Ousmane Dembélé fue el gran protagonista de anoche en el Camp Nou, fruto de la lectura que supo realizar del escenario en todo momento. Con el equipo más arriba, como en el arranque, el futbolista francés consiguió darle continuidad al ataque posicional del Barça desde la derecha; mientras que en la segunda, con el partido mucho más dividido, representó la gran amenaza a campo abierto. En líneas generales, Dembélé completó ayer uno de sus mejores partidos desde el costado derecho, siendo uno de los principales activos de un FC Barcelona que volvió a acabar el partido abajo, sin tanto esférico como en la primera mitad (75>47%).
La diagonal de Arturo Vidal le hizo daño al Villarreal en la 1ªP
Ernesto Valverde volvió a repetir el once de Eindhoven, aunque en esta ocasión el reparto entre Vidal (izquierda) y Rakitic (derecha) fue a la inversa como interiores por delante de Busquets. En ese escenario, con el Barça armando su juego desde atrás, el ‘Txingurri’ realizó el primero de sus ajustes con la posición del futbolista chileno. El Villarreal de Calleja empezó el encuentro desde una mezcla entre el 1-4-3-2-1 y el 1-4-3-3, muy estrecho en ambos casos, con la que pretendió encimar a los dos interiores del FC Barcelona desde la posición de sus extremos. Con Samu por un lado y Fornals por el otro, la intención del Villarreal fue ensuciar los primeros pases del conjunto azulgrana con un posicionamiento intermedio que, después de este doble emparejamiento, los dos interiores del esquema -Trigueros y Cazorla- completaban con movimientos de anticipación sobre el carril central. Pero Ernesto Valverde supo responder en el momento adecuado desde la pizarra.
Cuando Messi -de nuevo como pieza más adelantada- decidió retroceder un escalón para buscar la pelota unos pasos por delante de Álvaro y Víctor Ruiz, el técnico extremeño consideró oportuno que esos movimientos fuesen acompasados, como el otro día ante el PSV, por la agresividad de Vidal para atacar el corazón del área. De esta forma, con el chileno lejos del interior izquierdo, el plan de Javi Calleja perdió un punto de coherencia con motivo del posicionamiento de Chukwueze. Si desde la derecha -del Barça, la izquierda del Villarreal- Fornals saltaba siempre sobre Rakitic, el hecho de que Vidal se esfumara de esta zona dejó algo coja la defensa posicional del Villarreal, pues desde esta demarcación Samu se quedó en tierra de nadie: sin par ni tampoco poder tapar el envío a Alba. Un método que, si arriba variaba entre el 4-3-3 y el 4-3-2-1, más abajo, cerca de Asenjo, se convertía en un 4-5-1 mucho más reconocible con Samu Chukwueze-Fornals a la altura del resto.
En dicha tesitura, con el extremo nigeriano del Villarreal parapetado a media altura, es oportuno destacar la poca incidencia de Coutinho a su espalda. El brasileño, que partía del extremo zurdo, apenas tuvo impacto en el ataque posicional de los suyos, ya que sus movimientos se limitaron a correr hacia dentro, por el borde del área, y no a bajar un escalón y contrapesar la diagonal de Vidal. Consecuencia de esto último, el FC Barcelona localizó en su sector derecho su principal vía ofensiva. Con Dembélé muy abierto a la banda, como en el arranque ante el PSV, la posesión del Barça encontró en su verticalidad el mejor recurso para amenazar a su rival. Recibiendo más abierto o más cerrado, una posición que Semedo contrarrestaba como lateral por ese lado, el FC Barcelona se aseguró que todas sus recepciones fuesen enfocadas al uno para uno con el defensor de dicho sector: Alfonso Pedraza; aprovechando que este, por su propia naturaleza, no domina ciertos conceptos defensivos que, en su enfrentamiento con el galo, le restaron vigor.
Ousmane Dembélé fue el gran protagonista desde la derecha
Ya en la segunda mitad, con la posesión mucho más dividida (47-53%), ambos técnicos fueron consecuentes con el escenario. El Villarreal, en un escalón más avanzado que durante la primera parte, pasó a un 4-4-2 en línea, con Cáseres y Cazorla (doble pivote) + Bacca y Ekambi (en doble punta), desde el cual intentó acercarse al área de Ter Stegen a partir de un control más enfocado a la pelota. Mientras que el Barça, con la ventaja en el marcador, optó por un 4-4-1-1 en el que Aleñá, por detrás de Messi, y Malcom, que entró por el lado izquierdo, les dieron cierto empaque a los suyos desde su propia mitad del campo. Pero en ese escenario, como decíamos al principio de este mismo texto, el protagonismo fue de Dembélé. El futbolista francés se encuentra muy lejos de ser una herramienta de control para el FC Barcelona. De hecho, aunque solo tenga 21 años, es posible que jamás llegue a serlo. Pero, en estos momentos, es un recurso clave para Valverde. Primero porque está sumando puntos por su propia cuenta, que no es poca cosa, y en segundo lugar porque para este equipo, que viene repitiendo el mismo guion desde hace tiempo, es una amenaza determinante ahora que, más allá de Leo, no tiene mucho más con lo que sorprender en la parcela de 3/4.
BdeB 3 diciembre, 2018
Qué importante me parece el gol de Aleña, más que por el gol, por el hecho de sumar jugadores de cara a la segunda mitad de la temporada. Muy necesario con las bajas que hay o puede haber.