Koke Resurección lleva un lustro siendo clave en el Atlético de Madrid, que a su vez se ha destacado como uno de los mejores equipos del continente durante este periodo. Así pues, su categoría está contrastada y no queda otra que señalarle como un futbolista enorme. Sin embargo, casi siempre con la selección española y con más frecuencia de la deseable vestido de rojiblanco, sus partidos adolecen de una falta de ambición para con el juego que constriñe su aportación acotando las posibilidades de sus colectivos. Su capacidad de trabajo, su don para proteger el balón y su extraordinario último toque le presentan como un argumento competitivo en toda circunstancia, pero hay ocasiones, como ayer ante el Sevilla FC, en las que enseña que dentro de él, hay aún más.
Koke se mostró omnipresente en la posesión de balón rojiblanca.
Su partido contra los del Toto Berizzo -que, por cierto, completaron su mejor puesta de escena del curso hasta que su oponente les borró del campo- fue una maravilla persistente, incesante y completa. También decisiva. Partiendo desde el costado derecho, exhibió una movilidad absoluta hasta el punto de que el Atlético dibujó muchas situaciones de 4-2-1-3 con él conectando el doble pivote Gabi-Saúl con la tripleta atacante. Koke era una oferta de pase para cada miembro de su equipo y cada uno de ellos demandaba un pase de los suyos. La liberación que supone para Griezmann una presencia creativa tan constante le sitúa en posición de ejercer su papel más letal: sin la necesidad de aparecer siempre, aparece cuando y donde está el máximo peligro, azotando el partido cada vez que entra en acción. Con la de generadores secundarios que tiene este Atlético (Filipe, Saúl, Thomas, Correa, Carrasco…), esta versión de Koke como creador principal es una bendición para Griezmann. El de Simeone se convierte, en su forma, en un sistema prácticamente idóneo para él. Quizá pasando por alto el detalle de que haría falta algo más de profundidad (Diego Costa).
La actuación de Koke frente al Sevilla FC no se limitó a su suma creativa y ofensiva, sino que también esgrimió un rol de bastante relevancia en los quehaceres en defensa de los locales. Su trabajo sobre la línea de pase hacia Sarabia resultó impoluto y un alivio para un Vrsaljko a quien apenas se le exigió hasta que saltó Joaquín Correa, y también se dio el (a la postre determinante) lujo de influir sobre N´Zonzi y Banega; un doble pivote de bajo ritmo que sufrió en el nuevo Metropolitano un infierno en cuanto a frenetismo en su parcela de terreno. Sobre ninguna otra aplicó tanta intensidad Diego Pablo Simeone. Y como tantas otras cosas de la última victoria del Atlético de Madrid, eso empezó a explicarse por Koke Resurrección.
Foto: CURTO DE LA TORRE/AFP/Getty Images
Santiagoestrade 24 septiembre, 2017
Precisamente ahí vi yo claramente la falta que le hace Thomas a este equipo. Ayer sin él, se vio muy embotada la salida de balón rojiblanca. Ni Saúl ni Gabi se descolgaban para recibir y cuando lo hacen se nota que el primer pase no es su gesto. Siempre se acababa recurriendo a salir por fuera. Nunca había una salida limpia por dentro que batiera líneas. Estábamos acostumbrados a decir que "ahí faltaba Koke". Pero sabíamos que si no, entonces faltaría más arriba. Y ahora tenemos al ghanés. A diferencia de la mayoría, lo estoy viendo muy ordenado en posicional. He revisionado un poco estos primeros partidos y cada vez pierde menos la posición, ya no salta a la presión solo porque le coja cerca. Y está manteniendo muy compacta la segunda línea. Concretamente en el partido contra el Athletic se veía claramente en casi todo momento dibujada la línea de 3 Koke-Thomas-Saúl cerrando el carril central. Está cortando balones en profundidad por anticipación y colocación. Esa es la clave de que está madurando como 5.
Lo que sique se ve es que el Cholo ha encontrado ya la forma de unir posición y rol para Koke. Fue mutando de filtrador del último pase en banda a asentador de la posesión en banda (alguien tenía que coger el testigo de Arda para descongestionar las transiciones), luego lo intentó como organizador por dentro (que para mí, a pesar del bache Sevilla-Madrid, me ilusionó el juego del equipo) y al final parece ser que como conector un escalón más arriba se ajusta como anillo al dedo a lo que le pide este nuevo modelo de más control. Hay que decir que ya jugó a esto mismo cuando Simeone se debatía entre el 4-2-3-1 y el 4-4-2. Aquella temporada se lesionó Diego y Koke estuvo haciendo de mediapunta con recorrido por dentro pero partiendo de la banda. Era quien se desenganchaba para enlazar entre líneas. Y si no recuerdo mal acabó con un puñado de goles, además de sus consabidas asistencias, ese año.