Las previas de un partido de fútbol tienen un fuerte componente en los números. Y antes de chocar Pellegrini y Villas-Boas, los números explicaban lo siguiente: el City estaba arrasando en todos sus compromisos locales y el Tottenham llevaba seis goles encajados en lo transcurrido de Premier League. A simple vista, el término medio haría deshacer tal polaridad, si entendemos por arrasar los resultados que los citizens habían cosechado ante CSKA o Norwich. Pero todo fue tan desequilibrado que la retransmisión sólo buscaba al técnico portugués. Manuel no tuvo competencia.
El City salió más o menos con lo esperado: Agüero y Negredo, Fernandinho y Yaya, Navas y Nasri –Silva sigue aún lesionado-. El Tottenham aún no sabemos si salió. Vimos a once sombras en el peor partido de la temporada para los Spurs y en el peor escenario posible. El caso es que a los 14 segundos Navas marcó, y el visitante tenía que proponer. Probablemente Andre Villas-Boas quería cocerlo todo lentamente, con salidas en largo, cediendo la pelota y buscando a Lennon + Paulinho, pero se quedó sin plan y más o menos… hizo lo mismo.
El gol tempranero de Jesús Navas obligó a los Spurs a crear
Villas-Boas aún busca precisar su TottenhamBuscar a Lennon contra Clichy y soltar a Paulinho, algo que puede ser contraproducente si el equipo está mal parado. El brasileño cargaba la mediapunta, a espaldas de Touré y Fernandinho, que ahí siguen dejando escapadas de fin de semana, y alguna conducción se labró. Pero al Tottenham le faltan ideas. Su plan con la pelota, al menos ayer, fue inexistente. Lennon corría y centraba; Holtby, Lamela y Paulinho merodeaban y el City sólo tenía que correr. Sandro, Kaboul y Dawson, jugadores todos de curiosa cintura, tenían que jugar constantemente al ratón y al gato junto a Agüero, Nasri, Navas y Negredo. Suena mal. Sonó mucho peor.
Decíamos antes que el City sólo tuvo que correr. Y corrió como acostumbra, con un reparto espacial en cada contragolpe cercano al aplauso. Negredo juega al fútbol de maravilla. Y el Kun juega al fútbol de maravilla. Agüero, más virtuoso, salió vencedor de la gambeta más imposible, en un duelo vencido de antemano ante caderas espesas. Álvaro le dio réplica como el que lleva cinco años en Manchester. Aún así, falta trabajo en una plantilla que no dispone de una sobresaliente calidad defensiva y que sigue dejando dudas en el rendimiento y roles de la dupla Touré-Fernandinho.
Kun y Negredo siguen tocando palmas. Sociedad extraordinaria
Y es que ambos equipos no han demostrado un rumbo fijo. En el caso del manager portugués todo ha sonado sorprendente desde el primer día de competición. Nueve goles a favor y seis en contra, hasta el partido de ayer, denotan un equipo bastante atado, buscando la seguridad defensiva y adelantarse en el marcador, valiéndose del gran estado de forma de Townsend. Aún es pronto para buscarle las definitivas vueltas al Tottenham, pero hay síntomas contradictorios sobre qué busca Villas-Boas.
Por un lado tiene jugadores creativos en ¾ y un nueve, Soldado, que nunca se caracterizó por su autonomía en el juego. Centrocampistas con músculo y llegada, muy de Premier, pero con dispares perfiles en sus centrales: Chiriches y Vertonghen –definitivamente lateral- con físico y disposición para lanzar la línea arriba y recuperar con rapidez, y el otro perfil con Dawson, Kaboul y Walker, más desordenados y expuestos en el campo abierto. No sabemos qué es este Tottenham. O qué quiere ser.
Abel Rojas 25 noviembre, 2013
Va ya casi año y medio y la realidad es que Villas Boas ha hecho muy pocas cosas bien en Londres. Yo las resumiría en dos:
1. Darse cuenta de que Bale era más que un extremo.
2. Facilitarle a Vertonghen la adaptación a la Premier. Aunque creo que éste es tan bueno que se hubiera adaptado de cualquier modo.
Su Tottenham el año pasado era el horror, con todos los respetos. Básicamente consistía en que Bale bajase a la zona del mediocentro y la subiese hasta arriba. Como intimidaba tanto y el sistema se cerraba sobre él, él abría a una banda y el extremo en ventaja podía hacer cosas. Ya está. No había más.
Este año tiene plantilla -aunque sea peor que la del año pasado porque un fenómeno vale casi siempre más que 4 buenos jugadores- y nada de nada de nuevo. Defensivamente lo de ayer fue tremendo.
No sé si su Porto se hizo medio solo por la calidad de sus piezas o si, lo que me temo, este entrenador, que era discípulo de Mourinho, se perdió cuando quiso disfrazarse de Guardiola, al que no conoce de nada. Y al final se está quedando en un Pellegrini de bastante menos nivel que el chileno: falta de intensidad y espesura.