Conocida es de sobra la pasión de Emir Kusturica por el deporte rey, presente en su filmografía merced a su documental sobre Maradona (tal para cual), como también (o más) lo puede ser su posición ideológica pro-serbia tan latente en su obra, aunque en este caso lo mejor será quedarnos con su faceta futbolista, de la que en ‘La vida es un milagro’ (2004) nos deja un pequeño detalle para el recuerdo. Sin ser lo más logrado de su cine, un cuentito mágico con su estilo sobre la guerra civil Yugoslava, es al tiempo una película en la que al fútbol, normalmente tan maltratado en el séptimo arte, se le regala una secuencia durante un partido marcado por una densa niebla, que bien parece la que hubo en ocasiones durante el partido contra España producida por la quema de bengalas.
Y como si aquella fuera la ambientación perfecta, la selección croata se aferró a un milagro que rozaron con la punta de los dedos. Los de los guantes de Casillas, obviamente. Ahogaron el centro del campo español y estuvieron siempre expectantes de un milagro irlandés que nunca llegó. Porque en esto del fútbol nunca se sabe, tan solo que la vida y la Eurocopa les debe otra oportunidad.
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Referencias:
Revista Magnolia
Antonio M. Arenas
@antonioleonro · hace 665 semanas
@antonio1004 · hace 665 semanas