La situación es complicada. En estos momentos al Real Madrid de Julen Lopetegui le quedan muy pocas cosas de todas las que dejó entrever durante el arranque. El equipo ha perdido fluidez en sus primeros pases y dinamismo por delante del balón, y todo ello, añadido a las dificultades que está encontrando con el gol, está haciéndole pagar muy caro una fragilidad defensiva a la que el conjunto, como colectivo, aún no ha conseguido ponerle freno desde que arrancase la campaña. De hecho, esta temporada el Madrid tan solo ha sido capaz de dejar la portería a cero en tres de 12 encuentros. Y esa fragilidad, sin dejar de lado todo lo anterior, se ha convertido en un agujero negro que poco, o nada, está dejando en pie tras su paso. Ni desde la pizarra ni desde lo individual, el Madrid de los Bale, Benzema, Isco, Modric o Asensio se ha quedado sin discurso. Y esto, como ya ocurriese en San Mamés, en Rusia o en Mendizorroza le está llevando a retomar vicios y comportamientos del pasado que ahora, por unas u otras cosas, ya no funcionan igual.
Asensio parece algo coartado en el costado izquierdo del sistema
Si bien es cierto que el sábado, ante el Levante, el Real Madrid generó las suficientes ocasiones como para darle la vuelta al encuentro, la sensación que emanó de su derrota, la tercera seguida y la cuarta en los últimos cinco partidos, es el que equipo, hoy por hoy, no tiene dueño. Ni patrón ni marinero. Y esa indeterminación se ha convertido en el peor lastre de un Madrid que ahora no tiene a lo que agarrarse. Ni al qué ni sobre todo al quién, que suena lo más recurrente para este tipo de situaciones. Sin una pauta de ataque, y tras ir perdiendo poco a poco el intercambio posicional de Benzema, Bale y Asensio, el Real Madrid está redundando en una previsibilidad sistemática en el momento de mirar a la portería rival. Algo que, todo sea dicho, lo normal es que vaya corrigiendo con los regresos de Isco y Marcelo. Porque hasta que la pizarra consiga ordenar el todo, como al principio, la solución más oportuna para acercar al colectivo a la victoria parece pasar por un nombre propio.
Ante el Levante, aunque pudo remontar, el Madrid fue previsible
Y algunos, como bien puede ser el caso de Asensio, parecen cada vez más incómodos dentro del plan. Desde el costado izquierdo, partiendo siempre muy abierto, el mallorquín ha ido perdiendo influencia en la propuesta. Sus toques, a menudo de cara y normalmente rodeado por el lado y a su retaguardia, han dejado de producir ventajas. Y eso, a medida que ha ido perdiendo espacio en cuanto a sus movimientos, debido a que el tridente ha dejado de moverse como antaño, está dejando orientado el pie izquierdo de Asensio a una particularidad muy concreta: el envío desde el costado. Sobre todo si, como el otro día ante el Levante, Asensio debe actuar desde el costado izquierdo. Su fútbol, al menos por ahora, rehúye del uno para uno. Asensio no juega para encarar ni superar desde el regate, sino que todas sus acciones, cuando no puede atacar al espacio, se están viendo reducidas a engrosar una cadena de toques que escasea verticalidad en repetidas ocasiones.
Así que en esas, la labor de Lopetegui no es otra que ir amoldando las piezas que le encaminen cuanto antes sobre los raíles del triunfo. Recobrar el tráfico ofensivo y la liquidez entre sus pases son algunas de las materias pendientes de este Madrid. Porque lo que en su día, no hace tanto, parecía un problema encaminado al reparto de la zona de remate, pues esta venía quedándose vacía con tanto trueque posicional, la situación a estas alturas ha derivado en todo lo contrario. Ante el Levante, de hecho, Asensio –izquierda-, Mariano –centro- y Lucas Vázquez –derecha- no cumplieron con esas permutas. Y de ahí que, desde fuera, el plan blanco se focalizó en eso: en cargar el área, con Mariano como referencia. Darle un mayor vuelo a Asensio, librar a Bale de la banda y aprovechar los huecos que genera Benzema, con Marcelo en el pico izquierdo del área e Isco serpenteando entre líneas, y no teniendo que recibir a la misma altura de Casemiro, son solo algunos de los matices que el Real Madrid tuvo hasta hace no tiempo. Y lo que, por su bien, debería ir recuperando cuanto antes; aprovechando en la misma fórmula a los Ceballos, Mariano y Lucas. Porque, por increíble que parezca, desde el duelo de la Roma tan solo ha transcurrido un mes.
ynksttr 23 octubre, 2018
Detalles como la falta de aprovechamiento de Asensio por insistir en pegarlo a la banda en escenarios de ataque posicional me hacen pensar que Lopetegui no tiene soluciones ni para los problemas más sencillos. No puede ser tan simple, pero los resultados son los que son y no se ve evolución positiva.