La propia contratación del entrenador vasco ya anticipaba una intención de renovar las cosas –séptimo míster foráneo en 33 años de era Da Costa-, pero ha sido el propio Julen Lopetegui quien ha terminado por confirmarlo. Todos los movimientos que el Porto ha protagonizado recientemente llevan su firma: jugadores jóvenes, relacionados muchos de ellos con la técnica y la creatividad, y procedentes de un mercado que solamente conoce el propio Julen. Muchos cedidos -siempre procura el club portugués contratar en propiedad-, de bandera/liga española y aún por contrastar. Un intento de equipo romántico y versado que requerirá de tiempo y mucha mano izquierda para encontrar el equilibrio en un grande de Portugal.
El Porto ha confiado plenamente en las ideas de Julen Lopetegui
Juntar a los buenos, labor de entrenadorDe entre todos los futbolistas, llegados ahora o del ciclo anterior que el Porto dispone en su plantilla, dos son los que más llaman la atención. Por su potencial, por su capacidad técnica o imaginativa, por su especial naturaleza, etc. Óliver Torres, una de las joyas de la cantera española, compartirá vestuario con Juan Fernando Quintero, seguramente el futbolista más especial y nostálgico de la generación del 93. La pregunta está en comprobar si compartirán equipo de manera indiscutible o continuada. ¿Pueden pasarse la pelota en un mismo ‘XI’ y a la vez lograr armar un equipo dominante?
No es ni mucho menos algo relativo y secundario que el FC Porto tiene la obligación de ganar todas las competiticiones que juega en tierras lusas, de ahí la importancia de dominar y llevar el peso de los encuentros. Desde la llegada de Mourinho, los dragones han ido interiorizando progresivamente, sobre todo en las etapas de Jesualdo Ferreira y Andre Villas-Boas, una identidad basada en la presión, la intensidad y el juego vertical y exterior, algo que este año tiene muchas papeletas de desaparecer. La pelota pasa a capitalizar el nuevo proyecto, y todos los fichajes así lo describen. Quintero es pelota. Óliver Torres tampoco es competitivo, en esencia, si no la tiene.
La relación Quintero-Óliver Torres… una verdadera incógnita
Ambos talentos comparten la necesidad de ser ellos mismos cuando la tienen. Además se toman su tiempo, y eso ya requiere un ritmo particular que por lógica define la idea colectiva y el sentir de sus compañeros. Marcan un paso propio. Esa es la razón que defendería una complicada aclimatación con ellos en el campo: la piden y se acercan a la pelota con insistencia y repetición. La razón que contrapone esto y habilita lo contrario, un favorable pronóstico del asunto, es que mientras Óliver parte de una posición de centrocampista, Quintero se acerca desde una altura superior, con lo que el reparto no sería espacial sino de protagonismo a la hora de llevar el peso de la posesión en campo rival. No es una situación fácil porque ninguno de los futbolistas está hecho y eso supone mayores dudas. Es cuestión de darle tiempo a su narrador, en su intento por convertir versos libres en historias fundamentadas.
Larios84 10 agosto, 2014
No se como encajaran en ese juego mas pausado los Hector Herrera, Varela, Tello y compañía, así como Jackson si es que continua…
Creo que de primeras sera complicado que compartan muchos minutos Quintero y Oliver, pero ojala cuajen y peguen bien juntos así como Adrián