A veces Imanol, a veces Lewandetxe

¿Hasta qué punto el rendimiento de un jugador se puede tildar de real o irreal? Es más, ¿a qué nos referimos en realidad cuando nos cuestionamos estos temas? ¿Qué hay detrás? Evidentemente, si un futbolista ofrece cierto nivel durante un tiempo determinado se entiende que éste no es fruto de la casualidad o de un pico puntual. Pero aun así, hay matices que suelen constar. Un jugador es lo que es por sus habilidades técnicas, físicas y emocionales, pero éstas sólo tienen un sentido práctico: el contexto en el que se desarrollan.

La Real no ha recuperado el nivel de la 12/13Es decir, la Real Sociedad 2012/2013 de Montanier fue de verdad. Fue real. Que la gran mayoría de sus futbolistas, sobre todo los de un rol secundario, hayan disminuido sus prestaciones en los años venideros destapa ciertas limitaciones individuales, pero sobre todo escenifica las dificultades que han venido teniendo Jagoba Arrasate y David Moyes para crear un contexto propicio. Para lograr, en definitiva, que Carlos Martínez pudiera exhibir su centro con la zurda, que De la Bella creara tanto peligro en ataque como paz imponía en defensa o que, mismamente, Íñigo Martínez se consolidara como de los centrales más sólidos de la Liga BBVA.

Imanol Agirretxe sigue como titular… pese a la competencia.

Aquel curso de Agirretxe fue sobresalienteJunto al del central, el caso más paradigmático por pura relevancia es el de Imanol Agirretxe. El punta de Usurbil dejó un curso 2012/2013 para el recuerdo. Batió sus registros de goles (14) y de asistencias (6), siendo además uno de los faros sobre los que se solían estructurar dos de los momentos más importantes de aquella Real: la salida en largo y los contragolpes. Todo esto lo consiguió exhibiendo la constancia, el trabajo y la determinación que le hizo profesional, pero además le añadió un punto de virtuosismo inesperado. Aunque Agirretxe no parece uno de esos delanteros que te obligan a levantarte del sofá de tú salón con las manos en la cabeza, lo cierto es que lo logró en repetidas ocasiones. Definiciones de súper clase, pases al espacio de primeras, apoyos con el exterior… Fue una maravilla que tocó techo el día de la remontada al Barcelona, en el que completó un partido memorable que cerró de la mejor de las maneras posibles para él.

Pero quizás por lo inesperado de su particular rendimiento, la Real comenzó a buscarle un sustituto de más nivel a base de invertir un dinero que no se ponía en otras demarcaciones. Desde el Calcio primero llegó Haris Seferovic, del cual sólo se recuerda el gol de Lyon y una instantánea muy carismática en su jardín. Después hizo lo propio Alfred Finnbogason desde Holanda, y ahora cedido está en Grecia tras marcar 4 goles en 31 partidos como txuri-urdin. Y por último, ajustando más el mercado, apostando ahora sí por un presente cierto, Jonathas de Jesus ha llegado a Donosti este último verano. El brasileño es más que un buen nueve y su capacidad para ser autosuficiente seguro que va a terminar dando sus frutos, pero en los primeros tres partidos la Real Sociedad no marcó ni un solo gol y David Moyes entendió que había que cambiar al delantero.

Agirretxe no jugó ni un minuto en las dos primeras jornadas.

Lo del equipo donostiarra, como ya hemos hablado, va más allá del tema del gol, que únicamente parece la consecuencia de su pobre juego, pero hay que decir que el cambio ha funcionado: Imanol Agirretxe marcó en su primer partido como titular, anotó un hat-trick para darle a la Real su primera victoria, volvió a marcar ante el Málaga y, en la última jornada, anotó un nuevo gol en el Ciutat de Valencia. Es decir, seis goles en seis partidos en un equipo que está sufriendo para generar ventajas y así crear ocasiones de peligro.

¿Cómo lo ha logrado? A base de empuje, convicción y oficio, lo que le está haciendo llegar antes que nadie a todos sitios, sea a un centro de un compañero o a un error del contrario. Imanol no duda. Se estrenó pronto y ahora huele sangre. Es obvio: quiere mantener su puesto en el once mientras aguarda a que el técnico le ofrezca un contexto más propicio para ser con más continuidad el de hace tres años. Para volver a ser unos días Imanol y otros Lewandetxe.