La tecla de Pellegrino | Ecos del Balón

La tecla de Pellegrino


Mauricio Pellegrino continúa sin dar con la tecla. Su Leganés, desprovisto de certezas colectivas que se correspondan en lo matemático, no termina de levantar el vuelo tras estos dos meses de torneo. Y no será por falta de empeño. El argentino ha probado a cambiar fondo y forma desde que empezase el curso en repetidas ocasiones, en función de rival y escenario, pero la fórmula no siempre es garantía de éxito. A estas alturas del curso, el CD Leganés ha abordado todo tipo de planes: desde los más conservadores, como ante el Barça o en el Villamarín, hasta en los que ha querido imponer su método con la posesión, como en el Ciutat o en la Copa ante el Rayo. Sin embargo, la propia estructura no está acompañando en dicho proceso. El cuadro pepinero aún no tiene muy claro eso de ‘cómo, dónde o con quién’. Y esas inconexiones, a lo largo y ancho del sistema, son las que están lastrando un proceso para el que el tiempo, como para todos, es oro.

El Leganés es el equipo con más acierto en sus centros laterales

Los datos hablan por sí solos. El CD Leganés es el 17º equipo de LaLiga con más pases acertados en su propia mitad del campo (85.73%) y el 18º, por otro lado, con más tino sobre la parcela del contrario (64.48%). Y eso, sumado a que sea el conjunto con menos posesión de toda la Primera División (37.76%), es el mejor reflejo de las dificultades que, a nivel colectivo, está encontrando un equipo que tampoco encuentra garantías corriendo al espacio. Como demostró ante los de Paco López, con el marcador (ya) en contra, la idea de Pellegrino es salir jugando por abajo. Con Rubén Pérez por delante de los centrales, y con Óscar Rodríguez como interior, la recuperación de Recio –y su consiguiente entrada en mediocampo- va encaminada a reforzar esta propuesta. Pero esta, sin una estructura lo suficientemente sólida que la sostenga, está llevando al CD Leganés a una indeterminación con el esférico que, dicho sea de paso, no le está beneficiando en absoluto; sino todo lo contrario.

Con Recio desde el interior derecho, acercándose mucho al primer pase, y con Rubén Pérez por dentro, recibiendo muchas veces muy pegado a sus centrales, el reparto entre ambos no parece el más coherente para que el equipo progrese. Ni en su idea, sobre el papel, ni con balón, en lo práctico. Algo que, visto lo visto, parece destinado a no cambiar sin un ajuste de por medio. Tal es el caso que ante el Levante, por redundar en el último encuentro liguero, la sensación es que Rubén y Recio, en paralelo y sin el suficiente espacio entre ellos, llegaban a pisarse entre ambos. Y es por ahí, a priori, por donde debería empezar a (re)construir Pellegrino. Sus dos integrantes del mediocampo –dejando para después el caso de Óscar-, o como ocurre con Gumbau y Vesga, necesitan del balón para sentirse activos sobre el campo. Pero para ello será importante que la distribución de las tareas sea lo más congruente posible con el perfil que representan. Mientras que Rubén, desde más atrás, tiene vocación de organizador; Recio, en cambio, tiene de director. Una mezcla que, con uno dando el primer pase y el otro eligiendo hacia dónde debe dirigirse el balón, podría vestir de otra forma al Leganés, que se viene atascando (casi) siempre en la misma zona.

Pellegrino, en la previa: “Lo ideal es tratar siempre de tener una manera de jugar y poderla respetar en los 38 partidos, pero en nuestro caso ir variando nos ayuda a ser mucho más competitivos”.

Todo ello, siempre y cuando la pizarra ordene un planteamiento más posicional con el esférico. Porque cuando la propuesta, en cambio, precise transitar con velocidad, los argumentos serán otros muy distintos. Y ahí, en ese equilibrio entre uno y otro, es donde debería coger mucho más peso el nombre de Óscar Rodríguez. El pie derecho del futbolista del Real Madrid parece, hasta ahora, muy poco potenciado en el posicionamiento intermedio al que acostumbra el conjunto. Aunque la regla, sea con uno u otro esquema (4-4-2, 4-2-3-1, 5-3-2 o 5-4-1), o para una u otra intención, invite a sacar la jugada desde atrás, el mecanismo pepinero insiste en un automatismo que poco, o nada, varía en función del equipo rival. El esférico va de dentro hacia fuera, con los volantes muy abiertos, para que este sea colgado al área (Carrillo); cuando este, otras tantas veces, no va directamente dividido entre la cabeza de su delantero y la del defensa del conjunto rival, como ya es habitual.

Porque independientemente de la forma, ya sea con tres centrales, dos carrileros y dos puntas arriba o mediante un modelo más convencional, con dos líneas de cuatro y una pareja de delanteros, al Leganés le vienen faltando apoyos por delante del balón. Y esto, más causa que consecuencia del hecho de que, estando entre los diez equipos que más centran al área de toda LaLiga (9ª), sea el que más acierto detenta (29.17%) en este recurso del juego, es uno de los debes a los que, por ahora, se ha podido encontrar remedio. Pellegrino, tal y como ha reconocido él mismo en la rueda de prensa previa al partido ante el Atlético de Madrid, maneja alternativas tan diferentes como complementarias dentro de su plantilla. Pero a la teoría, que está bien, le está faltando una práctica. Y es por ello que, más pronto que tarde, urge buscarles acomodo y sentido a piezas como las de Recio y Rubén Pérez. Porque si arriba y/o abajo, por ahora, no se está imponiendo, el centro del campo, con una pareja como la de estos, parece la mejor parcela para empezar a construir.


Comentarios (2)

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Creo que Adri refleja muy bien en el texto una cuestión que es la más delicada para un entrenador: dudar. Pareció que Pellegrino encontró en esa tripleta formada por El Zhar - Óscar - En-Nesyri algo sobre lo que construir, pero al final son jugadores que no tienen la regularidad en su fútbol que demanda las exigencias de la primera división, y por detrás hay jugadores como Carrillo que empujan a darles un contexto favorable.

Sin embargo, el argentino necesita yo creo construcciones con balón de su equipo a las que quizás el Leganés no está capacitado a llegar, y eso deriva en que gran parte del partido, el que es su jugador de más nivel pasa demasiado tiempo desconectado.
La idea de Pellegrino es interesante, porque está intentando que su Leganés se ajuste a todo tipo de escenarios y contextos. Pero tiene su lado negativo, y es que acabamos de empezar el mes de noviembre y aún no es un equipo reconocible. Ninguna de las dos ideas (simplificando mucho) que maneja están del todo hechas. Y eso, a estas alturas y con el equipo tan abajo, no parece lo más indicado.

En cualquier casi, probar a crecer desde la dupla Rubén Pérez-Recio me parece, dada la situación, la opción más coherente. Son dos futbolistas a los que Pellegrino puede sacarles mucho jugo. Pero falta lo más importante: ¿cómo?

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