El Real Madrid naufragó ayer en Mendizorroza con sensaciones parecidas a las de Moscú, pero con menos postes -y remates- que el martes. El equipo blanco viene adoleciendo de una retahíla de carencias estructurales, resolutivas y, en ciertos casos, hasta individuales que justifican, así ‘grosso modo’, el bache de juego, impresiones y resultados por el que atraviesan los de Lopetegui. Después de golear a la Roma y encumbrar aquella actuación como la mejor, de largo, desde que el vasco ocupa el banquillo de Concha Espina, el Real Madrid tan solo ha cosechado una victoria (Espanyol), y un único gol, en sus últimos cuatro partidos (Sevilla, Atlético de Madrid y CSKA). Un momento que el equipo “arrastra” desde hace ya tiempo, según reconoció su propio entrenador; pero lo más preocupante es que no parece tener dónde o a qué aferrarse.
Ceballos se pasó todo el primer tiempo muy abierto a un costado
Sin Asensio desde el inicio, el Real Madrid formó en una especie de 4-3-3 en el que las posiciones de Casemiro, Kroos y Modric volvieron a variar en función del esférico. Si abajo, como viene ya siendo habitual, el reparto de los tres actores era muchas veces en paralelo; este cambiaba por completo su forma cuando la pelota cruzaba la divisoria. Ahí, como ante el Atlético de Madrid o el Sevilla, por citar dos de los casos más recientes, la altura de Modric volvía a adelantarse unos cuantos metros por encima de los otros dos medios. Pero como en los ejemplos ya mentados, el efecto volvió a brillar por su ausencia. Con Ceballos recibiendo siempre muy abierto, ya fuese por izquierda -por delante de Nacho- o por derecha, en función también de los movimientos de Bale, el Real Madrid centró toda su estrategia, de principio a fin, en mandar el balón hacia fuera. Una posesión que, en incontables ocasiones, mantuvo un mismo patrón: explotar la profundidad de Odriozola, que fue el único capaz de mirar y atacar hacia arriba en la primera mitad.
Así las cosas, saliendo, progresando y acercándose al área desde el lado derecho, dicha posesión destapó dos cosas al mismo tiempo: la primera es que, de menos a más, el Deportivo Alavés se encontró bastante cómodo a la hora de defender, atendiendo el envío siempre de cara; y la segunda es que dicho circuito, de tantas veces repetirlo, acabó por despoblar el carril central del Real Madrid. Benzema, por decirlo de algún modo, se quedó literalmente sin socios en torno al balcón del área. Y es que, con Ceballos tan abierto, Modric dirigiéndose hacia ninguna parte en el perfil derecho y Bale, por otro lado, más preocupado de acercarse o alejarse de la pelota y de los movimientos del utrerano, el Real Madrid se despreocupó de superar el 3+2 de Abelardo por dentro: con Laguardia y Maripán en el centro de la zaga, Pina como pivote y Brasanac -derecha- y Wakaso -izquierda- saltando a presionar, con solo Calleri arriba, según la dirección que adoptase la salida blanca.
Las galopadas de Odriozola y Jony desnudaron el encuentro
En cualquier caso, el nombre de la primera parte fue el de Odriozola. El lateral derecho, en ausencia de Carvajal, se destapó como la mayor herramienta de profundidad dentro del ataque. Recibiendo muy arriba, en posición de extremo, emparejado automáticamente con Duarte, el futbolista del Real Madrid echó mano de su potentísima arrancada desde parado para, nada más recibir los cambios de orientación de Kroos o Ramos, o los balones al pie de Modric o Ceballos, acercar al equipo al área desde su otra gran fortaleza: el centro en carrera. Un despliegue físico que, como es lógico, fue a menos con el paso de los minutos. Y por ello, tras la salida de Benzema y el ingreso de Mariano, Lopetegui se preocupó de reforzar su apuesta por los carriles exteriores: Asensio y Vincius, cada uno para una cosa muy distinta, entraron para atacar por fuera.
