaciones de remate; e incluso por detrás del lateral izquierdo -Theo Hernández-, que individualmente es uno de los recursos más profundos de esta Real Sociedad. Del uno para el otro, yendo y viniendo de la banda al carril central y viceversa, así es como Mikel Oyarzabal se pasa las noches en Amara. Con un sentido arácnido que le hace estar siempre prevenido ante el peligro, como prueba el hecho de que esta temporada promedie 4 recuperaciones y 5 duelos defensivos por partido, y haciendo uso de sus telarañas para, además de mantener conectadas entre sí todas las partes del sistema de Imanol Alguacil, impulsarse de tejado en tejado y de área a área como regla su compromiso por ser el héroe que necesita Anoeta.
AdrianBlanco_ 20 abril, 2019
¿Por izquierda, por derecha o por el centro? ¿Dónde os gusta más a vosotros Oyarzabal? 😀