La adaptación realizada por Marcelino García Toral para visitar Mendizorroza logró sorprender a Abelardo, y le dio al Valencia un contexto de control en los primeros compases del encuentro. El equipo ché saltó al terreno de juego con un novedoso 5-3-2, con el que de partida pudo responder a algunos de los principales problemas que plantea el Deportivo Alavés.
El Valencia jugó con tres centrales para tener superioridad numérica en salida y en la defensa del área
El Valencia logró saltar la presión inicial de los dos puntas locales, encontrando a Dani Parejo en un escalón posterior y de cara a la portería rival. El mediocentro ché lograba lanzar entonces a Wass, Rodrigo y Cheryshev, que se movían en vertical y contra una zaga que se encontraba a una altura considerable, al haber acompañado el movimiento de presión de todo el bloque. Ese tres contra dos en los primeros pases representó una ventaja para el Valencia que Abelardo no esperaba.
Parejo fue el más beneficiado en el tramo inicial del encuentro
Sin embargo, el asturiano reaccionó rápidamente. Si presionar no surtía efecto, dejó de hacerlo, y sitúo al bloque mucho más atrás, un escenario de partido en el que su equipo sabe manejarse francamente bien. A partir de ese momento los tres centrales del Valencia quedaron inutilizados en salida de balón, con un Parejo mucho más ahogado por Bastón y Calleri, que ya no iban contra los centrales, y el cuadro visitante dejó de tener profundidad.
El Alavés leyó bien la situación y llevó el encuentro al ritmo que deseaba
Con Parejo más ahogado y sin finura en el juego entre líneas -sólo un desacertado Rodrigo se movía con energía en esa zona-, el Valencia comenzó a tener una posesión absolutamente inocua. El Alavés había conseguido llevar el partido a su terreno, y logró llevarse el partido gracias a su tremenda agresividad y convicción para cargar el área en situaciones de balón parado. Marcelino agitó el árbol, pero la medida se quedó en una solución muy escasa.
AdrianBlanco_ 6 enero, 2019
El 3-5-2 de Marcelino me pareció una opción muy coherente para el contexto Mendizorroza. El equipo disponía de 4 futbolistas (Parejo y los tres centrales) por detrás del balón y esos tres mismos centrales siempre de cara para cortar la opción en largo del Alavés. Ahora, cuando Abelardo consiguió el 1-1 y el equipo dejó de presionar para replegar unos metros más abajo, el Valencia perdió muchísima fluidez en su circulación. Como dije en Twitter, ese mismo esquema obligó a Parejo a una precisión máxima en todos sus envíos. Y con todo ello, solo contaba con un único especialista para jugar de espaldas (Rodrigo). Difícil.