Y Cruyff, Dios, dijo: “Serás tú, número 4, el que mueva la máquina que yo crearé para ti. El círculo central será tu hogar, y nadie entrará en él sin tu permiso. A cambio, te pediré que nunca lo abandones. Todos los demás se moverán pero tú, número 4

Gio Dos Santos fue el primer gran canterano que produjo el FC Barcelona tras la consolidación de Leo Messi. El mexicano, de raíces brasileñas, había dominado las categorías inferiores tanto a nivel de clubes como a nivel

«¿Te acuerdas de la Copa de Europa?». Cuando Xavi, Iniesta y Messi se reunieron en 2005 como miembros de la primera plantilla del Barça, la pregunta anteriormente formulada tenía función y coherencia.

Con el marco incomparable en el horizonte de la final entre la Juventus de Massimiliano Allegri y el FC Barcelona de Luis Enrique, nos reunimos junto a los amigos de Wetaca.com para compartir plato, mantel y charla como previa del último partido de la

1- MATADORES DE DRAGONES.

Luis Enrique hizo un truco de magia pero nadie se dio cuenta. El Barcelona estaba aburrido. La rutina lo había matado y sepultado. Quizás era la vejez de un sistema que brilló más que ninguno; un fulgor tan singular y potente

Helenio Herrera estaba exultante. Apenas un mes antes su Fútbol Club Barcelona había batido en San Siro al Inter por cuatro goles a dos, durante los cuartos del torneo de «Ciudades en Feria», y ahora acaba de asaltar en el mismo estadio

El primero fue Patrick Vieira. De aquello no había precedentes, era desconocido para todos: un europeo de piel negra y altura propicia para el baloncesto que movía los pies casi con la habilidad y coordinación de un

Leo Messi condiciona la normalidad con tanta frecuencia y constancia que a veces no valoramos en su justa medida el efecto de los cambios que provoca. Hoy tendrá lugar uno de calado descomunal:

Messi se enfadó muchísimo. Descubrió al poco de empezar el partido que se había perpetrado un nuevo plan con el objeto de detenerle. Consistía en una marca al hombre de Balenziaga como las que le hacían a los cracks

Se cumplen 31 años desde el último título del Athletic Club, y ésta será la tercera Final en seis cursos que dispute contra el Barcelona. Si algún factor correrá a favor de Valverde, ése será el de la ilusión.