Si resulta que cada equipo es dueño de una mitad del partido, la lógica, enemigo del fútbol, tiene tendencia a comparecer para hacer ganador al conjunto de mayor calidad y competitividad. Es un poco lo que pasó en un Betis-Sevilla que no defraudó en ningún momento y en el que durante 45 minutos para cada lado, verdiblancos y sevillistas expresaron muchos de sus rasgos, virtudes y defectos, que les definen como colectivos. Ganó el Sevilla tras los cambios, el particular y exitoso día de la marmota de Jorge Sampaoli, que continúa maniobrando para solucionar problemas que le surgen en el inicio. De entrada, eso sí, sufrió mucho, pues encontró a un Betis que siendo él mismo apuntó al tendón más frágil de este Sevilla.
Sampaoli pareció salir al Benito Villamarín temiendo a un jugador: Durmisi. Imitando el dibujo de tres centrales y dos carrileros que caracteriza a los beticos, el argentino no quería quedar sometido a la fuerza exterior que hace al Betis pasar de una posición defensiva a una ofensiva con garantía de profundidad. Ahí, Durmisi viene siendo una de las razones de peso para Sánchez del Amo, pero eso le restaba al técnico sevillista un efectivo en mediocampo, pues la suma del Mudo Vázquez continúa sin representar esa superioridad. Así, el Betis lo tuvo claro y pasó a la acción.
Betis se puso por delante siendo él mismo: presión y robo arriba
Con una defensa en campo contrario -que no presión sobre la primera línea-, con la medular bien arriba y esperando a que el Sevilla se viera forzado a decidir por donde progresar, el Betis fue muy superior. Nzonzi bajaba para recoger el primer balón y formaba una línea de casi seis jugadores que dejaba sin apoyos por delante a la salida, con Nasri bien marcado y el apoyo de Vitolo muy perseguido cuando buscaba enlazar. Dicha circunstancia marcaba los tiempos de la salida sevillista, haciéndose lenta y potencialmente errática, lo que así sucedió. El Betis forzaba pérdidas en campo contrario y a un ritmo muy alto, las dos señas que hacen competitivo a los de Víctor. Ante el Barça, otro ejemplo.
El guion salía a pedir de boca para Víctor, que veía como el Sevilla caía en sus trampas y además se ponía por delante con un gol del mencionado Durmisi. Se llegaba al descanso y Sampaoli ya tenía claro cómo aprovechar el desgaste de su rival para modificar la deriva del choque. Con la entrada de Iborra, un mediocampista más, en lugar de Sarabia, y el descenso de ritmo bético, que pasó de la defensa activa al repliegue, y una reacción evidente en la intención en cada pase y arrancada, el Sevilla intimidó como un grande. Su arranque de segunda mitad fue de impacto, sobre todo a través de Vitolo, que estuvo por todos lados.
Sampaoli metió un centrocampista y cambió el choque
Con Ben Yedder apuntando la profundidad y el desmarque, aparecieron los espacios. Ello obligó al Betis a tener que interrumpir más el juego en campo propio. Sus jugadores, caso paradigmático de Petros, más cómodos en ritmo alto, pierden ese punto de temple, con el Sevilla obteniendo saques de falta y de esquina que habilitaban el tremendo potencial de Vicente Iborra, uno de los grandes especialista de juego aéreo del continente. El Betis, al que el cuesta sobremanera poder crear peligro cuando pasa mucho tiempo en bloque bajo, acusó cada golpe y no merodeó a Rico hasta el 1-2. Con ventaja en el marcador, Sampaoli rehizo filas y buscó la contra a través de Correa para cerrar otra vuelta de tuerca que lo mantiene de lleno en la lucha por el título.
Foto: CRISTINA QUICLER/AFP/Getty Images
El_trequartista 26 febrero, 2017
Muy disputado el encuentro de ayer. De hecho, tuvo bastante juego y mucha riqueza táctica que es algo de lo que suelen adolecer los derbis sevillanos.
En la primera parte vimos a un gran Betis, que no solo hacia una presión muy alta si no que hacía marcajes al hombre sobre las principales vías de salida del Sevilla (N'Zonzi, Nasri y Escudero). Tenían que salir con un envío en largo hacia un Jovetic que estaba en inferioridad.
En la segunda mitad, Jorge Sampaoli demostró lo gran entrenador que es dándole la vuelta al encuentro con sus cambios (otro partido más). Con la entrada de Iborra y Ben Yedder, el Sevilla ya podía salir en largo porque el valenciano por arriba es garantía de éxito y el francés con sus desmarques conseguía acular a la defensa dejando espacio para Nasri, que se había movido a la mediapunta.
En los tres últimos partidos ligueros el Sevilla se ha encontrado presiones altas y solo el talento de sus jugadores les ha servido para ganarlos. Parece que a este Sevilla le han encontrado su kriptonita. ¿Qué creéis que debe hacer Sampaoli para superar esta adversidad?