El Madrid acabó con Mariano, Asensio y Vinicius en Mendizorroza
Precisamente por ese costado, el derecho del Real Madrid y el izquierdo, por tanto, del Alavés, se erigió la otra gran noticia del encuentro: Jony Rodríguez. El asturiano ha empezado el curso a lomos de una motocicleta, y esa velocidad al espacio es todo lo que les faltó a los suyos a lo largo de los primeros 45 minutos. El ex del Sporting y el Málaga fue la mayor amenaza ofensiva a la que debió hacer frente el Madrid, tras el juego directo sobre Calleri. Y en una segunda mitad en la que los de Lopetegui, con Mariano, Asensio y Vincius, volvieron a echar en falta ‘ese algo’ que, por no tenerlo, ayuda a entender esta sequía entre los tres palos. A nivel colectivo, al Madrid le volvieron a faltar bastantes argumentos para acercarse al triunfo. Y eso, por encima de cualquier otra cosa, es lo que más debería preocupar en la parroquia blanca. Este Madrid no tiene un balón parado, un movimiento de su delantero ni un envío desde el costado que le permita vivir más cómodo o de una forma más paciente en partidos como los de ayer. Y si los tiene no queda rastro.
José Luis 7 octubre, 2018
Cómo y cuánto me está defraudando Lopetegui. Le tenía por un "artista" de la táctica y un tipo resolutivo ante los problemas. Y una de las cosas que me fascinaba de él, era la capacidad de hacer mutar su equipo de sistema sobre la marcha, con un solo cambio. No está haciendo nada. Creo que Julen aún está pensando qué le pasó en Sevilla.
Ayer, y viendo como venía el Madrid los últimos partidos, no salir con Benzema y Mariano de inicio, ya me pareció un disparate. Como también me parece un sinsentido salir con Nacho de lateral izquierdo ante equipos que se cierran. ¡¡Cuánto sufrí con Arbeloa en ese sitio el año de Pellegrini!!. ¿Es que no hemos aprendido ya que ese recurso facilita mucho las cosas del rival? Sin espacios, Nacho es incapaz de centrar con la izquierda. Ayer y en Moscú, el Madrid salió con uno de los carriles "castrados". Y todavía contra el CSKA había un jugador en esa banda que era zurdo y la podía poner desde ahí. ¿Por qué no probar, llegado el momento, con 3 centrales y Asensio de carrilero por un lado y Odriozola por el otro? Eso es lo que hubiese hecho con la Selección ante la Macedonia, Albania o Túnez de turno. Cambiaba el sistema y dejaba volar a los carrileros. Nacho te ofrece eso, como lo hacía con la Selección el propio madridista, o Monreal y Azpilicueta. Pero en el Madrid, no sé qué le ha pasado al técnico vasco que se ha quedado petrificado ante esa posibilidad.
Hablando de jugadores, tampoco entiendo esa insistencia en colocar a Modric tan arriba. Ha perdido mucha velocidad gestual y de desplazamiento como para colocarlo donde menos espacios hay aún. Que ocupe esa zona por momentos, puede ser, pero no por obligación.
No sé… tiene poca solución el Madrid sin Isco y sin Marcelo ante equipos que se encierran. Simplemente veo la posibilidad del 4-4-2 con Mariano y Benzema arriba; o 3-5-2, con Asensio y Odriozola en los carriles. Y ojo, que con el mismo once inicial podría variar de un sistema a otro sin tener que hacer ni un solo cambio. Nacho te facilita esa opción.
Y por último, Asensio. Quedó claro en el Mundial, que sin espacios, es un jugador mediocre. Sin hueco para correr, sin regate ni intento de hacerlo, sin remate de cabeza, sin sitio para poder armar su disparo… Marco se queda en un jugador vulgar. Siento decirlo así, pero no puede ser jugador titular del Madrid a día de hoy en ataque. Se ha convertido en un "Lucas Vázquez" zurdo que de vez en cuando tira a puerta desde lejos.
Pd.: Los que en Julio y Agosto estábamos "depresivos" pero espectantes por ver qué pasaría al querer sustituir a Cristiano por Asensio, estamos ahora desilusionados y enfadados con los que han configurado esta plantilla.