Asier Illarramendi es uno de los candidatos para ocupar hoy la plaza de Ronaldo en el once titular del Real. Jugaría de interior derecho, desplazaría a Modric al izquierdo y subiría a Di María para que jugase en una de las dos bandas. Esto último, lo de Di María, es lo más relevante, pues implicaría un (brutal) plus de agresividad con y sin el balón en el tridente atacante que se traduciría, salvo sorpresa mayúscula, en una presión de los blancos a toda cancha. Si Ancelotti lo intentó ante Valdés y Piqué, y sin Ángel arriba, imaginen contra Pinto y los demás con El Fideo corriendo por allí. Y más tras lo del Calderón.
Piqué y Valdés se notan muchoEl Barça 2013/14 arrancó el curso con cuatro ilusiones competitivas: Leo Messi, la inigualable calidad de su once titular, su experiencia en partidos TOP y la opción de usar los meses que irían de agosto a febrero para asentar un sistema a la altura del potencial existente. Como Martino nunca ha apostado por ningún sistema fijo, eso se perdió y quedaron solas las otras tres esperanzas, hasta que las lesiones de Víctor Valdés y Piqué arruinaron al unísono dos de ellas. No todo es que sus suplentes carezcan del nivel global de los dos cracks; aún más duro resulta que no tengan poso para sustentar con un mínimo de seguridad una parte capital del fútbol azulgrana: la salida raseada del balón. Aparentan tal desconcierto en los primeros pases que destruyen la moral del equipo. Ahora mismo su salida es el punto negro culé; si se le presiona arriba, pierde parte de su competitividad, y con Di María delante e Illarramendi protegiendo a Alonso, el Madrid debería ganar recursos para explotarlo.
¿Querrán presionar arriba los blancos tras el hat-trick de Messi?
Sucede que Ancelotti ya intentó buscar arriba al Barcelona en el último Clásico y salió escaldado. El marco fue distinto y se hace muy difícil imaginar que el Madrid vuelva a plasmar un fútbol tan equivocado, tan errático y tan malo, fue su peor encuentro del año y las conclusiones no deben extremarse. De hecho, aun haciéndolo todo mal, pudo ganar bien. Pero los sucesos finales dejaron un titular emocionante para los culés: Leo había vuelto a burrear al Bernabéu. En el fútbol, o presionan todos o se presiona mal. Carlo debe asegurarse de que todo su grupo lo hará sin dudar pese a aquel 3-4 letal. Si uno no sale, Messi vencerá.
También hay que añadir que el Madrid de Ancelotti es bastante italiano defendiendo. No es agresivo, sino paciente; sus mejores defensas se han visto en repliegues. En presiones, no tanto, aunque ratos como los 20 minutos iniciales de la ida contra el Dortmund demuestren que es capaz. En cualquier caso, como se apuntaba, la regla es un repliegue y donde más se nota es en Ramos y Pepe. No existen unos centrales como ellos para presionar, se contrastó con Mourinho, pero ahora se quedan atrás asegurando. No achican hacia delante. Entre esta inercia y el miedo a Messi, el Tata Martino esperará el partido con la ilusión de que lo de Pinto no se note. O de que se note pero Leo lo haga rentable.
Illarramendi daría a Alonso libertad para ajustar sobre Messi.
Illarra aporta ante el Barça¿E Illarramendi en sí? El vasco quedó señalado en el Signal Iduna Park porque no estuvo a la altura. El ritmo del Borussia o la grandeza de la noche (o las dos cosas) le superaron por completo. En principio, dicho episodio no debería ser un problema para él, parece un tipo tranquilo y maduro que puede entender que esas cosas pueden pasar. En cuanto a lo del ritmo, que sí es algo más futbolístico y que señaló algunas limitaciones de su juego (lentitud mental y técnica sobre todo), hay que señalar que el Barça no es el Dortmund, sino un equipo mucho, pero que mucho, más lento. A modo de anécdota, y siempre considerando la diferencia de los contextos, Illarra como interior derecho jugó un partido tremendo hace un año contra un Barcelona que jugaba algo mejor que el actual.
Con Illarra y Di María y sin presión, al Madrid le faltaría ataque.
Resumiendo, con Illarramendi de interior y Di María de extremo, el Real tiene más calidad para presionarle al Barça. Asier ayudaría a atar por detrás para que Iniesta y Messi no recibiesen tan cómodos y Ángel se desfondaría contra los dudosos zagueros culés. Es decir, la principal debilidad del conjunto de Martino se vería amenazada. Del otro lado, la fiabilidad de esta presión no sería ninguna garantía, pues, pese a que el plan sonaría prometedor para ellos, no es la especialidad merengue y Leo podría volver a sentirse cómodo a poco que hallase despistes. Y si Leo está cómodo, lo normal es que el Barcelona salga campeón.
¿Y si Ancelotti opta por esta alineación pero no va a presionar arriba? Sin Cristiano rompiendo a la espalda de la defensa ni Isco pausando para crear ataques en grupo, correría el riesgo de que le pasase como en la vuelta de Dortmund en el primer tiempo, donde casi todas sus ofensivas fueron conducciones individuales sin perspectivas colectivas halagüeñas. Y es que no debe desatenderse el desequilibrio de poder surgido por la baja de Ronaldo. El Madrid requiere de un movimiento de su entrenador para compensar su inferioridad en cuanto a talento individual, y eso pasa por que Pinto, Mascherano y el otro central, sea quien sea, pongan nervioso al equipo de más calidad, siembren caos y la intensidad se imponga a la magia.
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Me asombra que después del partido de Liga se siga insistiendo enla necesidad de presionar arriba del Real Madrid, por mas que la salida de balón culé sea ahora mismo deficitaria. Porque el Madrid no ha tenido en toda la temporada los mecanismos ni mucho menos la intención de hacerlo. Que si, que saldrá Di María y se pegara siete sprints detrás de la pelota, pero si Benzema y Bale acompañan con la mirada pues… Es un chip que no puedes cambiar de la noche a la mañana.
Y aquí, como siempre, se trata de que Messi no sea resolutivo. Si por buscar presión alta vas a volver a dejar a Messi enfrentado a Alonso abandonado a su suerte, pues mal negocio hace el Madrid.
Nos guste o no este Madrid no se va a poder poner la capa de Mourinho ahora (ritmo alto, presión a toda la cancha, defensa en medio del campo anticipando) por mas que se ha demostrado el mejor plan contra el Barcelona. Ancelotti ha sid de repliegue bajo, y de preferir la seguridad al riesgo, y así va a morir as a cuatro días del final (el único día que no lo hizo así le ha "costado" la Liga, básicamente) en ese plan Illarra me gusta, porque suma argumentos defensivos y porque (obviemos Dortmund) es de esos jugadores con seguridad en la pelota que hacen daño al Barcelona, que lejos de rifarla, se paran y escogen bien la manera de sacar el balón y mantener posesión, un poco como hizo Tiago en Champions.